Cuando un terremoto de 7,2 grados de magnitud golpeó al sudoeste de Haití el pasado 14 de agosto de 2021, la comunidad internacional se apresuró para enviar ayuda. Pero para tres exalumnos del Colegio Terciario Union en los Estados Unidos, enviar provisiones no era suficiente.
Como graduados de Rescate y Asistencia Internacional (IRR), Janae Schumacher, Justin Dena y Lauren Lombard se ofrecieron como voluntarios a Educáre, una organización haitiana, para brindar asistencia médica a los más afectados por la catástrofe. Schumacher, que es paramédica, ayudó a los médicos con atención médica, mientras que Dena coordinó la movilización del equipo y otros aspectos logísticos desde el lugar en Haití. Aunque Lombard estaba trabajando en forma remota, pudo brindar su pericia en el área de comunicaciones, organización y recaudación de fondos para apoyar los esfuerzos de Educáre.
El equipo médico viajó hasta las montañas en los alrededores del epicentro del sismo, donde más necesitaba la ayuda, pero donde menos estaba disponible. Schumacher dijo: “Nadie más iba allí porque para ir era necesario trepar por las montañas. Un día, caminamos casi 13 kilómetros con todos los suministros médicos para establecer una clínica en la cima de un monte. Al trabajar con las comunidades locales, pudimos llegar a los lugares donde más se necesitaba ayuda. Nuestro grupo salió y encontró a las personas ahí donde ellas estaban”.
Janae Schumacher y Justin Dena posan con el equipo de Educáre, una organización haitiana dedicada a efectuar cambios positivos reales y duraderos en la vida de los estudiantes y en su comunidad local. [Fotografía: Colegio Terciario Union]
Cuando los azotó el terremoto de 2021, Educáre pasó a brindar asistencia en momentos de catástrofe para satisfacer las necesidades actuales del país. Dena se puso en contacto con Schumacher, a quien había conocido durante el tiempo que pasaron juntas en el programa de IRR del Colegio Terciario Union, y la invitó a sumarse al equipo. Lograron sumarse al equipo de médicos haitianos del lugar, y comenzaron a organizar clínicas de emergencia pocos días después de la catástrofe.
“Estábamos en una posición como nadie porque somos una organización administrada por haitianos con voluntarios haitianos”, dijo Lombard. “Todos con excepción de los dos estadounidenses que se sumaron eran del país. Hablaban el idioma, y estaban familiarizados con los peligros y con cómo responder a ellos. Como organización que no se basa tan solo en la llegada de fondos del extranjero, tuvimos un impacto sobre la comunidad local”.
Janae Schumacher brindaron ayuda en una clínica improvisada en las montañas, cerca del epicentro. [Fotografía: Colegio Terciario Union]
Una preocupación importante para el equipo de Educáre fue la escasez de antibióticos. Muchos pacientes tenían infecciones terribles como resultado de sus heridas sin tratar. La demanda de antibióticos era mayor que la oferta. Además de ello, la infraestructura dañada tornaba difícil el transporte hasta el lugar necesario de lo que sí estaba disponible. Trasladar suministros médicos por las montañas de Haití siempre es un desafío, y el terremoto y la tormenta complicaron la situación, dado que destruyeron parte de la red de caminos y afectaron las torres de telefonía celular.
Dena dijo: “Debido a que las torres sufrieron daños, la comunicación era muy limitada y poco confiable, lo que hizo más difícil la coordinación de los esfuerzos asistenciales”. A pesar de los desafíos, Educáre trató a más de 1700 pacientes en doce clínicas diferentes. En un trabajo conjunto con HERO, una organización que ofrece vuelos médicos, y el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos, hicieron los arreglos para trasladar por vía área a ocho de los individuos con heridas más graves. Fueron llevados a Puerto Príncipe, la capital de Haití, para ser hospitalizados allí.
Janae Schumacher ayuda a los profesionales médicos locales en la clínica temporaria de montaña. [Fotografía: Colegio Terciario Union]
“Lo que es tan increíble es el hecho de que el tumor la protegió de sufrir daños cerebrales severos cuando le cayó la pared encima, y el hecho de que le haya caído una pared encima permitió que se le descubriera el tumor para poder tratárselo”, dijo Lombard. “Ella pasó por la cirugía, y Educáre estaba comprometida a cubrir sus gastos médicos. Sin embargo, sus gastos fueron cubiertos por una asignación para asistencia por el terremoto. Ahora se encuentra en su casa y está sintiéndose bien. Educáre la estará ayudando a llegar a sus consultas de seguimiento. Sentimos que ha sido salvada para hacer grandes cosas en el futuro. Ese es el caso de todos los niños con los que ha estado trabajando Educáre”.
Lombard dijo que la educación en el Colegio Terciario Union la ayudó a prepararse para los desafíos de trabajar en la asistencia en momentos de catástrofe. “Agrupé comunicación con rescate y asistencia internacional, lo que terminó siendo una combinación realmente buena”, dijo Lombard. “No anticipaba usar cosas que había estudiado, pero esas cosas tuvieron una influencia directa sobre las cosas que terminé haciendo. Los aspectos de resolución de problemas respecto de cómo hacer frente a una crisis fueron por cierto destacados en las cosas que estudiamos a hicimos”.
Jameson Leo, presidente y gerente general de Educáre Haití, sostiene a Islande, una niña de 5 años, en el primer traslado médico del equipo. [Fotografía: Colegio Terciario Union]
Aunque el equipo de Educáre enfrentó muchas dificultades, Dena, Lombard y Schumacher dijeron que no se habrían perdido esa oportunidad por nada del mundo. Dena dijo: “Aunque tuvimos limitaciones por problemas de transporte, canales de comunicación insuficientes y una falta de suministros, pudimos hacer mucho con poco”.
Lombard resumió su experiencia al decir: “Toda vez que respondemos a una catástrofe, resulta algo inconveniente, agotador y de gran desafío, pero ver a las personas que logramos ayudar hace que cada una de ellas haga que valga la pena”.
La versión original de esta noticia fue publicada por el Colegio Terciario Union.
Traducción de Marcos Paseggi