El dramático asesinato de George Floyd —un hombre de raza negra— en manos de un policía de raza blanca —Derek Chauvin— en Minneapolis, Minnesota, el 25 de mayo de 2020, motivó protestas airadas en el mundo y dominó las conversaciones sobre temas raciales y el racismo en espacios públicos y privados en todas partes. Aunque gran parte de esa conversación suele ser incómoda, los padres cristianos tienen al mismo tiempo la responsabilidad y una oportunidad excepcional de enseñar a sus hijos de qué manera apreciar la hermosa diversidad de todos los hijos de Dios.
Las discusiones sobre temas raciales son difíciles para la mayoría de los adultos y aún más difíciles de hablar con los niños. A pesar de ello, los padres cristianos tienen que hallar maneras de discutir este importante tema con sus hijos a medida que crecen, porque ellos aprenderán de sus mensajes hablados y no hablados. Lo que los padres dicen es tan importante como lo que no dicen, así como lo que hacen es tan significativo como lo que no hacen, comunicando qué cosas son altamente valoradas en sus hogares.
Cómo hablar a los niños sobre el sesgo racial
Por cierto, el evento trágico y cargado con un tinte al que hicimos referencia más arriba dejó a muchos padres —en especial a los padres de color— en una lucha con sus propias emociones, sus esperanzas para el futuro de sus hijos, y el desafío de ayudarlos a florecer en un mundo donde abundaba la discriminación racial. A pesar de ello, si los padres tuvieran una mejor comprensión de la manera en que el sesgo racial impacta a los niños, y pudieran implementar estrategias que les ayudaran a hacer frente y reaccionar a las diferencias raciales, podrían manejar con mayor facilidad la inquietud experimentada en las últimas semanas.
De qué manera los niños aprenden el sesgo racial
Desde una edad muy temprana, los niños tienden a aprender sobre las diferencias raciales y el sesgo racial de sus primeros maestros —sus padres— y sobre cómo hacer frente y reaccionar ante esas diferencias. Aprender sobre el sesgo racial es similar a aprender un nuevo idioma. Por ejemplo, sabemos que los niños que han crecido en un ambiente bilingüe aprenden la segunda lengua con mayor facilidad que monolingüe que comienza a aprender una segunda lengua en la escuela secundaria. Hay un período temprano clave de aprendizaje que está determinado por la biología. Y de alguna forma equivalente, aprender bien sobre el sesgo racial se torna mucho más difícil si el aprendizaje se lleva a cabo más adelante en la vida de la persona.
Ya desde los 6 meses de vida, el cerebro de un bebé puede detectar diferencias basadas en la raza.
Para los 2 a 4 años, los niños pueden internalizar el sesgo racial.
Para los 12 años, muchos niños fijan sus creencias, lo que brinda a los padres una década para moldear al proceso de aprendizaje para que minimice el sesgo racial e incremente la comprensión cultural.
De manera muy similar a lo que sucede al aprender una lengua nueva y se está inmerso en el ambiente donde se habla esa lengua, los niños expuestos a la sociedad obtendrán mayor fluidez en el sesgo racial aun si sus padres no hacen nada.
Estrategias para ayudar a que los niños hagan frente al sesgo racial
Tres estrategias sumamente importantes que los padres pueden emplear para ayudar a que sus hijos hagan frente al sesgo racial son:
1. Hable con sus hijosy reconozca que las distinciones raciales y el sesgo racial existen.
2. Haga frente a su propio sesgo y sea modelo de las conductas que quiere ver en sus hijos en respuesta a otros que acaso sean diferentes de lo que ellos son.
3. Anime a sus hijos para que desafíen los estereotipos raciales y el sesgo racial al mostrarse bondadosos y compasivos al comunicarse con las personas de todos los grupos raciales, étnicos y culturales.1
Cuando los padres son modelos de empatía, compasión y bondad hacia otras personas —más allá de su raza, etnia, casta o tribu— dan un poderoso mensaje que ayuda a que sus hijos desarrollen su carácter y que se opone al mal poderoso que no pueden dejar de presenciar. El 25 de mayo de 2020, algo malvado y terrible se produjo en las calles de Minneapolis, Minnesota. Todo quedó captado en la cámara para el mundo, lo que incluye a los niños del mundo, para que fuera visto una y otra vez en las transmisiones de noticias por cable en todo el mundo. Nuestros hijos vieron que un hombre fue abusado en público y perdió la vida en manos de una figura de autoridad cuyo trabajo era proteger a los ciudadanos y fomentar la paz. En esas instancias, los niños necesitan tener la capacidad de hacer referencia a algo sumamente bueno: a una empatía, una compasión y una bondad que sean al menos tan poderosas como el mal que ellos han presenciado.
Los niños están escuchando
Al reflexionar sobre los múltiples incidentes de índole racial que en tiempos recientes han alimentado protestas globales, Ella Simmons desafía la respuesta que ante esas atrocidades dan algunos profesos cristianos. Exclama ella: “¿Cómo puede ser esto? Pregunto esto a todos nosotros que nos consideramos convertidos y razonablemente espiritualmente maduros. ¿Cómo podemos aducir la justificación y santificación en Cristo Jesús y hacer oídos sordos y cerrar los ojos ante el racismo y su devastación en todas sus formas?”2
Y Elena White reflexiona: “El Señor Jesús vino a esta tierra a salvar a los hombres y las mujeres de todas las nacionalidades. Murió tanto por la raza de color como por la raza blanca. Jesús vino para iluminar a todo el mundo […]. Él las ama a todas, y no establece diferencia alguna entre el blanco y el negro”.3
Al considerar estas realidades que invitan a la reflexión, los padres cristianos están aptamente posicionados para aprovechar este momento históricamente significativo que nos toca enfrentar. Como padres cristianos compasivos, podemos guiar a nuestros hijos hacia el futuro que prefiramos dentro de las relaciones interraciales. Sabemos muy bien que nuestros hijos de casi todas las edades están escuchando lo que está sucediendo en la sociedad que los rodea. Es probable que ellos estén al tanto de conversaciones de adultos, que miren videos de YouTube, o que sigan la cobertura de las noticias sobre las protestas tanto pacíficas como violentas. Es seguro asumir que acaso sientan temor por su propia seguridad y la seguridad de su familia. Puede que acaso tengan preguntas sobre qué es lo que significan las protestas, y por qué hay personas que han perdido la vida en manos de la policía, y que se cuestiones si ellos se encuentran seguros.
Cómo ayudar a que sus hijos entiendan
De ser posible, usted deberían hablar con sus hijos de maneras que ellos puedan entender, antes de esperar que ellos se enteren de lo que está sucediendo de la boca de otras personas u otras fuentes. Cuando hable con sus hijos, tenga los siguientes puntos en cuenta:
Pregunte a sus hijos qué es lo que saben. Puede que usted quiera preguntarles a sus hijos qué es lo que saben, y cómo se sienten. Dígales que usted entiende cómo pueden estar sintiéndose y valide los sentimientos y las emociones que podrían estar experimentando. Usted conoce mejor a su hijo o hijos, y sabe bien qué tipo de información pueden manejar. Al hablar con los niños de menor edad, dedique tiempo a hablar pacientemente con ellos, contándoles qué está haciendo usted para que su familia esté segura. Al tratar con los preadolescentes y con los niños mayores, pregúnteles si alguna vez han experimentado malos tratos o racismo, o si han visto que le sucedió a alguna otra persona.
Esté atento a los cambios en la conducta de su hijo. Algunos niños pueden volverse más hostiles, mientras que otros pueden inhibirse o sentir temor. Si a usted le preocupa que su hijo puede estar teniendo momentos difíciles, de ansiedad, temor o angustia, llame a su pediatra o proveedor de salud mental para que le brinde apoyo adicional.
Limite lo que su hijo ve en los medios. Evite dejar la TV encendida como sonido de fondo. Con los niños mayores y los adolescentes, usted debería mirar con ellos y hablar juntos de lo que están viendo. Bríndele una atención cuidadosa a sus observaciones, y comparta su propia perspectiva sobre lo que está sucediendo. Use las pausas de avisos comerciales o ponga pausa en los videos para tener breves discusiones sobre lo que están viendo o acaban de ver en la TV. En el caso de los niños menores, limite lo que miran en la TV o el uso de los teléfonos celulares o las tabletas, en especial cuando están puestas las noticias. Asegúrese de que no importa los medios que estén consumiendo, esto se lleve a cabo en las áreas comunes de su hogar, donde usted puede fácilmente y en seguida saber qué están mirando.
Sea consciente de sus emociones. Como adulto, es fundamental ser consciente de cómo se siente y asegurarse de que esté bien. Si no se siente bien o no se siente capaz de afrontar la situación, pida ayuda para hacer frente al trauma y la conmoción emocional que están teniendo sobre usted los eventos o las imágenes que ha visto. Asimismo, haga una lista de sus propias estrategias de afrontamiento, y cuándo necesite emplearlas, repase su lista.
Use este momento didáctico. Esta es una buena oportunidad para que las familias de todas las razas analicen la historias del racismo y la discriminación en el país en el que viven, y decidan como familia de qué manera podrían llevar a involucrarse para ser agentes de cambio en la sociedad.
Aproveche los recursos correctos: los buenos recursos pueden ayudar. Si usted encuentra que está teniendo dificultades para hallar las palabras correctas que compartir con sus hijos durante estos momentos, no tenga temor de usar buenos libros u otros recursos que puedan ayudarle a comunicar de manera efectiva sobre este tema con sus hijos. Los consejos que se comparten más arriba también podrían resultar útiles. Este es un buen momento de recordar a sus hijos que nadie es perfecto. Analice también con ellos lo que ha aprendido durante este tiempo de agitación y lo que pueden hacer como familia para incrementar sus esfuerzos para no solo decir que usted no es racista sino para ser antirracista.
Hable y actúe
Está bien admitir que las personas son tratadas de manera diferente sobre la base del color de su piel, su etnia, su casta, su tribu, su sexo o el lugar donde viven, y dar ejemplos de lugares donde actualmente esto tiene lugar, si es que usted lo sabe. Esta es también una oportunidad de primera de mostrar a sus hijos cómo marcar una diferencia positiva. Por ejemplo, su familia podría decidir mostrarse proactiva al ver de qué manera su iglesia u otra institución hace frente a las diferencias. También podría decidir llamar al concejal de su ciudad o al supervisor de las escuelas, u a otro político local para que luche por cuestiones que enfrentan las comunidades de color o los grupos de personas marginadas como resultado de su etnia, casta o tribu. Desafíe sus propios sesgos, y hable con sus hijos sobre cómo le gustaría a usted que ellos traten a personas que pertenecen a un país, una cultura, una raza, una tribu o una clase social diferente.
Recuerde
Estos son los tipos de conversaciones que muchas familias estadounidenses de raza negra han tenido por años. A pesar de ello, si es algo que su familia aún no ha discutido, la agitación racial reciente en diversas partes del mundo podría ser usada como un momento pedagógico. La verdad es que, si es que queremos ver algún tipo de progreso en el mundo, en el que actualmente prevalecen las inequidades raciales, étnicas, de casta o tribales —aun si ese lugar es nuestra iglesia o institución educativa— será porque ayudamos a nuestros niños, adolescentes y jóvenes a aprender no solo que el racismo y la inequidad existen, sino que todos nosotros podemos trabajar juntos para desmantelarlos4 Esto es de suma importancia en especial para las personas que representan a Jesucristo.
Como declara Jesús: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:35).5 Los padres cristianos que trabajen mediante el poder y la gracia de Dios para criar a sus hijos para relaciones interraciales saludables pueden llegar a ser catalizadores para la transformación de los hogares, las iglesias y las instituciones. Esa realidad creará espacios donde abunde la armonía, la reconciliación y la paz enmarcadas por el inestimable y sólido amor de Dios.
Esta es nuestra oración para cada familia que sinceramente quiera representar a Jesucristo.
Willie y Elaine Oliver son codirectores de Ministerios Adventistas de Familia de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland.
1Ashaunta Anderson y Jacqueline Dougé (25 de junio de 2020), “Talking to Children About Racial Bias,” American Academy of Pediatrics, healthychildren.org, consultado el 13 de agosto de 2020.
2Ella S. Simmons, “Love Is an Action Word”, Adventist Review, Julio 2020, p. 22.
3Elena G. White, Mensajes selectos (Mountain View, Cal.: Review and Herald Pub. Assn., 1967), vol. 2, p. 551.
4Nia Heard-Garris y Jacqueline Dougé, J. (1 de junio de 2020), “Talking to Children About Racism: The time Is Now,” American Academy of Pediatrics, healthychildren.org, consultado el 13 de agosto de 2020.
5Los textos bíblicos pertenecen a la versión Reina-Valera 1995® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización.
Traducción de Marcos Paseggi