Una presentación en múltiples partes durante el último día de las reuniones administrativas anuales de la Junta Directiva de la Iglesia Adventista del Séptimo Día hizo foco en lo que los adventistas han conocido históricamente como “los mensajes de los tres ángeles” el pasado 14 de octubre de 2020.
Representantes de departamentos, secretarias y comisiones de la iglesia mundial analizaron ante los miembros de la Junta Directiva lo que están haciendo o planean hacer para destacar la importancia y lo oportuno de esos mensajes que se encuentran en la Biblia en Apocalipsis 14:6-12.
Según el texto bíblico, esos mensajes especiales son tres comunicaciones consecutivas dadas por tres mensajeros a cada habitante del planeta. Un primer mensaje llama a todas las personas a adorar a Dios porque, dice, “la hora de su juicio ha llegado”. Un segundo mensaje llama a las personas a que salgan de “Babilonia”. Un tercer mensaje constituye un llamado a no adorar “a la bestia y a su imagen”.
La comprensión profética adventista conecta los símbolos con movimientos, poderes y eventos históricos específicos. También encuadra esos tres mensajes en lo que se conoce como “el tiempo del fin”, cerca del regreso glorioso de Cristo a esta tierra.
Dado que los adventistas creemos que vivimos, en efecto, en el tiempo del fin, la aceptación de los mensajes de los tres ángeles puede alterar de manera significativa la vida y la experiencia de la iglesia.
A menos que no sea así.
La diferencia, creo yo, depende de al menos tres cosas: qué es lo que compartimos de los mensajes de los tres ángeles, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.
Aunque una respuesta acabada a esas preguntas bien podría estar más allá del marco de este comentario, creo que tomar en cuenta algunas sugerencias podría encuadrar la discusión y comenzar a brindar un esquema que muestra cómo seguir a partir de ahora.
A continuación presento y analizo brevemente esas sugerencias.
1. Jamás demos por sentado el conocimiento sobre los mensajes de los tres ángeles.
Puede que los miembros experimentados de la iglesia conozcan bien — o crean que conocen bien — los mensajes de los tres ángeles. Sea como fuera, los miembros de iglesia experimentados son estadísticamente una minoría. Dado que hay millones de adventistas que han sido bautizados en los últimos cinco años, es muy probable que haya millones de miembros que no pueden explicar con facilidad a qué se refieren los mensajes de los tres ángeles y por qué son fundamentales para nuestros días. Aunque se espera que los catecúmenos sean bautizados y lleguen a ser miembros de iglesia solo después de una enseñanza doctrinal adecuada, algunos líderes han reconocido que no siempre es el caso.
Esta necesidad continuada de instrucción es sin duda la razón de algunas de las iniciativas de la iglesia mundial. En la presentación del 14 de octubre, Elias Brasil de Souza, director del Instituto Bíblico de Investigaciones, informó que las lecturas de una próxima Semana de Oración y una Guía de Estudio para la Escuela Sabática se enfocarán en los mensajes de los tres ángeles. Al mismo tiempo, Dan Houghton, que es miembro de Servicios e Industrias de Laicos Adventistas, mencionó la preparación de un plan de estudios para los niños en la División Norteamericana que busca ayudar a que los niños adventistas de inclusive tan solo 5 años comprendan los mensajes de los tres ángeles.
El número de Octubre 2020 de Adventist Review también se enfoca en los mensajes de los tres ángeles. Sin duda, es un tema que ya ha sido tratado en los 171 años de la publicación insignia adventista. En esta ocasión, sin embargo, la sólida exposición teológica y la comprensión histórica adventista del tema se ve equilibrada por la voz de los lectores, por miembros de iglesia de edades, experiencias y trasfondos diversos que analizan qué entienden, qué es lo que no comprenden, y dónde se encuentran en relación con estos mensajes bíblicos. Esta muestra de opiniones es mucho más que eso: es un relevamiento informal que parece indicar cuánto éxito o no han tenido y tienen actualmente los adventistas al transmitir esos mensajes de los tres ángeles a los miembros de iglesia.
De manera simultánea, ante nuevas generaciones y una mayor diversidad dentro de las filas adventistas, no puede sino ser natural tener que enseñar, reenseñar, repasar y repetir esos mensajes. Los adventistas no deberíamos asumir que dado que ya enseñamos los mensajes de los tres ángeles una vez, el centro de ese mensaje ha sido captado y asimilado para siempre. Como sucede con otros temas y doctrinas, solo una revisión y repetición conscientes y periódicas cumplirán ese propósito.
Hace algún tiempo, asistí a un evento adventista donde se usó sistemáticamente la frase “los mensajes de los tres ángeles”, repitiéndosela decenas de veces. Ni siquiera una vez esa expresón fue “traducida” para oídos no expertos. Dado que crecí en la Iglesia Adventista, aprecié y hasta disfruté el renovado énfasis en esos mensajes. Sin embargo, con la mano en el corazón, tengo que reconocer que, si hubiera sido una visita en ese encuentro, habría estado completamente perdido, sin saber de qué estaba hablando esa gente.
Es un error muy común, creo yo, pero un error que no podemos seguir cometiendo.
2. Los tres ángeles de los mensajes de los tres ángeles en realidad no son tres ángeles reales.
La Biblia habla sobre diferentes tipos de ángeles, algunos de ellos por nombre. Pero en el lenguaje profético, un ángel a menudo no es un ser sobrenatural sino un símbolo que representa a un mensajero humano. En el contexto de Apocalipsis 14, los tres ángeles no son tres ángeles, Babilonia no es una ciudad real, y la bestia no pertenece al reino animal. En efecto, los tres ángeles representan a tres grupos de mensajeros que viven en el tiempo del fin, a quienes se les ordena proclamar los tres mensajes descritos en la profecía. De allí que el mensaje es celestial, pero los mensajeros no lo son.
Las implicaciones de este hecho son múltiples. En primer lugar, traslada la responsabilidad de dar el mensaje de algún ámbito vago y ajeno a este mundo a una tarea específica encomendada a un grupo de seres humanos que vive en la tierra al fin del tiempo profético.
En segundo lugar, como instrumentos humanos, se ordena a estos hombres, mujeres y niños que compartan tres mensajes especiales con otros hombres, mujeres y niños, de una manera que resulte comprensible para estos últimos. No importa cuán grande sea la significación de vida o muerte de estos mensajes, estos se tornan inefectivos cuando sus receptores no pueden captar su importancia práctica. Los tres mensajes son tan eternos como la Biblia y, sin embargo, tienen que ser tan contextualizados como el periódico de hoy.
En este contexto, la presentación del 14 de octubre en el Concilio Anual destacó iniciativas que buscan llevar los mensajes de los tres ángeles, por así decirlo, a la gente común. Entre ellos, Linda Koh, directora del departamento de Ministerios del Niño, explicó que se están diseñando libros animados para que los niños conecten los mensajes de los tres ángeles con la creación y la redención. Se espera que este nuevo recurso esté disponible en inglés, español, alemán y francés.
Por otra parte, Sam Neves, director asociado de comunicación de la Iglesia Adventista, contó que los líderes de comunicación de la iglesia se están poniendo en contacto con escritores, artistas, diseñadores gráficos y otros talentos artísticos de diversas partes del mundo para comenzar a elaborar maneras innovadoras de dar a conocer estos mensajes.
Estos son métodos e iniciativas dignas de elogio, creo yo, que guardan un potencial de ayudar a salvar la brecha generacional y poner de relieve esos mensajes bíblicos con un lenguaje que resulte cercano y significativo para las nuevas generaciones.
3. Los mensajes de los tres ángeles no constituyen una isla doctrinal.
Creo que la expresión y explicación de los mensajes de los tres ángeles están condenadas al fracaso a menos que sean conectadas intencionalmente con todo el cuerpo de doctrinas bíblicas. Discutir los mensajes de los tres ángeles en forma aislada es tan inefectivo como enseñar sobre el sábado sin hablar de la creación, o del plan de salvación sin explicar la noción de pecado.
Los mensajes de los tres ángeles no aparecen en un vacío. Por el contrario, son parte de la continuidad marcada por el gran conflicto entre el bien y el mal y, como tales, constituyen el centro mismo del evangelio. Siempre deberían ser discutidos y comprendidos dentro de esos parámetros.
Durante la presentación de octubre, Ángel Manuel Rodríguez, exdirector del Instituto de Investigaciones Bíblicas, presentó un resumen teológico de los mensajes de los tres ángeles al explicar de qué manera esos mensajes especiales de Dios se encuentran enmarcados dentro de la historia de la salvación. Citó entonces a Elena G. White, una de las fundadoras de la denominación, al leer: “El sacrificio de Cristo como expiación del pecado es la gran verdad en derredor de la cual se agrupan todas las otras verdades. A fin de ser comprendida y apreciada debidamente, cada verdad de la Palabra de Dios, desde el Génesis al Apocalipsis, debe ser estudiada a la luz que fluye de la Cruz del Calvario”.1
Los mensajes de los tres ángeles, dijo Rodríguez, “tienen que ver con el evangelio, con el Cordero de Dios que fue sacrificado por la redención de la raza humana”. White se habría mostrado de acuerdo con él. En acaso una de sus declaraciones que más estimula el pensamiento, ella escribió: “Varias personas me han escrito preguntando si el mensaje de la justificación por la fe es el mensaje del tercer ángel, y les he respondido: ‘Es ciertamente el mensaje del tercer ángel’”.2
Así es que, al igual que con cualquier doctrina basada en la Biblia, creo que un renovado énfasis en los mensajes de los tres ángeles será tan exitoso como la capacidad inspirada de los líderes, maestros e instructores adventistas de conectar esos mensajes con la centralidad del evangelio y la salvación que se encuentra en Jesús.
Al mismo tiempo, las nuevas generaciones por lo general hallarán que los argumentos les resultan más convincentes cuando ellos se vean apoyados por una experiencia que sea consecuente con la verdad que se comparte. Por ello, la proclamación de los mensajes de los tres ángeles será por cierto más efectiva cuando los receptores de los esfuerzos adventistas de evangelización vean que los mensajeros viven vidas a la altura de los elevados ideales que expresan. Por ejemplo, a menos que los adventistas redescubran la bendición del sábado como día de reposo — el sello de Dios — cada semana, llamándolo “santo, delicia [y] santo de Jehová” (Isa. 58:13), estarán perjudicando la verdad bíblica que se espera que proclamen.
En resumen, ¿puede un nuevo énfasis en los mensajes de los tres ángeles marcar un punto de inflexión en la vida y experiencia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día? Sí. Con la ayuda de Dios y la asistencia de su Espíritu, los adventistas deberíamos hacer todos los esfuerzos posibles para no derrochar esta oportunidad inigualable.
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1. El evangelismo, 142.
2. Advent Review and Sabbath Herald, 10 de abril de 1890.
Traducción de Marcos Paseggi