15 abril de 2021 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
Ted: Hola amigos. Al llegar al final de otra semana, ¡qué gozo es recibir el sábado, un momento en el que Dios viene a reunirse con nosotros, dondequiera que estemos en el mundo! Es un regalo universal que no se limita a un solo lugar, sino que llega a todo el mundo, desde el atardecer hasta el atardecer.
Nancy: Disfrutamos especialmente los viernes por la noche en nuestra casa. A medida que se pone el sol, parece que el cálido resplandor del día de reposo nos envuelve con sus brazos y sentimos que se instala una paz asombrosa. Es un descanso especial de sábado, que nos invita a dejar todo lo demás a un lado y descansar en el Señor.
Ted: Durante la época más fría del año, me gusta encender un fuego acogedor en nuestra chimenea y Nancy y yo nos sentamos juntos, leyendo, platicando, o simplemente disfrutando del calor del fuego. A veces cantamos himnos mientras Nancy toca el piano.
Nancy: Al crecer, recuerdo el sábado, y especialmente el viernes por la noche, como el momento más especial de la semana. Nunca se sintió legalista. Comenzábamos a limpiar todo el jueves, y
para el viernes la casa estaba limpia y había aromas maravillosos que emanaban de la cocina, lo que indicaba que había alimentos especiales. Cada viernes por la noche y cada sábado eran una celebración, con comida especial, adoración y tiempo en familia.
¡Por alguna razón, los viernes por la noche, mis hermanos y yo siempre nos reíamos! En una ocasión no podía dejar de reír. Finalmente, papá dejó de leer y me dio el libro, pidiéndome que lo leyera. ¡Finalmente pude dejar de reírme el tiempo suficiente para terminar la lectura!
Mamá y papá siempre apoyaron mucho las Escrituras y el Espíritu de Profecía. Escuché acerca de la Segunda Venida de Jesús desde una edad muy temprana. Había una esperanza. Sabíamos que este mundo no es nuestro hogar, simplemente estamos de paso.
Ted: El sábado, un regalo dado a toda la raza humana al principio de los tiempos, es un día como ningún otro. Leemos en Génesis 2:1-3, “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el
ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” Como Adventistas del Séptimo Día, reconocemos que el séptimo día significa más que cualquier otro día de la semana; es el “Sabbath”, un hecho que no se refleja tan bien en el nombre en inglés, «Saturday», pero la idea se manifiesta maravillosamente en otros idiomas, como Sábado en español, Subbota en ruso, Savvato en griego moderno, y otros.
Como ustedes pueden haber experimentado, uno de los gozos del sábado es adorar junto con otros creyentes. Durante el año pasado, sin embargo, ha sido un desafío reunirse en persona debido al Coronavirus. Si bien esto abrió la puerta a mucha creatividad a través de los servicios de adoración electrónicos que usan YouTube, Zoom, Facebook, etc., estamos agradecidos de que en muchos lugares, las restricciones ahora se están suavizando y más iglesias están abiertas para reunirse en persona, siguiendo las pautas locales, por supuesto.
Nancy: El Sábado un día de alegría, y qué importante es que ayudemos a nuestros hijos a vivirlo con alegría, incluso cuando las circunstancias lo hacen desafiante. Algo que disfrutábamos hacer como familia cuando nuestros hijas eran pequeñas, y todavía disfrutamos hacer hoy, es salir
a caminar los sábados por la tarde. Elena de White describe esto maravillosamente. Ella escribe:
«. . . Los padres pueden llevar a sus hijos al aire libre para contemplar a Dios en la naturaleza. Pueden señalar a las flores en capullo y a los capullos abiertos, los elevados árboles y las bellas briznas de hierba, y enseñar que Dios hizo todas estas cosas en seis días y descansó en el séptimo día y lo bendijo. En esa forma, los padres pueden dedicarse con afán a instruir a sus hijos, de modo que cuando ellos contemplen las cosas de la naturaleza, recuerden al gran Creador de todas ellas… No hemos de enseñar a nuestros hijos que no deben ser felices durante el sábado, que es un error salir a dar un paseo al aire libre. Oh, no. Cristo condujo a sus discípulos a la orilla del lago durante el sábado y les enseñó. Sus sermones sabáticos no siempre fueron predicados entre cuatro paredes» (Conducción del Niño, CN 505 -506).
Ted: Dondequiera que estemos, Dios nos invita a hacer del día de reposo un deleite, un tiempo alegre de unión con Él, un tiempo para recordarlo como nuestro Creador y descansar en Él como nuestro Redentor.
A lo largo de la historia, Dios siempre ha tenido un pueblo que lo ha adorado en Su día especial, y sabemos que será así hasta el fin de los tiempos. Entremos hoy en esa alegría, como decimos juntos:
Ted y Nancy: «Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.» (Ex. 20:8-11).
Ted: ¡Que el Señor les bendiga de una manera maravillosa al recordar Su día especial! Oremos.
Padre celestial, te damos gracias por instituir al final de los seis días de la creación el día de reposo, un broche de oro que nos une a ti como nuestro creador, como nuestro redentor, una señal no solo de tu poder creativo, sino de tu realmente poder creativo para crear en nosotros un corazón nuevo cada día.
Señor, gracias por el día de reposo, el séptimo día de la semana. Gracias por la hermosa experiencia de adorar en compañerismo juntos y guiar a otros al cielo. Señor, esperamos adorarte en el día de reposo cuando vengas desde el cielo y nos lleves para estar contigo, qué oportunidad será para realmente estar presentes, con la presencia física del que creó el sábado. Gracias por estar con nosotros, no solo el sábado sino durante toda la semana.
Bendice a cada familia, a cada individuo de este mundo, mientras te adoramos en tu día santo, el séptimo día sábado. Gracias por escucharnos, en el precioso nombre de Jesús te lo pedimos, amén.