“Somos seres creativos porque Dios es un Dios creativo”, dice R. Aileen Yingst.

17 de marzo de 2021 | Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos |Por Debbie Michel, Lake Union Herald

La chispa de encendido fue Dios.

Así es como la científica de NASA, R. Aileen Yingst, describió su intervención en numerosas misiones espaciales, incluyendo la última que involucró el rover o dispositivo de exploración Perseverance que tocó suelo marciano el 18 de marzo.

Como muchos de nosotros, Aileen se encontraba observando desde su hogar, mientras los ingenieros de NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, en California, Estados Unidos, habilidosamente lograron que llegara hasta la superficie de Marte el pequeño artefacto del tamaño de un automóvil, después de su séptimo mes de jornada en el espacio. Como uno de los miembros del equipo de instrumentación SHERLOC, Aileen es responsable por ayudar a analizar fotografías de la geología de este planeta, en procura de cualquier pista, tanto en rocas como en sedimento, que pueda indicar a los científicos si hay posibilidades de vida en Marte.

Cuando ella escuchó las palabras “’Aterrizaje’ cumplido”, aquello fue la culminación emocional de años de duro trabajo. “Lloré entonces”, dijo. “Uno ha estado trabajando en un instrumento durante cinco o seis años, dependiendo de qué instrumento se trate y, en todo ese tiempo, todo está en la imaginación”.

Aileen recuerda el tiempo cuando crecía en el suroeste de Michigan y se sentía atraída hacia la naturaleza, que es el segundo libro de Dios. Le gustaba armar rompecabezas con representaciones de los planetas. Jugaba también en la arena de las playas del Lago Michigan, observando las formas de esos granos de arena y preguntándose de qué manera se habían formado. Soñaba con volar al cielo para pedirle a Dios que hiciera un alto por un momento a fin de que ella pudiera gozar del cielo estrellado.

A través de los años, aprendería sus propias valiosas lecciones sobre perseverancia. Lo que más recuerda de los años pasados en la Village Adventist Elementary School (escuela primaria) y la Academia Andrews, son maestros tales como la Sra. Hunt y el Sr. Baker, quienes la empujaron hacia la excelencia. “El Prof. Baker le brindó el regalo de tener que realmente esforzarse en algo”, dijo. Sus clases de redacción fueron fundamentales para la habilidad de escribir propuestas de becas o subvenciones tan cruciales en su carrera científica.

Esas lecciones le permitieron avanzar en su ruta a prestigiosas universidades, como Dartmouth y Brown y luego a una carrera en misiones espaciales. Dijo que aunque batalló con sus materias universitarias de cálculo y física, persistió en su empeño por causa de los maestros que la animaron a soñar en grande y continuar esforzándose.

Dios ordenó su llamado

Después de sus estudios de posgrado, Aileen se trasladó a Wisconsin y, en su primer día de trabajo, su jefe le habló de la posibilidad de una asignación para operar el programa NASA Space Grant en Wisconsin. Su jefe el propuso que redactara una propuesta de beca para trasladar el programa al lugar en donde ellos estaban trabajando, el Space Explorers en Green Bay. Era una posibilidad remota. Solamente existía una posibilidad en cada estado de la nación y su dirección se le otorga usualmente a un profesor de alto nivel de una universidad de prestigio, el cual se mantiene en este puesto durante décadas. Pero Aileen terminó siendo becada y se le nombró directora, lo cual ella cree firmemente que solo podría haber ocurrido como resultado de que Dios abrió para ello las puertas.

En su posición actual como científica principal de la corporación sin ánimo de lucro Planetary Science Institute, se relaciona constantemente con colegas tanto ateos como algunos cristianos.

“Mi mayor gozo es cuando alguien se acerca a mí y me dice: ‘Aileen, sé que eres una persona creyente; tú sabes que yo no lo soy, pero necesito hablar con alguien’. ‘Aileen, sé que eres una persona creyente, así qué, ¿podemos orar juntos?’” Estas interacciones han impulsado a Aileen a ser más analítica en cuanto a cómo observa la forma de compartir su fe.

“Esas son cosas que me parece que, como adventistas, no nos damos cuenta en ocasiones. Tenemos la tendencia a mirar a los científicos como ‘ellos’, lo cual pienso que es totalmente equivocado. Ellos son en realidad yo: ellos son nosotros. Los científicos son personas por las cuales Cristo murió”.

Dios de la Creación

Ahora que el Perseverance está en Marte y están comenzando a llegar informes desde el planeta rojo, que se encuentra aproximadamente a unos 225 millones de kilómetros de distancia del planeta Tierra, ¿qué puede enseñarles esta exploración a los no creyentes, acerca de nuestro gran Dios del universo?

“Hay algo en mi negocio que constantemente me recuerda que eso no comienza conmigo. Comienza con Dios”, nos explica. “Dios es creativo. Nosotros somos seres creativos porque Dios es un Dios creativo.

“Los ejemplos que vemos son solamente una sombra y tenemos la tendencia de mirar esas sombras y asumir que son la realidad, pero no lo son. Nosotros somos las sombras y Dios es la realidad; y eso me hace volver mi atención constantemente hacia arriba. Me recuerda lo que significa adorar a un Dios maravilloso y sorprendente”.

La versión original de esta historia se publicó en el Lake Union Herald.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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