Los refugiados son definidos como personas forzadas a dejar su país para escapar de la guerra, la persecución o las catástrofes naturales. Los refugiados no son estadísticas sino personas — madres, padres, niños y ancianos — cuyas vidas han sido trastocadas por completo por causa de los prejuicios, la violencia o las violaciones a los derechos humanos.
De los 79.5 millones de personas desplazadas forzadamente en el mundo, 45.7 son personas desplazadas internamente, 4.2 son solicitantes de asilo, y 26 millones son refugiados, según un informe de 2019 de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) . Para los solicitantes de asilo y los refugiados, esto significa que se han visto forzados a huir por completo de su propio país, dejando atrás sus hogares. A menudo han tenido que escapar con casi nada más que con lo puesto, dejando atrás sus casas, posesiones, trabajo y seres queridos.
Alrededor de una tercera parte de los refugiados son albergados por los países más pobres del mundo. La mitad de los refugiados en el mundo son niños, y más de la mitad de los refugiados en edad escolar no asiste a la escuela.Los refugiados son definidos y están protegidos por el derecho internacional. La Convención y Protocolo sobre el Estado de los Refugiados de 1951 es un documento legal clave. Define un refugiado como “alguien al que le resulta imposible o que no está dispuesto a regresar a su país de origen debido a temores bien fundados de ser perseguido por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado u opinión política”.
La Misión para los Refugiados de ADRA
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) ha estado trabajando por décadas para ayudar a los refugiados de Europa y del mundo. Entre los muchos proyectos implementados en Europa por ADRA Europa, el brazo humanitario de la Iglesia Adventista, se encuentra apoyar una iniciativa en Dunkirk, en uno de los más grandes y “peores” campos de refugiados de Europa. Según las estadísticas oficiales, hay al menos cuatrocientos refugiados en la zona de Dunkirk.
Para contribuir con la integración de los refugiados en Alemania, la Iglesia Adventista, la Organización Advent Welfare (AWW), la Universidad Adventista Friedensau, y ADRA Alemania han lanzado la iniciativa Gemeinsam für Flüchtlinge (“Juntos por los Refugiados”). Los proyectos son desarrollados a nivel de las bases en las congregaciones locales y círculos de asistentes y en pequeñas asociaciones que tienen vínculos con AWW.Los proyectos son variados a responden a diversas necesidades.
En la ciudad de Hamm, la comunidad adventista ha estado administrando un café para la integración de los refugiados desde 2017. Hasta treinta personas visitan el café de manera regular. Los organizadores promueven el intercambio entre los refugiados y los alemanes, les ayudan con la adquisición del idioma, y le brindan apoyo en numerosas situaciones diarias.
“El idioma es clave para la integración”, informaron los directivos de ADRA Alemania. “Nos gustaría mejorar el nivel de idioma de los refugiados a tal punto que les sea posible seguir estudios y recibir capacitación vocacional. Al mismo tiempo, debería integrarse a más ciudadanos al trabajo con los refugiados para que haya una mayor coexistencia entre las culturas”.En Berlín, AWW invita a los refugiados, más allá de su edad, origen o religión, a que se reúnan con los residentes locales. Los organizadores ofrecen juegos y manualidades creativas para los niños, y los adultos pueden conversar libremente mientras cocinan y comen juntos. “El objetivo es diseñar actividades conjuntas y crear oportunidades de aplicar y profundizar las habilidades del lenguaje”, dijeron los directivos que impulsaron la iniciativa. “A las reuniones asisten hasta cuarenta participantes, lo que se lleva a cabo una vez al mes. Y los participantes mismos deciden qué tema discutir en el próximo encuentro”.
AWW en Schweinfurt invita a los refugiados y familias que sufren desventajas sociales a un almuerzo compartido una vez al mes. Los refugiados de Siria y Afganistán contribuyen al banquete internacional para hasta un total de cincuenta personas. El grupo de voluntarios ofrece un servicio de atención de niños para los numerosos menores. “El almuerzo promueve el intercambio de diferentes religiones y nacionalidades. Ayuda a vencer prejuicios y contribuir a la integración de los refugiados en Alemania”, dijeron los organizadores.
ADRA Italia también brinda diversos servicios a los migrantes para ayudarlos en su camino hacia la integración social en el territorio italiano. Entre ellos, la agencia ha organizado cursos de lengua italiana para adultos, guarderías y apoyo educacional para los niños, para que estos puedan integrarse y progresar en el país que los alberga.ADRA también está detrás de una iniciativa educacional para los niños en la ciudad sur de Palermo. “La escuela es el lugar neutral que por sobre todas las cosas promueve la movilidad social, la ampliación de los horizontes del niño por medio de la capacitación y el crecimiento, pero también pueden volverse un lugar de discriminación, reproduciendo prejuicios e inequidades ya existentes en el sistema social más abarcador”, explicaron los líderes de ADRA. “El principal objetivo de este proyecto es fortalecer el potencial de cada niño y promover la integración social en la comunidad. Es también importante para ampliar las aspiraciones del niño”, enfatizaron.
Las actividades incluyen el apoyo escolar, actividades recreativas, momentos para escuchar, e instancias en las que los recién llegados pueden familiarizarse con el trasfondo cultural y artístico de la ciudad. Los niños refugiados también son recibidos en campamentos de verano y otras actividades que promueven la integración y la amistad más allá de las fronteras culturales, dijeron los líderes.
La versión original de esta noticia fue publicada en el sitio de noticiasde la División Intereuropea.
Traducción de Marcos Paseggi