22 de febrero de 2021 | Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos | Por Diane Helbley, Lake Union Herald
¿Qué puede hacer una familia para divertirse, en un clima con temperaturas apenas sobre cero, durante una pandemia, y todavía sentirse segura?
Hay una idea procedente de los dirigentes de la Escuela Sabática de Niños, de la Iglesia Pioneer Memorial (PMC) en el campus de la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos, que se podría repetir en cualquier otra comunidad.
El sábado 6 de febrero, docenas de familias con niños de entre 4 a doce años, se alinearon en el estacionamiento de la iglesia, esperando su turno para participar en una “búsqueda de tesoro” desde el interior de su propio vehículo. Al llegarse la hora, los participantes recibieron la primera “pista” vía mensaje de texto.
Pero estas no eran cualquier clase de pistas. Eran más bien historias cuidadosamente escritas por Nashonie Chang, un estudiante del Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día, que enseñaban acerca de la vida y obra de varios pioneros adventistas. Todos estos pioneros cuentan con un edificio que lleva su nombre, en el campus de la Universidad Andrews. Nombres tales como White, Bell, Horn, Griggs y Sutherland. Al final de cada pista-historia, los participantes conducían su vehículo hasta el edificio que lleva el nombre de tal pionero y leían una breve biografía de esa persona.Al llegar a cada edificio, los dirigentes de la Escuela Sabática de Niños y otros voluntarios, saludaban a las familias. En cada edificio, se les entregaban a las familias obsequios relacionados con la Escuela Sabática, incluyendo material para un trabajo manual, manzanas, revistas de Escuela Sabática y las muy apreciadas “piedras lisas”, a cambio de versículos memorizados y, al final, una tarjeta postal de Nathan Greene.
Los participantes pudieron también tomar parte en una actividad de servicio en uno de los altos en su recorrido. Se les entregó un papel con el nombre de una persona e información sobre ella y se les pidió que hicieran contacto con tal persona ahí mismo y en ese momento, para manifestarle amor cristiano y proporcionarle un cierto sentido de comunidad que tal vez estuviera extrañando durante la pandemia.
Para añadir todavía más a lo divertido de la aventura, hubo una rifa al final. Tres afortunadas familias recibieron una tarjeta de regalo, ya sea de parte del Adventist Book Center (librería adventista), o de parte de Your Story Hour (La hora de tu historia).
Esta aventura fue organizada por Glynis Bradfield, una de las superintendentes de Escuela Sabática de PMC. Glynis Bradfield, juntamente con Ben Martin, el pastor de PMC a cargo de Familia y Discipulado, explicaron que las investigaciones muestran que el factor primordial en relación con el crecimiento de la iglesia, es la forma en que son tratadas las familias. Sin embargo, son muy claros los desafíos durante estos tiempos.
“Hemos hecho un buen trabajo en cuanto a dar a conocer nuestro mensaje a través de los servicios en línea de la iglesia, o del servicio de oración por Zoom”, reconoció el Pastor Martin “Pero en lo concerniente al apoyo de las familias, esto ha sido todo un desafío. En algunas familias, este tiempo de pandemia las ha unido más; pero en otras, esto ha sido toda una pesadilla. Así que, el cambiar un poco el enfoque y hacer algo como esto, mediante lo cual nuestras familias se pueden conectar, es muy saludable.
Muchas fotografías de sonrientes familias sosteniendo en su mano todos los tesoros obtenidos, se publicaron en la página grupal de Facebook de Discipulado de Niños y Familias de PMC. Y en muchos de los comentarios, dieron a conocer lo mucho que se divirtieron y las cosas interesantes que aprendieron. La familia Press escribió: “Nos gozamos en aprender tantas cosas nuevas acerca de la historia y herencia de esta increíble comunidad Pioneer que consideramos nuestra casa. Nos inspiró en forma especial la historia de fe de la familia Horn”.
“Es también interesante el hecho de que Dios guio a personas ordinarias como tú y yo para encontrar este bello lugar; y ahora estamos gozando de su dedicación a la obra de Dios”, escribió la familia Mbaiwa. La familia Mello escribió: “¡Nos encantó escuchar todo acerca de los héroes de nuestra fe que han vivido antes que nosotros! ¡Estamos listos para ser pioneros en 2021!” Como resumen a todo lo anterior, la familia Maseko expresó: “Aprendimos acerca de amistad, aventura, alegría y honestidad en todo lo que hacemos para Jesús. Nosotros podemos también dar a conocer a Jesús, no importa en qué pequeña medida lo hagamos”.
Como lo hicieron notar los dirigentes de esta actividad, las iglesias y familias no tienen que estar en un plantel universitario para disfrutar de una “búsqueda de tesoro” en su vehículo. Pueden hacerlo en conjunto con su iglesia local, escuela, o con cualquier grupo. Lo único que se requiere es escoger algunos puntos de interés, parques o edificios importantes y guiar a la gente hasta esos lugares, a través de pistas que describan tales lugares. Si no se cuenta con la capacidad de enviar mensajes de texto, otras opciones pueden ser, escribir esas pistas y enviarse por correo electrónico, o darlas en hojas impresas en el punto de inicio de la aventura. Dependiendo del tamaño del grupo, podría ser bueno escalonar el tiempo de inicio, o enviar a las personas por rutas diferentes, de manera que los vehículos no se queden estancados en cualquiera de los sitios. El proveer oportunidad para que los participantes compartan sus fotografías le añade a la aventura el sentido de una experiencia compartida. Provee una forma divertida de explorar la región local en forma única y singular.
La versión original de esta historia de publicó en el Lake Union Herald.
Traducción – Gloria A. Castrejón