4 de septiembre 2020 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson y Nancy Wilson
TW: ¡Hola amigos! Hoy hablaremos de un tema muy especial: ¡La familia! Y estoy encantado de que mi hermosa esposa, Nancy, pueda acompañarme.
Apenas parece posible, pero el 14 de septiembre, Nancy y yo celebraremos 45 años juntos, ¡y agradecemos al Señor por cada día precioso que nos ha dado!
NW: ¡Sí, esos años han pasado rápido! Y durante ese tiempo, Dios nos ha bendecido con tres hijas maravillosas hijas, y luego con tres queridos yernos. ¡Juntos, nos han bendecido con 11 preciosos nietos! Estamos muy agradecidos con el Señor y creemos que la familia es uno de los dones más importantes que Dios ha dado a los seres humanos.
TW: Todo comenzó en el Jardín del Edén cuando Dios declaró: “No es bueno que el hombre esté solo… » (Génesis 2:18). Dios formó a Eva a partir de una costilla tomada del costado de Adán, quien declaró con deleite: «¡Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne!» (Gen.2:23).
Y en la primera ceremonia matrimonial, Dios bendijo a la feliz pareja, alentándoles: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla” (Gén.1:28).
NW: Por supuesto, sabemos que las cosas no siguieron siendo felices, ya que se permitió que el pecado entrara en esta primera familia y afectó a toda la raza humana. Sin embargo, Dios tenía un plan de rescate. Él se preocupa por cada persona y se preocupa por las familias.
La esperanza de un Salvador venidero dio esperanza y valor a nuestros primeros padres, ¡y sigue dándonos esperanza y valor hoy!
TW: Aunque vivimos en un mundo caído y experimentamos los muchos desafíos que eso conlleva, Dios diseñó a la familia para que fuera una luz brillante para Él.
Leemos en El Hogar Adventista, página. 11, “La sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabezas de familia. Del corazón “mana la vida;” y el hogar es el corazón de la sociedad, de la iglesia y de la nación. {HC 11.1}
NW: “El hogar debe ser hecho todo lo que la palabra implica.” Seguimos leyendo en El Hogar Cristiano. “Debe ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos son cultivados… Nuestra felicidad depende de que se cultive así el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua. El símbolo más dulce del cielo es un hogar presidido por el espíritu del Señor”
Por supuesto, no podemos tener el hogar que Dios quiere que tengamos, si no tenemos a Dios como el componente principal.
TW: Una de las mejores formas de hacer esto en familia, es dedicar tiempo, por la mañana y por la noche para tener el culto familiar. ¡El culto familiar es un buen momento para involucrar a los niños! Háganlo interesante, agradable y no demasiado largo. Canten juntos, lean juntos. Oren juntos.
NW: Dios puede ayudar a traer paz y gozo al hogar, y puede ayudar a todos a trabajar juntos.
Cuando pienso en familias, y cómo puede volverse complicado, mientras hay influencias en tantas direcciones, me doy cuenta de lo esencial que es que los niños se sientan parte de la unidad familiar, que no son solo miembros pasivos a los que se cuida. Involucrarlos en actividades del hogar apropiadas para su edad, les ayuda a mantener las cosas limpias y funcionando sin problemas.
Involúcrelos en discusiones familiares. Si los niños aprenden temprano a tener responsabilidades, tendrán un sentido de pertenencia en la familia, sabiendo que son una parte importante de ella.
TW: Si bien Dios diseñó la unidad familiar, también creó la familia más grande, la familia de Dios, ¡donde todos somos hermanos y hermanas en Cristo!
La Iglesia Adventista del Séptimo Día es una maravillosa familia mundial de más de 21 millones de miembros en todo el mundo. Una de las alegrías que Nancy y yo experimentamos mientras viajábamos a varios lugares, antes del coronavirus, por supuesto, fue experimentar de primera mano la alegría de esta familia mundial de Cristo. Poder cantar y adorar juntos, y ver cómo la familia de la iglesia mundial estaba ministrando a quienes los rodeaban y compartiendo las buenas nuevas del pronto regreso de Cristo, ¡era realmente emocionante!
Y ahora, incluso durante estos tiempos difíciles, la familia de la Iglesia Adventista en todo el mundo se está uniendo de maneras nuevas y emocionantes, animándose unos a otros y alcanzando a un mundo desesperado por esperanza.