Cuando un terremoto de 7,2 grados de magnitud golpeó al sudoeste de Haití el pasado 14 de agosto de 2021, la comunidad internacional se apresuró para enviar ayuda. Pero para tres exalumnos del Colegio Terciario Union en los Estados Unidos, enviar provisiones no era suficiente.
Como graduados de Rescate y Asistencia Internacional (IRR), Janae Schumacher, Justin Dena y Lauren Lombard se ofrecieron como voluntarios a Educáre, una organización haitiana, para brindar asistencia médica a los más afectados por la catástrofe. Schumacher, que es paramédica, ayudó a los médicos con atención médica, mientras que Dena coordinó la movilización del equipo y otros aspectos logísticos desde el lugar en Haití. Aunque Lombard estaba trabajando en forma remota, pudo brindar su pericia en el área de comunicaciones, organización y recaudación de fondos para apoyar los esfuerzos de Educáre.
El equipo médico viajó hasta las montañas en los alrededores del epicentro del sismo, donde más necesitaba la ayuda, pero donde menos estaba disponible. Schumacher dijo: “Nadie más iba allí porque para ir era necesario trepar por las montañas. Un día, caminamos casi 13 kilómetros con todos los suministros médicos para establecer una clínica en la cima de un monte. Al trabajar con las comunidades locales, pudimos llegar a los lugares donde más se necesitaba ayuda. Nuestro grupo salió y encontró a las personas ahí donde ellas estaban”.
Educáre fue fundada después del terremoto de Haití de 2010. Lombard viajó a Haití durante siete semanas para ayudar los esfuerzos asistenciales y establecer conexiones con los haitianos junto a los que trabajó. Cuando formaron una organización para brindar mejor educación a los niños de la región, ella se sumó a la causa. Desde entonces, Lombard ha continuado trabajando como voluntaria con Educáre. Trabaja para We Nourish, una organización sin fines de lucro de la que es cofundadora, que ofrece acceso a los alimentos en su comunidad de Minnesota. Lombard presentó a Dena a Jameson Leo, presidente de Educáre, en 2017. Gran parte del trabajo de Dena se ha llevado a cabo con Singing Rooster, una organización que apoya a pequeñas granjas cafeteras que pertenecen a haitianos.Cuando los azotó el terremoto de 2021, Educáre pasó a brindar asistencia en momentos de catástrofe para satisfacer las necesidades actuales del país. Dena se puso en contacto con Schumacher, a quien había conocido durante el tiempo que pasaron juntas en el programa de IRR del Colegio Terciario Union, y la invitó a sumarse al equipo. Lograron sumarse al equipo de médicos haitianos del lugar, y comenzaron a organizar clínicas de emergencia pocos días después de la catástrofe.
“Estábamos en una posición como nadie porque somos una organización administrada por haitianos con voluntarios haitianos”, dijo Lombard. “Todos con excepción de los dos estadounidenses que se sumaron eran del país. Hablaban el idioma, y estaban familiarizados con los peligros y con cómo responder a ellos. Como organización que no se basa tan solo en la llegada de fondos del extranjero, tuvimos un impacto sobre la comunidad local”.
Debido a que la zona en la que el equipo estaba trabajando era tan remota, vieron allí heridas que no habían sido tratadas varias semanas después del terremoto. “Llevamos a cabo mucha atención de los heridos”, dijo Schumacher. “Ese fue mi trabajo principal; realicé desbridamiento de heridas. Cuando comencé, eran heridas de casi una semana, y para cuando me fui, estaba tratando heridas que tenían ya tres o cuatro semanas y no habían sido atendidas. Tuvimos que debridar las heridas, limpiarlas y hacer que pudieran comenzar a sanar. A algunos les dábamos puntos si es que estaban muy mal, y entonces les dábamos también antibióticos”.Una preocupación importante para el equipo de Educáre fue la escasez de antibióticos. Muchos pacientes tenían infecciones terribles como resultado de sus heridas sin tratar. La demanda de antibióticos era mayor que la oferta. Además de ello, la infraestructura dañada tornaba difícil el transporte hasta el lugar necesario de lo que sí estaba disponible. Trasladar suministros médicos por las montañas de Haití siempre es un desafío, y el terremoto y la tormenta complicaron la situación, dado que destruyeron parte de la red de caminos y afectaron las torres de telefonía celular.
Dena dijo: “Debido a que las torres sufrieron daños, la comunicación era muy limitada y poco confiable, lo que hizo más difícil la coordinación de los esfuerzos asistenciales”. A pesar de los desafíos, Educáre trató a más de 1700 pacientes en doce clínicas diferentes. En un trabajo conjunto con HERO, una organización que ofrece vuelos médicos, y el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos, hicieron los arreglos para trasladar por vía área a ocho de los individuos con heridas más graves. Fueron llevados a Puerto Príncipe, la capital de Haití, para ser hospitalizados allí.
“En el primer traslado aéreo llevamos a una niña de 5 años llamada Island”, dijo Lombard. “Le cayó un ladrillo, abriéndole la cabeza. La herida comenzó a infectarse, y entonces vinieron las réplicas, cuando se le cayó una pared que la golpeó. Logramos llevarla por vía aérea hasta la capital y trasladarla hasta el mejor hospital del país con el mejor neurocirujano. Llevó varios días ingresarla a cirugía porque fue necesario hacerle muchas pruebas, análisis y tomografías. En el proceso, descubrieron que tenía un tumor cerebral.“Lo que es tan increíble es el hecho de que el tumor la protegió de sufrir daños cerebrales severos cuando le cayó la pared encima, y el hecho de que le haya caído una pared encima permitió que se le descubriera el tumor para poder tratárselo”, dijo Lombard. “Ella pasó por la cirugía, y Educáre estaba comprometida a cubrir sus gastos médicos. Sin embargo, sus gastos fueron cubiertos por una asignación para asistencia por el terremoto. Ahora se encuentra en su casa y está sintiéndose bien. Educáre la estará ayudando a llegar a sus consultas de seguimiento. Sentimos que ha sido salvada para hacer grandes cosas en el futuro. Ese es el caso de todos los niños con los que ha estado trabajando Educáre”.
Lombard dijo que la educación en el Colegio Terciario Union la ayudó a prepararse para los desafíos de trabajar en la asistencia en momentos de catástrofe. “Agrupé comunicación con rescate y asistencia internacional, lo que terminó siendo una combinación realmente buena”, dijo Lombard. “No anticipaba usar cosas que había estudiado, pero esas cosas tuvieron una influencia directa sobre las cosas que terminé haciendo. Los aspectos de resolución de problemas respecto de cómo hacer frente a una crisis fueron por cierto destacados en las cosas que estudiamos a hicimos”.
Dena encontró su pasión por trabajar con organizaciones locales mientras estudiaba en Nicaragua como parte del programa de IRR del colegio. Dijo: “Mientras estuve allí, conocí al doctor Caldera quien, triste es decirlo, falleció mientras me encontraba en Haití. Era un médico local que trabajó con el Colegio Union para enseñarles a los estudiantes de IRR. Fue una gran inspiración para mí y me enseñó mucho sobre el trabajo con organizaciones locales. También aprendí mucho de la respuesta de IRR al Huracán Harvey. Trabajar en la gestión de emergencias durante la respuesta al huracán me ayudó a prepararme y desarrollar mis habilidades”.Aunque el equipo de Educáre enfrentó muchas dificultades, Dena, Lombard y Schumacher dijeron que no se habrían perdido esa oportunidad por nada del mundo. Dena dijo: “Aunque tuvimos limitaciones por problemas de transporte, canales de comunicación insuficientes y una falta de suministros, pudimos hacer mucho con poco”.
Lombard resumió su experiencia al decir: “Toda vez que respondemos a una catástrofe, resulta algo inconveniente, agotador y de gran desafío, pero ver a las personas que logramos ayudar hace que cada una de ellas haga que valga la pena”.
La versión original de esta noticia fue publicada por el Colegio Terciario Union.
Traducción de Marcos Paseggi