“Solo podemos dar la gloria a Dios”, dice Paul Douglas a los líderes adventistas reunidos en el Concilio Anual.

Paul Douglas, el tesorero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, dijo a los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General (GCEXCOM) que se sentía feliz de reportar que el estado de las finanzas de la iglesia al fin de agosto de 2021 es mucho más sólido que lo que era hace un año.

“Varias áreas de nuestro balance financiero muestran tendencias positivas de un año al otro”, dijo Douglas, “por lo que solo podemos dar a Dios la gloria”. El informe de Douglas, su primero desde que fue elegido para el nuevo cargo en abril de 2021, fue parte del segundo día de asambleas administrativas del Concilio Anual el pasado 11 de octubre.

Paul Douglas, tesorero de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, presenta ante la Junta Directiva de la Asociación General (GCEXCOM) durante el Concilio Anual 2021, afirmando que el estado de las finanzas de la iglesia al fin de agosto de 2021 es mucho más sólido de lo que era hace un año.

Tendencias positivas

Entre las señales positivas, Douglas mencionó un incremento del 26 por ciento en efectivo e inversiones (hasta llegar a 53 millones de dólares) y un 31 y un 66 por ciento en cuentas a pagar y a cobrar, respectivamente. Otras tendencias incluyen un 17 por ciento de disminución en las cuentas a pagar (4 millones de dólares).

Douglas también enfatizó que los diezmos están 5,2 por delante de agosto del año pasado (7,4 por ciento por sobre los montos presupuestados). Las ofrendas están 14,2 por ciento por encima, añadió (un 30,4 por ciento por sobre los montos presupuestados). Los gastos de apoyo (los que son necesarios para operar la sede de la Asociación General y llevar a cabo actividades que presten servicios al campo mundial) están un 8,4 por ciento por debajo hasta agosto 2021 de los que figuraban un año atrás (un 16,9 menos de lo presupuestado). Reconoció que estas cifras se habían beneficiado de una marcada disminución de los viajes. A pesar de ello, dijo Douglas, “doy crédito a mis colegas de los diversos departamentos y servicios que administran las asignaciones para aprovechar al máximo nuestros recursos limitados”.

Al mirar hacia el fin de este año, Douglas dijo que él y su equipo creen que las tendencias positivas continuarán. “Muchos de los tesoreros de nuestras divisiones mundiales están reportando incrementos en diezmos y ofrendas en comparación con el año pasado”, informó. Douglas explicó que se espera que se produzcan esos incrementos, porque el 2020 fue un año sumamente inusual. A pesar de ello, dijo, esos incrementos son positivos en comparación con 2019, lo que podría ser visto por lo general como un año financiero típico. Sin embargo, después de las interrupciones que produjo la pandemia, “aun con esos indicadores positivos, vemos que el enfoque más prudente es que nosotros hagamos planes de ir saliendo de a poco”, afirmó Douglas.

Un presupuesto conservador

El subtesorero Ray Wahlen analizó entonces el presupuesto para 2022 que, según Douglas, sigue un enfoque conservador mientras que mantiene el énfasis en la misión de la iglesia.

En sus declaraciones de apertura, Wahlen dijo que cree que Dios ha hecho sin duda pasar a la Asociación General por algunos momentos financieros de desafíos “hasta una posición que ni siquiera nos atrevíamos a soñar a esta altura del año pasado”. Es algo, reconoció, que ha facilitado el panorama para el presupuesto 2022, si bien aún hay algunos desafíos.

“Una lección que aprendimos de las tensiones financieras de los últimos 18 meses es que […] hay tres prioridades (misión, crecimiento espiritual y liderazgo) tienen que guiar nuestras decisiones de gastos, tanto grandes como pequeñas”, dijo Wahlen. “Los proyectos que son eficientes y económicos, aun si son exitosos, podrían ser un desperdicio de los escasos recursos si no están alineados con las prioridades acordadas”.

Según Wahlen, uno de los puntos que tendrá un mayor impacto sobre el presupuesto 2022 es que se proyecta que el porcentaje de los fondos que la Asociación General recibe de la División Norteamericana disminuya del 49 al 46 por ciento (lo que equivale a 13,5 millones de dólares), debido mayormente a las reducciones ya programadas de porcentajes de los diezmos.

En lo que respecta a las asignaciones, o fondos que la Asociación General envía a diversas regiones e instituciones de la iglesia mundial, Wahlen compartió que dentro de los próximos 12 a 18 meses, los líderes lanzarán la revisión quinquenal requerida para determinar qué cambios, de ser necesarios, son aconsejables.

El prespuesto de operación de las oficinas, es decir, el dinero que la sede central de la iglesia mundial gasta para financiar los programas y actividades en el lugar y en todo el mundo, tiene un tope de 45,6 millones de dólares, lo que, según los reglamentos, representa el 2 por ciento de los diezmos brutos de todo el mundo de los dos años previos. Como porcentaje, ha permanecido constante, informó Wahlen.

Por último, explicó que el resultado de las asignaciones de ingresos y egresos proyecta una pérdida de 16,4 millones de dólares, lo que resulta de un plan deliberado de absorber de las reservas de la Asociación General (o ingresos netos) una porción significativa del impacto negativo de la reciente perturbación financiera. Representa, sin embargo, una mejora de 5,3 millones de dólares. “La pérdida proyectada, de incurrirse, será cubierta de las Reservas Presupuestarias”, explicó Wahlen.

La misión, una prioridad

En la última parte de su presentación, Douglas recordó a los líderes y miembros adventistas que, en medio de la incertidumbre y la confusión, la misión sigue siendo la misma. “Todos los líderes y miembros tienen que permanecer fieles en su apoyo a la misión de Dios mediante sus medios”, enfatizó. “Tenemos que movilizar todos los recursos que él nos brinda para cumplir la obra que él nos ha encomendado”.

Douglas apeló entonces a cada tesorero de cada nivel de la iglesia para que trabaje con sus colegas y juntas correspondientes. El blanco, dijo, es abrazar el objetivo de alinear los recursos de la iglesia para tener el mayor impacto de manera de cumplir con la misión divina. “Trabajaremos sin descanso para garantizar que los recursos estén alineados, de manera de hacer que la misión de Dios sea nuestra prioridad número uno”, expresó. “Cuando hacemos de la misión divina nuestra prioridad número uno, él [nos enviará] muestras de bendición para alentar nuestros esfuerzos”.

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Traducción de Marcos Paseggi

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