GGrupo de jóvenes voluntarios y sus líderes, procedentes de la Unión Asociación del Atlántico, en los Estados Unidos, que participaron en un proyecto misionero del 8 al 18 de julio en el campus de la Universidad Adventista Dominicana, en República Dominicana. Trabajaron reparando y pintando edificios a fin de preparar a la institución para recibir a los estudiantes en el nuevo año escolar. [Imagen: Atlantic Union Gleaner]
28 de octubre de 2021 | Lancaster, Massachusetts, Estados Unidos | Por Personal de Atlantic Union Gleaner y Adventist Review
No es fácil coordinar en persona las actividades de jóvenes y jóvenes adultos; mucho menos en un ambiente virtual. Sin embargo, eso es lo que ha estado haciendo el equipo de Ministerio Adventista de Jóvenes de la Unión del Atlántico (AUAYM), desde que el COVID-19 se declaró como pandemia.
El director de AUAYM, David McKenzie, dirige a los directores de ministerio de jóvenes y sus equipos, de las seis asociaciones en esa región, al trabajar con los jóvenes y jóvenes adultos. Esa es una de las tres estrategias imperativas de los administradores de la Unión Asociación del Atlántico (AUC). La pandemia de COVID-19 detuvo muchas cosas, pero no logró atenuar el espíritu misionero de nuestros miembros. Al levantarse las restricciones de viaje, 53 personas del territorio de la Unión del Atlántico pasaron recientemente 10 días en la República Dominicana realizando varias tareas, ayudando a la Universidad Adventista Dominicana a prepararse para recibir a los estudiantes en su regreso a clases.
Sebastián Mancebo, un jovencito que forma parte del grupo misionero, desprende la pintura antigua de una pared, antes de ser pintada de nuevo, en el campus de la Universidad Adventista Dominicana. [Imagen: Elias Zabala Jr.]
Los voluntarios procedían de cinco de las seis asociaciones de AUC. Esas regiones de la iglesia proveyeron el apoyo financiero para la compra de suministros y materiales. El grupo de voluntarios incluyó pastores, dirigentes de jóvenes, jóvenes adultos y varios miembros del Cuerpo de Cadetes Médicos (MCC).
Jamil Manzueta pinta una parte del cielo raso en el plantel de la Universidad Adventista Dominicana durante el viaje misionero de jóvenes. [Imagen: Elías Zabala Jr.]
Los voluntarios llevaron a cabo numerosos proyectos de pintura de edificios en el campus de la universidad y en la escuela primaria adventista. Compraron también materiales y arreglaron algunos faroles o arbotantes del alumbrado externo del campus universitario, lavaron a presión las aceras, plazas y edificios antes de aplicar la nueva pintura y finalizaron proyectos de limpieza, carpintería y embellecimiento de jardines en torno al campus.
“Ha sido toda una bendición venir a este plantel a ayudar”, dijo el joven adulto voluntario, Gregory Jamrog. “Nos emociona tanto que hemos podido ser una parte de algo tan especial”.
Shelly Ann Zabala, una enfermera registrada que fue parte del grupo misionero, sostiene un bebé durante una breve visita con atención médica al orfanato adventista en República Dominicana. [Imagen: Elías Zabala Jr.]
“Cuando llegamos al siguiente día”, explica el tesorero Zabala, “y preguntamos si necesitaban alguna ayuda, la directora me dijo: ‘¡Ustedes son una respuesta a nuestra oración!’” Los voluntarios de la Unión del Atlántico donaron de sus fondos y reunieron suficiente dinero como para que todos los niños pudieran tener zapatos nuevos.
“Esta fue una bella y asombrosa experiencia a la que recomendamos que se unan otros”, dijo Luis Soto, uno de los cinco pastores de la ciudad de Nueva York que ofrecieron servicios voluntarios. “Puede ser este año o el siguiente, aquí o en otro país; pero únete a un viaje misionero y haz algo en favor de otros. Será de valor para ellos y transformará tu vida”.
De derecha a izquierda: Los administradores de la Unión del Atlántico, Elías F Zabala Sr., tesorero; Pierre E Omeler, secretario ejecutivo; G. Earl Knight, presidente; Paulino Puello, presidente de la Unión Dominicana y Winston Hiciano, tesorero de la Unión Dominicana, posan para una fotografía de grupo en la Universidad Adventista Dominicana en Bonao, República Dominicana. [Imagen: Elías Zabala Jr.]
Traducción – Gloria A. Castrejón