Hatziminaoglou se había puesto en contacto diez años antes con arqueólogos de La Sierra mientras trabajaba como voluntaria en una excavación arqueológica en Jordania. También había sido parte de una presentación conjunta en Italia en 2019 sobre investigaciones de astronomía y arqueología, con el arqueólogo Doug Clark, director del Centro de Arqueología del Antiguo Cercano Oriente de La Sierra (CNEA) en el campus de la institución.
El 14 de noviembre de 2020, Hatziminaoglou miró desde Alemania como Clark y otros arqueólogos de La Sierra llevaron a cabo el XII Fin de Semana Anual de Descubrimientos Arqueológicos en un formato condensado de tres horas de duración. Aunque siempre había sido un evento presencial, el programa fue adaptado a una edición en línea debido a la pandemia del COVID-19.
Más de doscientas personas se registraron desde diversas partes de los Estados Unidos, Canadá, Australia, Alemania, Portugal, Brazil y Jordannia para asistir a una presentación de estilo seminario web por Zoom, bajo el título “Pasión por preservar el pasado: Muestra de arqueología en la Universidad La Sierra”, se llevó a cabo entre las 15:00 y las 18:00, Hora del Pacífico, y contó con presentaciones ilustradas y sesiones de preguntas y respuestas, ofreciendo perspectivas sobre las excavaciones de décadas y continuadas del centro en Jordania; el uso de nuevas herramientas tecnológicas; las actividades actuales de investigación y la publicación de hallazgos extensivos de las investigaciones; y un recorrido virtual del laboratorio de arqueología del centro, además de puntos destacados de algunos de sus miles de artefactos de la antigüedad. Los asistentes también pudieron acceder a una vislumbre de los planes para un proyecto de museo universitario.Hatziminaoglou logró seguir las presentaciones durante las dos primeras horas, hasta eso de las 2:00, dijo, y, a pesar de lo tarde que era, se sintió feliz de tener la oportunidad de reconectarse virtualmente con los arqueólogos y aprender más sobre la obra del centro. “Disfruté mucho el evento. No sabía bien qué esperar, pero descubrí que las charlas habían sido bien preparadas, eran informativas y educacionales”, expresó.
Clark, que encabezó el evento y sirvió como su principal conductor, presentó a otros presentadores desde un escenario montado en el laboratorio de arqueología del centro, rodeado de piezas de cerámica antigua excavadas de las arenas de Jordania. Algunos presentadores llevaron a cabo sus presentaciones desde lugares lejanos, como por ejemplo Canadá, Pennsylvania y Washington, mientras que otros lo hicieron desde el lugar. Todos los individuos que participaron en el campus en el centro de arqueología fueron sometidos a chequeos de salud y cumplieron con los protocolos de salud y seguridad.
Descubrimientos virtualesLos arqueólogos de La Sierra Kent Bramlett, Chang-ho Ji y Larry Geraty se sumaron a Clark para dar presentaciones junto con otros arqueólogos y estudiosos asociados. Se refirieron a las excavaciones en Tall al-‘Umayri, el Proyecto Regional Arqueológico de Balu’a, en Khirbut Ataruz y el Proyecto del Museo Arqueológico Regional de Madaba en Jordania. Exploraron la tierra y las culturas antiguas de los amonitas y moabitas. Los arqueólogos de La Sierra han mantenido sitios de excavación en Jordania durante más de 50 años.
Clark, con aportes de Larry Herr, que es arqueólogo y socio de excavaciones de él de larga data, además de profesor emérito de estudios religiosos en la Universidad Burman en Alberta, Canada, analizaron hallazgos claves en Tall al-‘Umayri, cerca de Amán. Después de 32 años, el sitio cesó sus operaciones en 2016 debido a una situación con los dueños de la propiedad. Entre los hallazgos antiguos se encuentra el descubrimiento de un sitio de sepulturas de la Edad de Bronce conocido como dolmen, donde se hallaron de 25 a 28 esqueletos humanos que están siendo analizados para conocer patologías y ADN antiguo; un complejo administrativo; una casa de cuatro habitaciones de alrededor del 1200 a. C.; y el descubrimiento de treinta vasijas de almacenamiento quebradas, algunas de las cuales todavía tenían garbanzos, y que databan de alrededor del año 2500 a. C.
Bramlett y Monique Vincent, codirectora del CNEA, dio una entrevista de la excavación de Balu’a, que incluye un asentamiento de la Edad de Hierro que, creen los investigadores, controlaba una ruta de comercio que pasaba por Moab. Destacaron planes para que el equipo de excavaciones multinacional regresara en el verano de 2021, siempre y cuando los participantes puedan recibir la vacuna contra el COVID-19.
Ji, que es arqueólogo y director asociado del centro, además de decano de la Escuela de Educación de La Sierra, analizó las excavaciones en curo en el templo moabita de tres mil año de antigüedad Khirbut Ataruz, un importante hallazgo descubierto en el año 2000. Su presentación incluyó el anuncio en 2019 de inscripciones en un altar cilíndrico que se refiere a una batalla que se libró y fue ganada por el rey moabita Mesha en una revuelta contra el rey de Israel.
Bramlett también brindó perspectivas sobre “cíberarqueología” y sus muchas tecnologías y usos, tales como la datación del carbono 14 en las investigaciones y la “cueva” del centro, un sistema de nueve paneles que lleva a la audiencia hasta adentro de estructuras de la antigüedad en un formato de 3D. Bramlett también explicó de qué manera él ha empleado la fotogrametría, que usa cientos de fotografías para crear un modelo digital en 3D de estructuras en excavación, para así tener sentido del aspecto que tenían tanto por dentro como por fuera, similar a los ambientes 3D en los video juegos, que permiten que los jugadores de trasladen en un mundo virtual. Los arqueólogos también usaron drones para fotografiar sus excavaciones desde arriba hasta que las leyes jordanas impidieron esa actividad.Geraty, un director asociado del centro, que también es arqueólogo y rector emérito de la Universidad La Sierra, transmitió planes ya en curso para la construcción de un museo multifacético pondrá en exhibición los tesoros de la antigüedad que ahora están en el Centro.
Dawn Acevedo, actual asistente del centro de conservación arqueológica y estudiante de posgrado, fue una organizadora clave del evento arqueológico virtual. Acevedo coordinó el recorrido virtual del centro y sus laboratorios y analizó los componentes que se están considerando para el nuevo centro, como por ejemplo los paseos digitales, y exhibiciones de inmersión virtual.
La opción en línea
Hatziminaoglou trabajó como voluntaria en la excavación de Tall al-‘Umayri en 2010 pero tenía conocimientos limitados de los demás lugares dirigidos por los arqueólogos de La Sierra. “Como astrofísica, no arqueóloga, la mayor parte de lo que se dijo me resultó nuevo. Lo que más me impresionó, sin embargo, fue la larga historia de arqueología en la Universidad La Sierra y la magnitud de los proyectos”, dijo. “Recibir esa visión general me abrió los ojos e hizo que quiera regresar [como voluntaria a las excavaciones]”.
La voluntaria del CNEA de larga data y veterana de las excavaciones Vera Kopecky, asistente de los eventos anteriores anuales presenciales de arqueología, dijo que disfrutó del programa virtual. “Fue una linda manera de conectarnos este año, y creo que también tuvo el beneficio adicional de reunir a las personas que no podían asistir, más allá del COVID, por el costo de los viajes, su salud o sus prioridades laborales. De esta manera, pudo participar gente de todo el mundo”, expresó. “Solo por esa razón, me gustaría que continuará ese formato virtual. El evento virtual fue fácil de navegar, y todo los oradores se destacaron. Aun cuando era la primera vez que lo hacían así, todo pareció salir bien”.Beverly Beem, profesor emérita de inglés en la Universidad Walla Walla en Washington y expresentadora de eventos durante los encuentros arqueológicos anuales, se conectó con el programa virtual en su teléfono celular desde su casa en College Place. Recordó como en los banquetes de los años anteriores había disfrutado de platos del Cercano Oriente, visitado la biblioteca del CNEA, y bebido té mientras hablaba con amigos en la tradicional tienda beduina de pelo de cabra que se solía levantar en el lugar de la recepción.
“Eso no pasa en Zoom, pero sin Zoom, no habríamos tenido evento alguno ese fin de semana”, expresó. “No podríamos haber visto que nuestros amigos nos hablen de sus descubrimientos en la última excavación, el progreso hecho en los dos museos, y escuchar de sus planes para el futuro. Son cosas que queríamos saber, y fue bueno escucharlas, aun si no pudimos estar allí en el Centro de Arqueología del Cercano Oriente. Espero que sigan haciendo esto”.
El evento virtual del fin de semana se preenfocó en las ciudades afamadas del sudoeste de Turquía, y en sus iglesias, sinagogas y mezquitas, con discusiones a cago de importantes expertos, que tenían pensado volar hasta la universidad para sus presentaciones. El cambio hacia el evento virtual, que representó un gran aprendizaje tecnológico para los organizadores, fue producido con la participación significativa del Departamento de Tecnologías de la Información de la universidad e incluyó “una mesa de laboratorio llena de sofisticados equipos con tres cámaras, dos torres de luces, varios monitores y muchas computadoras”, destacó Clark.
“Mientras hacían los ajustes a la nueva dinámica en nuevos ambientes con nuevos requisitos, los presentadores estuvieron a la altura del desafío. La mayoría de nosotros estábamos en el CNEA y tuvimos que llevar a cabo nuestros ajustes. Aun así, los que presentaron en ubicaciones remotas experimentaron otras cuestiones”, destacó Clark en un mensaje posterior al evento dirigido a los miembros de la comisión arqueológica. “Algunos no pudimos ver a los copresentadores, lo que hizo que fuera interesante saber cuándo parar o comenzar sin una señal visual con el rostro. En último término, sin embargo, los diálogos parecen haber salido bien. Esperamos que el énfasis en las excavaciones en sitios del extranjero y también las investigaciones locales, todas en conexión con el CNEA, hablen bien de nuestro compromiso por preservar el pasado”.La versión original de esta noticia fue publicada en la página de noticias de la Universidad La Sierra.
Traducción de Marcos Paseggi