31 de diciembre 2021 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Mis queridos hermanos y hermanas, aquí estamos al final de otro año difícil y desafiante con sus extrañas nuevas circunstancias provocadas por la pandemia de COVID, situaciones religiosas y políticas inestables, desastres naturales y más. Ciertamente, estos son tiempos desafiantes, y al entrar en un nuevo año, es bueno reflexionar sobre las formas en que podemos enfrentar el futuro con confianza.

Cuando Elena de White vivía en Australia, escribió una carta a un hermano y una hermana de apellido Sisley, el 3 de enero de 1900. Fue en el amanecer no sólo de un nuevo año, sino de un nuevo siglo. Ella escribió:

«Les saludo esta mañana con un ‘Feliz Año Nuevo’. Otro año con su peso de registro ha pasado a la eternidad. No sabemos cuál es ese registro y no podemos saberlo hasta el juicio. Pero ha comenzado un nuevo año y anhelo dedicarme de nuevo a Dios; en alma, cuerpo, corazón y fuerzas. Damos vuelta a una nueva página. ¿Cuál será el registro de este nuevo año? ¿Cuáles serán sus revelaciones en la historia del mundo? ¿Cuál será su revelación en nuestra historia individual?» (Cartas y Manuscritos — Volumen 2, 1900).

Si bien no podemos saber con exactitud cuál será la historia del mundo el próximo año, si podemos de alguna manera guiar nuestra propia historia individual. Una forma de hacerlo es dedicarnos «de nuevo a Dios: en alma, cuerpo, corazón y fuerzas.» Cuando hacemos esto, estamos eligiendo seguir el mandamiento bíblico de amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas ‘como se registró por primera vez en Deuteronomio 6: 4, 5 y citado en Marcos 12:30. El pasaje continúa en los versículos 30 y 31: ‌‌»Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.’‌‌» Citando nuevamente al Antiguo Testamento.

Estos antiguos mandamientos siguen siendo relevantes para nosotros hoy: Amar al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Imagina el impacto que podríamos tener este nuevo año si cada uno de nosotros le pidiera a Dios, que a través de Su gracia nos ayude a amarlo plenamente y a amar a los demás tanto como a nosotros mismos. ¡Imagina el potencial de impactar no solo nuestra propia historia personal el próximo año, sino la del mundo!

Pero, ¿qué significa «Amar a tu prójimo como a ti mismo»? Sí, ciertamente nos recuerda la historia del Buen Samaritano, quien ayudó a un hombre necesitado, y ciertamente debemos ayudar a aliviar los sufrimientos de quienes nos rodean, pero además de ayudar a las personas con sus necesidades temporales, hemos sido llamados a hacer más.

En la Review & Herald, del 5 de febrero de 1884, Elena de White escribió: ‌‌»Queridos hermanos y hermanas, cuando se impregnen del espíritu misionero, cuando aprendan a amar a su prójimo como a sí mismos, no se contentarán con ver las almas perecer a su alrededor sin hacer todo lo posible por salvarlas.»

Hermanas y hermanos, ¿Pueden imaginar el impacto que podríamos tener en este nuevo año si cada uno de nosotros le pidiera al Señor que nos impregne de Su espíritu misionero para ayudarnos a salvar tantas almas como sea posible para el reino?

¿Cómo podemos hacer esto? Zacarías 4:6 nos dice: ‌‌»No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.‌‌»

Es fácil para todos ver que con cada día que pasa, este mundo está descendiendo más profundamente en la incertidumbre y el caos. Incluso aquellos que no creen en Dios reconocen que está sucediendo algo inusual. La gente está buscando respuestas, está buscando algo, o alguien en quien confiar. Está buscando la verdad.

Mi hermano, mi hermana, tú y yo hemos sido llamados ‌‌»para un tiempo como este.‌‌» Es hora de mostrar amor a nuestros prójimos, proclamando, por la gracia de Dios, Sus mensajes finales de amor para el mundo, los mensajes de los tres ángeles, proclamando el evangelio eterno, adorando a Dios como nuestro Creador y reconociendo que la hora de Su juicio ha llegado. Debemos invitar a todos a salir de Babilonia, y recibir el sello de Dios, en lugar de la terrible marca de la bestia.

Al comenzar este año, ¿estás dispuesto, por la gracia y el poder de Dios, mostrar Su amor por otros, yendo a alcanzar al mundo para Él? Si es así, te invito a ponerte de pie en este momento, donde quiera que estés, mientras oramos juntos.

Padre celestial, al iniciar un año nuevo, por favor, acércate a cada uno de nosotros. No sabemos con exactitud qué es lo que traerá este nuevo año, pero sí sabemos que si confiamos completamente en ti, Tú nos conducirás, tú guiarás nuestros pasos, abrirás el camino frente a nosotros, no solo para preservarnos, sino compartir con otros el amor de Cristo y la esperanza que se encuentra en los mensajes de los tres ángeles, guiando a las personas a la verdadera adoración de Dios.

Ayúdanos Señor de una manera práctica a medida que entramos en este Año Nuevo, a apoyarnos completamente en ti y compartir tus preciosos mensajes de ánimo a quienes nos rodean, compartiéndoles que Jesús vendrá pronto. Gracias por escucharnos y bendecirnos ahora, a medida que entramos en este nuevo año lleno de potenciales y posibilidades, a través de tu poder. En el nombre de Jesús, lo pedimos, Amén.

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