10 de septiembre de 2020 | Canadá | Por: Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales Canadá y Adventist Review
María, su esposo y sus seis hijos, disfrutaban de una buena vida en la República Democrática del Congo. Contaban con un terreno suficientemente grande en el que cosechaban arroz, maíz y frijol. El ingreso procedente de su parcela era más que suficiente para sostener los gastos de la familia y proveer para la educación de sus seis hijos. Con el excedente, construían viviendas con propósitos de arrendamiento, para obtener más ingresos.
La placentera vida de María se vio alterada abrupta y brutalmente un día en que las milicias armadas atacaron su hogar. Primero asesinaron a su esposo enfrente de ella y luego la abusaron violentamente. Cuando recuperó la conciencia y algo de su fuerza, reunió a todos sus hijos y juntos iniciaron la jornada de siete días rumbo a Uganda en busca de estatus de refugiados en ese país.
Amiga de María muestra orgulllosamente el jabón que hizo en un taller de trabajo de ADRA en Uganda. [Imagen: ADRA Canada]
A fin de suplementar las raquíticas raciones de alimentos, María hacía algunos trabajos ocasionales en la población vecina a su albergue. Sin embargo, todo esto cambió cuando se pusieron en efecto las restricciones por causa del COVID-19. María no podía ya encontrar ningún trabajo. Para hacer peor las cosas para María y sus hijos, el Programa Mundial de Alimentos redujo sus raciones de provisiones debido a la pérdida de donadores que lo financian.
“¡Mi familia y muchos de mis compañeros refugiados estamos realmente batallando durante eta pandemia!”, dijo María. “Nos habían distribuido artículos de higiene básicos, pero nunca suficiente jabón y estábamos preocupados por la propagación del COVID-19”.
María, una refugiada en Uganda, aprende a fabricar jabón en un taller de trabajo de ADRA. [Imagen: ADRA Canada]
“Nos dieron clases de entrenamiento sobre cómo fabricar jabón”, dijo María. “Ahora tenemos todo el jabón que necesitamos para mantenernos seguros nosotros y nuestros hogares. Además, el saber ahora cómo hacer jabón, nos brinda la oportunidad de un nuevo ingreso. Puedo concebirme a mí misma fabricando suficiente jabón como para sostener a mis seis hijos. Mi objetivo es hacer suficiente, de manera que todos mis hijos puedan terminar sus estudios. Ellos desean llegar a ser médicos, abogados y maestros a fin de que algún día puedan regresar a su país de origen y ayudar algún día a construir un mejor Congo”.
María señaló que ninguna de estas cosas podría haber sido posible sin la asistencia de ADRA y enfatizó que se siente muy agradecida por ello.
Los participantes muestran los resultados de la nueva habilidad que aprendieron de ADRA. El jabón será usado en su casa y vendido también para ingreso. [Imagen: ADRA Canada]
La original version (versión original) de esta historia la publicó ADRA Canada.
Traducción – Gloria A. Castrejón