Veintenas de líderes, investigadores, estudiantes y defensores adventistas de la justicia social se dieron cita en la Universidad Andrews en Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos, con motivo del Congreso de Justicia Social, del 14-16 de octubre.
El evento híbrido en el Seminario Teológico Adventista conectó a los presentadores y a los participantes en persona con muchos otros en diversas partes del mundo, buscando llamar la atención a temas globales de desequilibrio y soluciones bíblicas que responden a ellos, dijeron los organizadores.
“El relato bíblico de la creación nos explica que la humanidad fue creada a imagen de Dios y que recibió autoridad de ejercer dominio sobre otros seres animados que Dios creó durante el quinto y sexto días de la primera semana”, escribieron los organizadores en el folleto de bienvenida al programa. “Desafortunadamente, la entrada del pecado produjo el desequilibrio sobre todas las relaciones e interrumpió el equilibrio ecológico”, añadieron. “La humanidad anhela la renovación y la restauración, y el cristianismo ostenta la promesa de una nueva creación”.
Jiří Moskala, decano del Seminario Teológico Adventista, da la bienvenida a los participantes en persona y en línea al Congreso de Justicia Social el pasado 14 de octubre. “La verdad divina, que nos ha sido encomendada, siempre necesita tener resultados prácticos”, dijo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Descripción de justicia social
El término justicia social evoca respuestas que a menudo son opuestas entre sí, reconoció Willie Hucks II, profesor asociado de teología pastoral en la Universidad Andrews y coordinador del evento. Por esa razón, él escogió describir el término en lugar de tratar de definirlo.
“La justicia social nos llama a afirmar activamente que todos han sido creados a imagen de Dios”, dijo Hucks en sus declaraciones introductorias. “Reconoce que todo lo que Dios creó durante la primera semana de existencia del planeta era bueno en gran manera, [y] también se esfuerza para mejorar a otros y a este mundo al vivir activamente la misión divina en favor de su creación”.
El Congreso de Justicia Social en formato híbrido conecto a líderes, investigadores, estudiantes y defensores adventistas tanto en forma presencial como en línea para analizar de qué mejor manera ser las manos y los pies de Dios en esta tierra. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventista Review]
Contra este trasfondo, Hucks enfatizó que el evento de tres días de duración buscó establecer el alcance global de la justicia social y “la manera en que el adventismo puede ser distintivamente misionológico en su enfoque mientras cuida de la creación de Dios así como lo hizo Jesús.
“Nuestra oración es que puedan ser equipados, facultados y empoderados para reimaginar el ministerio, en anticipo del regreso de nuestro Señor, impactando a su pueblo de maneras que permitan que el amor de Dios brille más aún que antes”, expresó.
Un imperativo divino
El decano del Seminario Teológico Adventista Jiří Moskala confesó que cuando se le dijo que imaginara un mundo en el que se respetara la justicia social, imaginó la tierra nueva, porque esta tierra está llena de injusticias sociales. Recordó a los participantes que en el presente, la confusión, la tensión, el egoísmo y el odio son las características dominantes de las relaciones humanas. “Vivimos en un mundo poscristiano, posmoderno, y posverdad”, reconoció.
Willie Hucks II, profesor asociado de teología pastoral en la Universidad Andrews y coordinador del Congreso de Justicia Social, dijo en sus declaraciones de apertura en la Universidad Andrews el 14 de octubre de 2021, que “la justicia social nos llama a afirmar activamente que todos han sido creados a imagen de Dios”. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Jesús lo declaró con claridad en la Regla de Oro: hacer a los demás lo que quieren que los demás hagan con ustedes, dijo Moskala. En ese contexto, añadió, el Congreso de Justicia Social busca inspirar y estimular a cada participante para que sea más sensible a las cuestiones que nos rodean y se muevan por lo que experimentan otros seres humanos. “La verdad de Dios, que nos ha sido encomendada, siempre necesita tener resultados prácticos”, expresó. “Que cada uno de nosotros esté atento a las necesidades de nuestros prójimos y se sienta impulsado a acciones solícitas específicas para no ser tan solo espectadores sino parte de las soluciones de los problemas de la humanidad sufriente”.
Para Huck, la justicia social es una parte esencial del discipulado. Oró: “Señor, tú nos has llamado a ser tus discípulos. Parte de ese discipulado es ser tus manos y tus pies en este mundo”. Ser las manos y los pies del Señor es lo que permitirá que los hijos de Dios revelen su carácter en un mundo que sufre, enfatizaron los organizadores. Y es algo que guiará a la gente de regreso al ideal divino.
“Tan solo imaginen un mundo”, dijo Moskala, “donde todos los consejos bíblicos son tomados en cuenta”.
Traducción de Marcos Paseggi