Un grupo de capellanes adventistas del territorio de habla francesa en la División Interamericana se dedicó a una misión de ministrar a muchas víctimas del reciente terremoto que devastó la península sur de Haití. Los capellanes lograron ofrecer apoyo emocional y psicosocial a más de cuatrocientas personas del 9-17 de septiembre de 2021.
Asnel Valcin, Psy. D., BCCC, director de de Atención Pastoral y Educación en el Hospital Episcopal Saint John en Rockaway, Nueva York, Estados Unidos, e instructor de Ministerios Adventistas de Capellanía (ACM) de la Iglesia Adventista mundial, invitó a un grupo de capellanes adventistas de la región de Guyana y Antillas Francesas y de Haití. Los capellanes habían estado recibiendo capacitación en educación clínica y pastoral desde abril, y correspondía que pudieran tener la oportunidad de brindar esa tan necesaria asistencia, dijo el doctor Valcin.
Un difícil viaje misionero que se hizo posible“Oramos por este viaje misionero, y Dios abrió las puertas para que voláramos a la comuna de Los Cayos desde Puerto Príncipe, gracias a donaciones de amigos y colegas, miembros de la iglesia adventista en Brooklyn, además de la ayuda de varias iglesias locales y líderes de gobierno, que creyeron en nuestra misión en Haití”, dijo el doctor Valcin.
Ocho capellanes de Guadalupe, Martinica, y Guyana Francesa volaron a Haití para trabajar en pareja con ocho capellanes de la Unión Haitiana.
Lo que experimentaron fue más de lo que esperaban, dijo el doctor Valcin.
“La primera noche nos encontramos con pastores locales y líderes de Los Cayos para explicar el propósito de la visita. Un pastor local acababa de regresar de dirigir su octavo funeral y se sentía ansioso por su congregación, que había estado experimentando tanta devastación física y emocional”, dijo Valcin. Comenzaron a hablar con varios miembros que se les acercaron y que se sintieron tan agradecidos de compartir su historia de supervivencia, y de saber que alguien se interesaba por su bienestar emocional, explicó.
Compartir sus historiasEn su paso por todo el pueblo encontraron tantas personas que estaban ansiosas de compartir sus historias. “La gente expresaba que se sentía liberada después de compartir sus historias”, dijo el doctor Valcin.
Para el pastor Esaïe Auguste, director de ministerios de capellanía de la Iglesia Adventista en la Unión de Guyana y Antillas Francesas, la experiencia no tuvo igual durante sus siete años de certificaciones como capellán.
“Nos sentimos abrumados por la escena de miseria en la que las personas están viviendo, y la desesperanza y resignación que muchas de las personas están enfrentando”, dijo Auguste. Recordó vívidamente a una joven que había planeado ir a la universidad para seguir estudios de medicina. “Había perdido a su madre en el terremoto después de que fue enterrada por la casa”, contó. Ahora tiene que cuidar de sus tres hermanos menores y dijo que sus sueños se han visto destrozados en menos de un minuto. “Nos dijo que por primera vez desde el 14 de agosto, se sintió escuchada y pudo expresar sus emociones”, contó Auguste.
La noticia de la misión de los capellanes se esparció en varias congregaciones que guardan el domingo. Una iglesia católica, que estaba llevando a cabo un funeral para las víctimas del terremoto, invitó a los capellanes para que les hablen a sus miembros, contó el doctor Valcin.Hablar sobre la situación traumática
“Vimos a tantas personas que estaban dispuestas a hablar sobre su situación traumática”, dijo el doctor Valcin. “Las personas han tenido serios desafíos emocionales que han estado reprimidos desde hace muchos años, y cuando vieron que se les abría esta puerta para compartir, nos derramaron su corazón”.
Un pastor les rogó que visitaran su congregación, contó el doctor Valcin. Cuando el grupo de capellanes llegó, había más de 250 personas esperando a la mañana siguiente.
El equipo de capellanes vio a un promedio de 41 personas por día, y su principal propósito fue escuchar con mayor profundidad y ayudarlas a contar sus historias. “Las conversaciones traen sanación; las personas experimentan alivio al tener simplemente a alguien que se interese lo suficiente como para escucharlas, y eso hace que comience el proceso de transformación”, dijo el doctor Valcin.Ministrar a los miembros y a la comunidad
El equipo de capellanes dedicó tiempo a predicar en varias congregaciones adventistas el sábado 11 de septiembre. Los miembros tuvieron la oportunidad de compartir su historia. “Nos reunimos para el culto en el templo que había sido completamente destruido por el terremoto y, después de predicar a un pequeño grupo, aconsejé individualmente a la mayoría de los miembros allí”, dijo Auguste. “Pudieron recordar sus historias y poner en palabras sus emociones suprimidas”.
“Se podían ver las sonrisas en los rostros de las personas en las diversas comunidades que visitamos”, dijo el pastor Richner A. Fleury, director de ministerios de capellanía de la Iglesia Adventista en Haití. Fleury, junto con otros siete capellanes de Haití, se sintió bendecido por la experiencia. “Escuchamos tantas palabras de satisfacción de labios de aquellos a quienes escuchamos y apoyamos. Sé que Dios continuará ayudándonos a cuidar del bienestar de los afectados”, dijo Fleury.Además de brindar apoyo emocional, el doctor Valcin, junto con los líderes de la iglesia local, logró distribuir 110 tiendas y 110 colchones inflables para que aún se encuentran viviendo a la intemperie.
La intervención demandó mucha coordinación y fondos, pero realmente fue una gran oportunidad de marcar un impacto en cientos de personas en profunda necesidad de atención, dijo el doctor Valcin. Fue una oportunidad que no podía ser pasada por alto.
Respuesta al llamado a la misión“Cuando Dios nos llama, Dios hace los preparativos para la misión”, dijo el doctor Valcin. “No importa en qué lugar del mundo nos encontremos, tenemos nuestra humanidad como algo en común”, expresó. Hay muchos rostros que él no puede dejar de ver, e historias que no puede sacarse de la mente. “Este viaje misionero nos ayudó a comprender de qué manera fuimos realmente utilizados por Dios en nuestra humanidad para conectarnos con otras personas”, añadió el doctor Valcin. “Me siento honrado de tener esta oportunidad de servir”.
La intervención en Los Cayos fue tan solo arañar la superficie, pero fue algo que creará mayor conciencia sobre las necesidades de las personas después de cualquier catástrofe, dijo el pastor Pierre Caporal, presidente de la Iglesia Adventista en Haití.
“Esta intervención por parte del doctor Valcin y el grupo de capellanes de la Unión de Guyana y Antillas Francesas por cierto dejará un impacto indeleble, no solo en nuestros miembros de iglesia y miembros de la comunidad de Los Cayos a los que ayudamos, sino también en nuestros propios capellanes que participaron de este importante ministerio”, dijo Caporal.
Esaïe Auguste y Richner A. Fleur colaboraron con este informe.Traducción de Marcos Paseggi