Como representación de un rostro compasivo a comunidades envueltas por el temor y la incertidumbre, la iglesia adventista Agape de Santo Tomás, y la iglesia adventista Cruz Bay en San Juan, llevaron a cabo una serie de iniciativas ministeriales para ayudar a que los individuos puedan seguir adelante en medio de la pandemia del COVID-19.
Satisfacer las necesidades de la comunidad no es opcional para la Iglesia Adventista, dijo Annette Small, directora de servicios a la comunidad de la iglesia adventista Cruz Bay en San Juan. “Aunque muchas iglesias han pasado a tener cultos en línea por cuestiones de seguridad durante la pandemia del COVID-19, eso no nos está impidiendo seguir sirviendo a las comunidades de una diversidad de maneras”.
Small, que se encuentra al frente del abrazo que ha extendido la iglesia durante años a los que viven en la calle, dijo que 181 bolsas de alimentos fueron distribuidos entre 40 familias en la despensa de alimentos que ofrecieron el mes pasado. “Con la ayuda de nuestra iglesia y en colaboración con una entidad de gobierno, hemos logrado asistir a 106 personas”, dijo Small.El ministerio de la iglesia adventista de Cruz Bay sirve comidas calientes, entre dos a tres veces por semana, en la iglesia, y distribuye alimentos a individuos de toda la isla, añadió. El ministerio también brinda duchas, prendas de vestir sin cargo y una despensa de alimentos para las familias necesitadas.
El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos define una persona sin techo como alguien que vive en las calles o un refugio, o que duerme de manera regular en una residencia sin agua corriente, electricidad o refrigeración, expresó Smal. “Usando esa definición, muchos residentes honestos y productivos de la isla podrían ser clasificados como sin techo, dado que viven en casuchas, algunas en construcción, o en embarcaciones sin ninguna comodidad”.
En la iglesia adventista adventista Agape de Santo Tomás, los Servicios Comunitarios prepararon alimentos nutritivos para los ancianos, los discapacitados y las familias con niños pequeños. Un cómputo de las vidas beneficiadas reveló que la iglesia distribuyó 157 comidas, 72 impresos y ayuda telefónica para que las familias se conecten con sus seres queridos.“Qué oportunidad de mostrar que nos interesamos en ellos”, dijo Berthiel Flemming, miembro del equipo de Servicios Comunitarios. “Los miembros se reunieron con un espíritu solícito y mostraron amor por su comunidad”.
El pastor Danny Philip, quien está al frente de las dos congregaciones, expresó: “Están decididos y dedicados a lo que hacen. Debido a su servicio continuado, se han ganado la confianza de la comunidad que ahora los apoya a la hora de ministrar a sus necesidades”.
Traducción de Marcos Paseggi