Líderes de la iglesia y funcionarios de gobierno de Tórtola colocaron la piedra fundamental durante una ceremonia reciente que dio inicio a la construcción de un nuevo complejo de 1,6 millones de dólares que albergará la iglesia adventista de Carrot Bay, que fue destruida por el Huracán Irma en 2017. El presidente de gobierno de las Islas Vírgenes Británicas, el Honorable Andrew Fahie, posó junto a los directivos de la iglesia donde estará el nuevo y moderno edificio.
El presidente de gobierno Fahie felicitó a la iglesia por su compromiso con el desarrollo social de la isla, y reflexionó en sus afectuosos recuerdos de cuando asistió a la Escuela Bíblica de Vacaciones cuando era joven. “Desde que tenía 7 años he escuchado sobre los planes de construir una nueva iglesia”, dijo. “Quiero decir de lo profundo de mi corazón, que este [proyecto] cuenta con mi pleno apoyo. Lo que pueda hacer, lo que podamos hacer, vamos a hacerlo”.
No solo tiene que ver con un nuevo edificio, dijo el presidente de gobierno Fahie. “Implica que la comunidad se una para una causa de Dios. Esto no solo unirá a las personas para la iglesia sino que nos unirá a todos, aún más, como una comunidad y como hijos de Dios”.
Construida originalmente en tierras donadas por la familia de Sarah Donovan en 1954, la iglesia de Carrot Bay se tornó un lugar inseguro de reunión después del paso del huracán. Los miembros se vieron forzados a reunirse en un centro de jóvenes cercano. El templo dañado fue demolido en 2019 para abrir paso al nuevo edificio.
El pastor Desmond James, presidente de la Iglesia Adventista en la Asociación del Norte del Caribe, felicitó al líder de la iglesia, el pastor Leriano Webster, y a los miembros por moverse para hacer que la iglesia esté instalada allí en la comunidad.
“Este es un momento de celebración para la iglesia. Sin amilanarse ante el inmenso desafío, mostraron que son personas de sacrificio, tenaces e incansables en sus esfuerzos de perseguir la misión para el pueblo de Dios”, dijo James. Animó asimismo a los miembros para que sean un faro en la comunidad, y para que abracen toda oportunidad de servir a Dios y crecer. “Sé que son una iglesia muy unida, y esperamos grandes cosas de ustedes”.
El nuevo templo, que será la iglesia adventista más grande de Tórtola cuando esté completada, será hecha de concreto y acero para que sea resistente a los huracanes. Asimismo, usará energías renovables para su iluminación, y contará con un salón para eventos sociales y espacio adicional para programas y actividades comunitarias, dijeron los líderes de la iglesia. El templo tendrá lugar para 350 personas.
Además de ser un centro de cultos con un bautisterio, la futura iglesia servirá a la comunidad y cumplirá las tres pautas estratégicas de servir, discipular y evangelizar. También habrá zonas que brindarán servicios a los niños y los jóvenes.“Mi bendición es ver la mano de Dios al avanzar hacia el futuro”, dijo el pastor Webster. “Él [Dios] abrió nuevos caminos que no vimos, en una aldea donde las circunstancias eran duras y nos sentíamos felices de erigir esta nueva iglesia para su gloria”. El principal objetivo del proyecto, dijo Webster, es crear una instalación que brinde un ambiente de adoración holística y que permita que la iglesia brinde una gama de servicios que mejoren la calidad de vida de los miembros y de la comunidad en general, explicó.
“Esta es una ocasión monumental a la que hemos llegado”, dijo el pastor Sylvester Williams, coordinador de la obra adventista en las Islas Vírgenes Británicas, durante la ceremonia de colocación de la piedra fundamental. “Este proyecto ha llegado en el momento más apropiado para satisfacer la necesidad de tener un lugar de adoración para el pueblo de Dios en esta comunidad”.
La Asociación Norte del Caribe brindó su apoyo al proyecto al dar una contribución financiera inicial para la construcción del complejo. Sanida McKenzie, tesorera de la asociación, dijo: “Aunque los huracanes Irma y María sacudieron los cimientos de la iglesia, los miembros lucharon juntos contra los difíciles desafíos”.
A pesar de la devastación, dijo el pastor Wilmoth James, secretario ejecutivo de la iglesia en el Norte del Caribe, “Carrot Bay sigue cumpliendo su parte en el cumplimiento de la misión del Señor en Tórtola”.Traducción de Marcos Paseggi