9 de octubre de 2021 | Silver Springs, Maryland, Estados Unidos | Maryellen Hacko

Durante los últimos 18 meses, los pastores y dirigentes adventistas del séptimo día, han encarado desafíos sin precedentes al enfrentar el COVID-19, amplios confinamientos y otras tragedias. Siendo que hoy es el Día del Pastor (sábado 9 de octubre), nos gustaría enfatizar y validar la resiliencia, determinación y trabajo arduo que los pastores han hecho y siguen haciendo en todo el mundo para esparcir las buenas nuevas y atender solícitamente sus congregaciones.

Habiendo pasado un total de 250 días de confinación —más que en cualquier otra ciudad en el mundo[1]—, los pastores de Melbourne (Australia), han estado innovando a fin de continuar con los servicios en la iglesia, a pesar de las restricciones en curso que previenen cualquier contacto  personal.

“Ha sido toda una jornada real la que hemos recorrido en estos últimos dos años”, dijo el secretario ministerial de la Asociación de Victoria, el pastor Justin Bone. “Los pastores han sido increíblemente resilientes y flexibles y se han adaptado muy rápidamente. En el transcurso de una o dos semanas de confinamiento, casi cada servicio religioso se llevaba a cabo en línea. Podía sentarme en mi casa ¡y tener a diez pastores predicando en mi pantalla al mismo tiempo!”, dijo sonriente. “Era algo realmente asombroso. Y la frase que venía a la mente era, ‘¡No se puede confinar al Espíritu Santo!’”

El pastor Omar Oliphant, pastor de distrito en Kingston, Jamaica, bautiza a jovencitos creyentes, recientemente, durante una ceremonia un sábado. [Imagen cortesía de las iglesias Hagley Park y  Oak Glades en la Asociación Este de Jamaica]

A pesar de la motivación y actitud positiva inicial, con el tiempo, la constante apertura y cierre de la ciudad y la creciente controversia en torno a la vacunación, se volvió difícil. “Estamos tratando de mantener la atención de nuestras iglesias enfocada en la misión que Dios tiene para nosotros; pero algunos de los pastores han manifestado que ellos están ‘languideciendo’”, continúa diciendo el pastor Bone. “No están deprimidos, pero están de todas maneras llenos de esa sensación de que hay algo que está haciendo falta; no están felices”.

A pesar de los constantes contratiempos, desilusiones y cancelaciones, el pastor Bone dice que ha visto más creatividad en esta segunda ola de la pandemia. “He visto a iglesias con sesiones Zoom más creativas en las que se reúnen para crear arte. Otras iglesias han organizado programas de ejercicios o llevado a cabo actividades sociales en línea”.

El pastor Morgan Kochenower, pastor principal de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en Maryland, Estados Unidos, ha experimentado también de primera mano este tipo de creatividad y señala que ello ha abierto las puertas a más contactos y oportunidades.

“Durante seis a siete meses, la epidemia de COVID nos ha impedido reunirnos en la iglesia como acostumbrábamos”, dijo. “Por cerca de tres a cuatro meses estuve visitando a muchos miembros de iglesia cada sábado de mañana para llevarles donas. Visité probablemente de 30 a 50 familias en ese tiempo. Hasta llegué a conocer a la cajera en Dunkin Donuts y la invité a la iglesia. Una persona muy amable. Fue un tiempo difícil, siendo que la gente tiene diferentes ideas en cuanto a cómo manejar la situación; pero vi también a personas que le abrían su corazón a Jesús y lo buscaban con anhelo”.

Miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Frederick, en Maryland, Estados Unidos, distribuyen recientemente bolsas y cajas con alimentos a conductores de vehículos que procuran alimentos. [Imagen:  Iglesia Adventista del Séptimo Día Frederick]

Aunque las leyes de confinación en Maryland impidieron que las personas se reunieran en las iglesias, ellos fueron capaces de reunirse y gozar de compañerismo en grupos pequeños, lo cual abrió nuevas oportunidades para que la gente se conectara, iniciaran un banco de alimentos e incluso organizaran un servicio de oración en respuesta a la muerte de George Floyd. “Así como Sansón derribó las puertas de la ciudad filistea, así creo que a través de la epidemia de COVID, Jesús ha derribado las puertas de todas nuestras comunidades. Dios usó a algunos de nuestros miembros para comenzar un almacén de distribución de alimentos. Somos ahora capaces de ayudar a por lo menos 80 familias una vez al mes. Rentamos también el campo de la liga menor local de béisbol y nos asociamos con la iglesia bautista que queda enfrente de la nuestra. ¡El pastor de esa iglesia se llama Billy Graham!”, dice sonriendo. “Fue algo grande. Y fuera de broma; Dios realmente bendijo y fue derramado su Espíritu. Dios ha abierto tantas puertas para que esta iglesia se involucre en la vida de la comunidad”.

Mientras que la epidemia de COVID le permitió a la  Iglesia Adventista del Séptimo Día Frederick, conectarse con su comunidad en nuevas formas, el reunirse fue mucho más difícil para los pastores en Sídney, Australia, quienes han estado en confinamiento por más 100 días consecutivos y continúan así.

“Acostumbrábamos organizar eventos para conectarnos con los jóvenes de toda la Asociación; pero no hemos podido tener ahora muchos de ellos”, explica el director de Jóvenes de la Asociación Greater Sydney, pastor Simon Gigliotti. “Esos eventos avivan e impulsan nuestro ministerio; y la mayoría de ellos están diseñados también para entrenar a los jóvenes en el ministerio en el nivel de iglesia local. Ha sido todo un verdadero desafío conectarnos con las personas en el terreno mismo”, nos explica.

Un miembro de iglesia (izquierda) ora por un visitante durante un evento misionero en la comunidad, dirigido recientemente por la Iglesia Adventista del Séptimo Día Frederick. [Imagen: Iglesia Adventista del Séptimo Día Frederrick]

Con tantas opciones para mirar servicios de adoración y consumir contenido cristiano en línea, el pastor Gigliotti dice que también ha resultado difícil una participación consistente. “Hemos cancelado totalmente ciertos eventos simplemente porque pensamos que la gente no quería estar en Zoom por más tiempo”, dijo. Quiero decir, la persona puede probablemente ver a Craig Groeschel en la mañana e ir a la playa en la tarde. No se necesita ir a la iglesia. Lejos está de ser lo mismo que un congreso de jóvenes en donde se puede ver a la gente en persona”.

Cuando el pastor Gigliotti fue capaz de llevar a cabo eventos entre los periodos de confinamiento y restricciones, señala que se requirió un proceso verdaderamente agotador. “Cada evento en particular no requiere solamente de la logística normal y el manejo de riesgos, sino también la logística de COVID. ¡Estos dos años en el trabajo se han sentido como si fueran cuatro”, dice sonriendo. “El intentar organizar campamentos de verano ha sido realmente estresante con cambios de sitios, cancelaciones y tanta incertidumbre. Pero me siento todavía animado, porque sé que Dios sabía que iba a venir todo esto. Pienso todavía que él tiene un plan maestro. He visto muchas bendiciones y logros entre todas estas luchas”.

El pastor Omar Oliphant, pastor principal de las iglesias Hagley Park y Oak Glades, en la Asociación Jamaiquina del Este, concuerda con la idea de que el tratar de forjar una nueva estrategia de ministerio en tiempos tan inciertos ha sido realmente muy arduo y agotador.

Omar Oliphant, pastor de distrito en Kingston, Jamaica, se alista para distribuir bolsas con alimentos para miembros necesitados de la comunidad. [Imagen cortesía de Omar Oliphant]

«La verdad es que todos estos esfuerzos y giros han cobrado una extraordinaria cuota en mi tiempo, mi familia y bienestar personal”, explica. Las reuniones son ahora casi siempre vía tecnológica y pueden estar todo el día. La pandemia ha afectado nuestro ministerio debido a las restricciones impuestas por el gobierno en personas de 60 años en adelante”, dijo. “Los toque de queda han ejercido impacto en todos nuestros servicios y en cómo interactuamos con la comunidad y recolectamos diezmos y ofrendas. Pastoralmente hablando, hemos tenido que guiar a la iglesia a adoptar un enfoque multidimensional y colaborativo”.

El pastor Oliphant dice que su estrategia de séptimo pilar le ayudó grandemente a permanecer bien enfocado y alineando en su misión, lo cual le permitió supervisar la distribución de más de 600 paquetes de artículos de higiene, proporcionar liderazgo y entrenamiento de habilidades a miembros de la iglesia, realizar mejoras al edificio de la iglesia, actualizar la tecnología de la iglesia, producir una nueva aplicación y bautizar nuevos miembros, entre otras cosas.

“Ha habido muchos momentos durante la pandemia en que me he sentido cansado más de lo normal, pero ayuda el tomar un descanso. Mis lecturas añaden otra dimensión al alivio del estrés y la presencia de mi familia y los momentos de vinculación emocional me han permitido mantenerme a flote”, dijo. Para el pastor Kochenower, la familia ha jugado también un enorme papel en su habilidad para navegar la pandemia. “Jesús es fiel. Él nos sustenta y podemos hallar nuestra fuerza en él. He visto la mayor revelación del amor de Jesús a través de mi esposa: Ella es la cuidadora a tiempo completo de su madre, quien tiene esclerosis múltiple y está en un asilo. El Cantar de los Cantares dice que las esposas son una fuente de aguas vivas. Mi esposa verdaderamente me ha dado vida y me ha refrescado”, dijo.

El pastor Gigliotti está de acuerdo en que el hacer intencionalmente tiempo para la familia juega un papel importante para mantener la estabilidad y la salud mental durante una crisis. “Practico también un tiempo de devoción cada día”, dijo. “Ese es el factor más importante que me es de ayuda. Al principio de la pandemia, un mentor reconoció en mí algunas etapas tempranas de agotamiento, así que tuve que actuar en forma más intencional en cuanto a dar lugar a algunas prácticas como medio de prevención.  Ahora mezclo en mi programación días “rojos” (llenos) con otros “verdes” y ”amarillos” (más tranquilos) cuando me es posible. Desde que hago eso, mi nivel de energía ha comenzado a regresar. Le doy también prioridad a mi salud y aptitud física”.

El pastor Bone dice que mientras que la mayoría de los pastores están conscientes de usar algunas estrategias que les ayuden durante la pandemia, ha visto que más pastores usan vales para obtener ayuda de consejeros provistos por su asociación local. “Hay algunos pastores que están batallando. No hacemos un seguimiento de quiénes usan esos vales, pero están siendo usados un poco más, como uno podría imaginar. Animo realmente a cada miembro de iglesia a orar en favor de su pastor, o a simplemente darle una tarjeta de gracias. Yo tengo una colección de ellas. Obviamente, soy un fan de la celebración del Día del Pastor. Simplemente deseamos ser visibles y apreciados y una simple tarjeta de gracias, frecuentemente ¡nos significa mucho!”.

Para ideas e inspiración sobre cómo mostrar a tu pastor que te preocupas por él, acude al sitio  Elders Digest

[1] https://www.theage.com.au/national/victoria/melbourne–the-worlds-most-locked-down-city-20211001-h1yx4h.html

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

 

 

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