Atribuye a la intervención divina y la administración cuidadosa el módico superávit de 2020.

13 de abril de 2021 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Por: Marcos Paseggi, Adventist Review

En un año descrito a menudo como “inesperado”, “impredecible” e “incierto”, el tesorero de la Iglesia Adventista Juan Prestol-Puesán informó que las finanzas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día han terminado el 2020 balanceadas.

Las declaraciones de Prestol-Puesán fueron parte de su informe de este 13 de abril de 2021 ante los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General (GC EXCOM), el organismo más elevado de toma de decisiones de la denominación entre los congresos mundiales quinquenales. Los miembros de la junta están reuniéndose virtualmente para el Concilio de Primavera 2021.

Juan Prestol-Puesán, tesorero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, informa sobre el estado de las finanzas de la iglesia para el año 2020 durante las reuniones del Concilio Anual de la Junta Directiva de la Asociación General, el 13 de abril de 2021.

Prestol-Puesán repasó los desafíos del año pasado. Los informes financieros durante el comienzo de la pandemia eran preocupantes pero hacia el fin del verano y comienzo del otoño los informes comenzaron a mostrar una tendencia positiva. Fue en noviembre que elevó una oración especial. “Oré al Señor pidiéndole que nos permitiera simplemente quedar balanceados en 2020, y expresé que quedar balanceados, o aun mostrar 10 mil dólares de superávit, sería como un sueño hecho realidad”, contó. “Hoy quiero informarles que mi imposible sueño se hizo realidad, y que mi oración fue contestada más generosamente de lo que había imaginado”. Prestol-Puesán informó que los ingresos netos de la iglesia experimentaron un incremento de 67.816 dólares, en sus palabras, “más de seis veces lo que le había pedido al Señor que proveyera”.

Administración cuidadosa

Más allá del papel fundamental de las bendiciones de Dios, no habría sido posible obtener un resultado positivo de no ser por la administración cuidadosa de los recursos y fuentes de ingresos, enfatizó Prestol-Puesán. “Las operaciones financieras de la Asociación General han sido administradas con prudencia”, dijo. Entre otros elementos, especificó que se redujeron deliberadamente los gastos. Prestol-Puesán también mencionó la reducción del personal, los servicios internos eliminados, y la evitación de costos innecesarios como elementos que contribuyeron a un panorama financiero positivo.

“Si no se hubieran recortado los gastos, no habríamos tenido esa posibilidad de quedar balanceados”, reconoció. Otro elemento destacado fue que los ingresos por diezmos provenientes de la región Norteamericana, que representan casi la mitad del presupuesto de la Asociación General, aumentaron un 1,7 por ciento en 2020 en comparación con 2019.

A medida que las finanzas se estabilizaron un poco en la segunda mitad de 2020, no hizo falta implementar otras medidas de emergencia, explicó Prestol-Puesán. “Las subvenciones a las divisiones y las instituciones, como así también las que se envían a la Ventana 10/40 no fueron reducidas”, dijo en referencia a los montos predeterminados de dinero que apoyan a algunas instituciones educativas, de salud y ministerios, y a la obra misionera de la iglesia en la región donde el cristianismo es minoría. Asimismo, las asignaciones suspendidas por un voto del pasado 9 de julio de 2020 fueron restauradas parcialmente en diciembre. Estas medidas contribuyeron con el balance final de las secretarías que se encargan de los misioneros interdivisión, los servicios de auditoria y el Instituto de Investigaciones en Geociencia.

“El año 2020 terminó de manera tan impredecible e incierta como comenzó, pero el Señor estuvo con nosotros”, dijo Prestol-Puesán. “Él marcó la diferencia al añadir su bendición a nuestros humildes esfuerzos”.

Señales alentadoras

Como parte del informe financiero, el tesorero asociado Ray Wahlen amplificó la presentación del tesorero con algunas cifras que justifican los resultados alentadores de 2020.

En todo el mundo, los diezmos —o el diez por ciento de los ingresos que los miembros de iglesia donan voluntariamente para financiar la misión de la iglesia— disminuyeron 128 millones de dólares en 2020, o un 5,3 por ciento. La reducción probablemente sea producto de la inestabilidad financiera global y de fluctuaciones significativas de las principales monedas respecto del dólar estadounidense, explicó Wahlen. Una reducción en los diezmos afecta directamente las operaciones en la sede central de la iglesia que, por reglamento, opera con un tope del 2 por ciento de los diezmos globales. En este caso, significó que la Asociación General recibió 2,7 millones de dólares menos en 2020, dijo Wahlen.

“Comenzamos el 2020 con un presupuesto interno aprobado de poco más de 50 millones de dólares”, explicó Wahlen. “Ante los repentinos cambios que se producen en los primeros meses del año, la Asociación General tomó medidas específicas para reducir su presupuesto operacional a 46,5 millones de dólares. Fueron recortes dolorosos”, reconoció.

Wahlen, sin embargo, se mostró complacido de informar que el enfoque colaborador de parte de toda la Asociación General resultó en ahorros marcadamente más significativos que los proyectados. “Los departamentos analizaron sus planes de manera proactiva y tomaron la decisión de posponer muchos de ellos o, en algunos casos, cancelarlos por completo”, informó Wahlen. El resultado, dijo, fue que, en 2020, los gastos sumaron 37,9 millones de dólares, o 7,7 millones de dólares menos que el tope real, y 12,1 millones de dólares menos que el presupuesto original para el año. “Visto desde otra manera, los gastos sumaron tan solo el 83,2 por ciento del límite permisible”, expresó.

En total, las fluctuaciones en las tasas de interés, la reducción del rendimiento de las inversiones y otros factores implicaron una disminución total de 29,9 millones de dólares en los ingresos para 2020, que se vio compensada por una reducción de los gastos que sumó 17,1 millones de dólares y un desplazamiento de transferencias por 7,1 millones de dólares. “Eso significó 5,7 millones de dólares menos que en 2019, pero aun poco más que lo necesario para balancear el año”, informó Wahlen.

Desafíos por delante

Prestol-Puesán reconoció que el año fiscal 2020 dejó a su equipo de directivos financieros “gran cantidad de advertencias contra la administración descuidada, y nos llamó a no mostrarnos confiados de más en 2021 y en los años que vendrán”. En 2021, añadió, la Asociación General espera ponerse al día en varias áreas, lo que incluye regresar a las subvenciones a niveles previos al COVID-19, de ser posible, y completar iniciativas pendientes en las áreas de misión y de logística.

Un desafío pendiente, reconocieron Prestol-Puesán y Wahlen, es que la iglesia mundial se recupere de una disminución sustancial en las Ofrendas Misioneras, las contribuciones que los miembros de iglesia realizan para los proyectos misioneros en el mundo. En 2020, las Ofrendas Misioneras disminuyeron 14,9 millones de dólares (o el 20 por ciento) en comparación con 2019. Wahlen dijo que es un área de las contribuciones que amerita “un estudio urgente y abarcador” para determinar sus causas. Las causas posibles incluyen las actitudes cambiantes hacia las donaciones a la misión y la necesidad de oportunidades de contribuir a la misión cuando se cancelas los cultos de adoración presenciales, dijo.

Al destacar los desafíos y las incertidumbres aún presentes, Prestol-Puesán expresó sin embargo la conciencia del equipo financiero de que han visto las bendiciones de Dios en 2020. “Deseamos expresar nuestra gratitud al Señor por su fidelidad y su amor”, dijo.

Una nota personal

En el cierre de su informe, Prestol-Puesán compartió de qué manera un estudio personal sobre el escenario del tiempo del fin que los adventistas conocen como “eventos de los últimos días” lo ayudó a reflexionar sobre la importancia de apoyar la misión expresa de la iglesia. Citó entonces el consejo dado por Elena G. White, cofundadora de la Iglesia Adventista, en The Review and Herald (ahora Adventist Review) del 21 de marzo de 1878. Recordó a sus oyentes de la dirección divina a la hora de tomar decisiones financieras. Si los líderes y los miembros de iglesia deseaban saber cómo usar mejor sus propiedades para apoyar la obra de Dios, Dios les enseñaría “cuándo vender y cuánto vender” en lugar de acumular. “La riqueza acumulada pronto no valdrá nada,” escribió White.

Para ilustrar este punto, contó que cuando se preparaban para cerrar el ejercicio fiscal 2020, se le notificó que la Asociación General había recibido varias donaciones sustanciales e inesperadas para la obra misionera, de parte de individuos que ellos no conocían. Las donaciones sumaban millones de dólares, contó. Para Prestol-Puesán, esta es solo una muestra de lo que sucederá a medida que nos aproximamos a lo que los adventistas creen que es el fin del mundo. “Estoy agradecido”, dijo, “porque en 2020, el Señor me permitió tener una vislumbre de lo que probablemente sucederá en el fin mismo de la misión”.

Al final del informe a cargo de Prestol-Puesán’s, Ted N. C. Wilson, el presidente de la Iglesia Adventista, celebró los resultados financieros positivos aun en medio de la pandemia en curso. “Creo que lo único que podemos decir es: ‘¡Alabado sea el Señor!’, dijo Wilson.

Los miembros de GC EXCOM votaron recibir el Informe del Tesorero por 172 votos a favor y solo 1 en contra.

Traducción de Marcos Paseggi

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