9 de octubre de 2020 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Por: Marcos Paseggi, Adventist Review
“Cada año, unas 800 mil personas en el mundo pierden la vida por suicidio. Eso implica un suicidio por cada 40 segundos”, dijo Torben Bergland, que es director asociado de Ministerios de Salud de la Iglesia Adventista y psiquiatra. “Por cada suicidio, puede que haya más de veinte que intentan suicidarse. Por cada suicidio, hay más de mil personas que sufren de una enfermedad mental, un total de alrededor de mil millones de personas, en su mayor parte con ansiedad y depresión. Las cifras de suicidios no son siquiera la punta del vasto iceberg del sufrimiento humano”.
Los comentarios de Bergland fueron parte de un video promocional que un grupo de líderes adventistas está usando como un llamado a la acción para hacer frente a problemas de salud mental. El video buscó presentar lo que los líderes adventistas han denominado Iniciativa de Salud Mental COVID-19, y fue transmitida para cientos de miembros de la Junta Directiva de la Asociación General, durante el segundo día del Concilio Anual 2020, el 8 de octubre de 2020. Debido a las restricciones motivadas por el COVID-19, la asamblea anual de la Iglesia Adventista este año se está llevando a cabo en forma virtual.
Una situación desesperante
Peter Landless, director de Ministerios de Salud, reconoció que los temas de salud mental han estado en el radar de los ministerios adventistas por años, en especial ante un aumento alarmante de las enfermedades mentales en el mundo en los últimos años. La desesperante situación se ha visto exacerbada, sin embargo, como resultado de las prolongadas cuarentenas impuestas en 2020 como resultado de la pandemia continua del COVID-19.
Elaine Oliver, directora asociada de Ministerios de Familia y consejera se mostró de acuerdo. “Ser humanos en este mundo quebrantado es difícil. El sufrimiento es normal en este mundo. Pero, debido al COVID-19, las cosas ya no son normales como antes. Las cosas son peores”, expresó.Es una situación que ha producido aumentos dramáticos en los niveles de angustia y afecciones mentales a personas que se enferman del COVID-19, pero también debido a las interrupciones a la vida diaria, el estrés y el aislamiento, recordó el director asociado del Departamento de Educación y psicólogo Julián Melgosa. “Un informe reciente del CDC [Centro de Control y Prevención de las Enfermedades] de los Estados Unidos indicó que los trastornos de ansiedad se han triplicado en la población en general, y que se han cuadruplicado los casos de trastornos depresivos”, expresó.
Melgosa añadió que las Naciones Unidas han reconocido que “la salud mental y el bienestar de sociedades enteras se han visto impactadas severamente por esta crisis, y esta es una prioridad que tiene que ser enfrentada con urgencia”. También ha expresado que “la angustia psicológica en las poblaciones se ha generalizado. Muchas personas están angustiadas debido a los impactos inmediatos del virus sobre la salud y las consecuencias del aislamiento físico”. Por último, dijo Melgosa, las Naciones Unidas han enfatizado que “la salud mental seguirá siendo una preocupación central aun cuando los países emerjan de la pandemia”.
Katia Reinert, directora asociada de Ministerios de Salud y enfermera de familia concordó con él, destacando asimismo que entre todos los grupos vulnerables, los jóvenes son los que parecen estar luchando más. “En el grupo etario de 18-24 años, el 75 por ciento reportó luchar con su salud mental o abuso de sustancias, y el 25 por ciento reportó haber considerado seriamente el suicidio en los últimos treinta días. Eso implica muchísimo sufrimiento. Es algo serio”, expresó.
Con este trasfondo, no podemos sino preguntarnos cuántos van a morir por suicidio en cada una de las regiones de la iglesia en los próximos meses, dijo Gary Blanchard, director del Departamento de Jóvenes. “¿Cuántos estarán a punto de renunciar? ¿Cuántos sufrirán como resultado del temor, la desesperación, la soledad y la desesperanza?”
Un llamado a la acción
Bergland dijo que dado el estado actual de las cosas, los miembros y los líderes de la Iglesia Adventista necesitan actuar, y necesitan hacerlo ahora. “Esto tiene que ser una cuestión de suma urgencia para cada líder, cada pastor, cada educador, cada padre, cada amigo”, dijo Bergland. “Nos encontramos en medio de una pandemia de salud mental. Tenemos ahora la oportunidad de ministrar a las necesidades presentes del mundo. Si queremos alcanzar a las personas con verdades presentes y eternas, tenemos que también cuidar y ministrar a sus necesidades presentes. Eso es lo que hizo Jesús. Hagámoslo también nosotros. Ahora. Juntos”.
Oliver compartió que los varios departamentos de la sede de la iglesia mundial que todos ellos representan se están asociando para hacer frente a esta cuestión. “Salud, Jóvenes, Familia y Educación están trabajando juntos en esto. Nuestro énfasis inicial estará en alcanzar a los jóvenes de entre 18 y 30 años. Pero más tarde nos expandiremos a otros grupos. Y oramos, esperamos y creemos que lo que hagamos por un grupo también podrá beneficiar a otros”, dijo Oliver.
Las acciones que conforman la iniciativa incluyen compartir los recursos recomendados sobre cómo apoyar la salud mental. Los coordinadores también esperan llevar a cabo una campaña de medios sociales en Instagram, Twitter, Facebook, YouTube y otras plataformas pertinentes. También afirmaron que organizarán webinars, entrevistas y discusión en paneles en línea.
“Puede que quieran hacer cosas similares. Puede que quieran hacer otras cosas”, dijo Oliver a los que miraban el video promocional. “Hagan cualquier cosa que crean apropiada, y de conformidad con las necesidades de su territorio. Y por favor, compartan con nosotros lo que hacen para que nosotros podamos compartirlas con otros”.
Bergland concluyó enfatizando que en un mundo en crisis, sociedades como las que los líderes adventistas están sugiriendo pueden comenzar a salvar la brecha. “Si podemos estar juntos y trabajar juntos, podremos marcar una diferencia”, expresó.
Traducción de Marcos Paseggi