El 14 de julio de 2020, fue un día muy triste para la Iglesia Adventista del Séptimo Día en El Salvador, cuando el Dr. Jeremías Ramos, de 51 años, activo miembro y bien reconocido médico, falleció por causa de los efectos del COVID-19.
Los medios de comunicación nacionales informaron sobre la defunción del Dr. Ramos, un distinguido anestesiólogo quien laboraba en el Hospital Nacional Rosales en San Salvador. El Dr. Ramos fue pionero en la modernización de técnicas para administrar anestesia.
La Iglesia Adventista Scandia, de la cual el Dr. Ramos fue activo miembro, está de luto.
“No hemos perdido solamente un miembro de la iglesia, sino a un gran líder y siervo de Dios”, dijo el pastor de la Iglesia Adventista Scandia, Jesús Arteaga. “Con su humildad y profesionalismo trabajaba en varios ministerios de la iglesia, especialmente y durante los últimos años, en el ministerio juvenil, animando a los jóvenes a ser fieles a Dios mientras estudiaban la universidad; y en el ministerio del canto, con cuartetos musicales”.
El Dr. Ramos era el director de Voces de Esperanza, cuartetos de voces juveniles.Durante sus años de actividad en la iglesia, el Dr. Ramos prestó sus servicios como diácono, anciano de iglesia, director de música, director de salud y temperancia y director de ministerios personales.
“Desde muy pequeño, sentía una gran pasión por la música”, dijo Beatriz, su esposa por 25 años. Beatriz y sus dos hijos, Josué, de 23 y Andrea, de 13, expresaron cuán amante padre y esposo fue siempre, durante un servicio en su memoria transmitido en línea, dirigido por los dirigentes de la iglesia en la región de la Asociación Metropolitana, el 15 de julio. Ella no solamente lamenta la pérdida de su esposo como tal y como la de gran médico nacional, sino también como la de un hombre que vivió para motivar a jóvenes y niños en riesgo a aprender a tocar instrumentos musicales, a cantar y a amar la música.
“Mi amado y excelente esposo, te has ido a descansar, a esperar que el Señor Jesús te dé el galardón que ganaste en esta vida por ser como eras. Dios te manda al descanso porque te ha preparado para la vida eterna. Confío en la palabra de Dios de Isaías 57:1-2. Te amaré por siempre”, dijo la esposa del doctor Ramos al agradecer por el apoyo y las oraciones de la iglesia. Dijo que su esposo le dijo antes de morir que necesitaba descansar, pero que la separación sería breve.
El Dr. Jeremías Ramos nació en un hogar adventista en la ciudad de Usulután, en el Este de El Salvador. Creció juntamente con sus hermanos aprendiendo acerca de los principios bíblicos y fue bautizado a los 12 años. Estudió en la escuela primaria adventista cercana a su hogar y terminó sus estudios secundarios en 1986, en la Escuela de Capacitación Adventista Salvadoreña (ECAS). Después de sus estudios universitarios radicó en la capital del país en donde fue miembro de la Iglesia Adventista Scandia hasta el tiempo de su fallecimiento.“Desde su juventud, el Dr. Jeremías demostró su pasión y celo por la predicación del evangelio, influenciado por sus padres y los líderes de la iglesia local, dijo el Pastor Luis Aguillón, secretario ejecutivo de la iglesia en El Salvador . “La iglesia pierde a un profesional reconocido por su conocimiento científico, pero también a un gran hombre que testificaba con su vida y su buen trato hacia las personas, siempre dispuesto a ayudar, sin importar la hora o el día.
Un grupo de oración de la Iglesia Adventista Scandia ha estado orando con la familia Ramos cada noche, desde el fallecimiento del Sr. Ramos.
El Dr. Ramos es uno de los 60 adventistas del séptimo día en El Salvador que han muestro a consecuencia del COVID-19, informaron los dirigentes de la iglesia.
Muchas iglesias adventistas han fortalecido su ministerio de oración, conectándose y orando con las familias sobrevivientes a fin de brindar ánimo y apoyo a quienes han sido afectados por la pérdida de seres amados, dijeron los dirigentes de la iglesia. Los pastores de cada distrito continúan ministrando en favor de las familias dolientes y orando por los enfermos de entre sus iglesias locales”, dijo el Pastor Aguillón.
Fabricio Rivera contribuyó a este informe.
Traducción – Gloria A. Castrejón