13 de enero 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Saludos, amigos. Cuando abrimos nuestras Biblias en el evangelio de Juan, leemos esta maravillosa declaración en el primer capítulo y versículo: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.» (Juan 1:1).

Qué hermosa descripción de Jesús, el hijo de Dios y el hijo del hombre, una combinación perfecta de lo humano y lo divino. No entendemos exactamente cómo puede ser esto, pero sabemos que es así. Y Jesucristo nos ha dado Sus palabras de vida a través de las Sagradas Escrituras., «la palabra de Dios es viva y eficaz,» de acuerdo a Hebreos 4:12.  Hablando de las Escrituras, Jesús afirmó, «ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5:39).

Encontramos las huellas de Jesús a lo largo de los 66 libros de la Biblia, que nos llevan a través de los 39 libros de historia, ley, sabiduría, poesía y profecía del Antiguo Testamento. Lo vemos claramente a través de los 27 libros del Nuevo Testamento, en los Evangelios, la historia de la iglesia primitiva, las cartas del apóstol Pablo y otras cartas generales, y la profecía a través de «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto» (Apocalipsis 1:1).

De hecho, la Biblia es el mensaje de Dios dado a la humanidad, en el lenguaje de la humanidad, a través de hombres que fueron inspirados divinamente, como 2 Pedro 1:21 explica, «los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.»

Entonces, en cierto sentido, las Escrituras son como Cristo en el sentido de que son una combinación de lo divino y lo humano: la Biblia es el mensaje de Dios para nosotros, contenido en lenguaje humano, escrito por hombres que fueron inspirados divinamente por el Espíritu Santo.

Las Sagradas Escrituras son el fundamento sobre el que basamos todas nuestras creencias como Adventistas del Séptimo Día. Es por eso que nuestra primera creencia fundamental es «Las Sagradas Escrituras», que dice lo siguiente: «Las Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento, son la Palabra escrita de Dios, dada por inspiración divina. Los autores inspirados hablaron y escribieron movidos por el Espíritu Santo. En esta Palabra, Dios ha confiado a la humanidad el conocimiento necesario para la salvación.  Las Sagradas Escrituras son la suprema, autoritaria e infalible revelación de Su voluntad. Son la norma de carácter, la prueba de la experiencia, el revelador definitivo de las doctrinas, y el registro fiable de los actos de Dios en la historia. (Creencia Fundamental de los Adventistas del Séptimo Día 1, «Las Sagradas Escrituras,» adventist.org/beliefs).

Hay muchos textos que afirman la belleza y el poder de la Escritura. En Proverbios 30:5, 6 leemos esta promesa y amonestación: «Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.

Isaías 8:20 testifica, » ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.»

En Juan 17:17, una vez más escuchamos a Jesús afirmando la importancia de las Escrituras cuando ora por Sus discípulos, pidiendo a Su Padre Celestial, «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.»

En la carta a los Tesalonicenses,  el Apostol Pablo declara a los creyentes, «Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.» (1 Tesalonicenses 2:13).

Sí, amigos, la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios para nosotros, que nos revela Su verdad y nos acerca a Él mientras seguimos Su consejo divino descrito en sus preciosas páginas. Pero para escuchar realmente a Dios hablando, debemos acercarnos a las Escrituras creyendo que son, en verdad, la revelación suprema, autoritaria e infalible de Su voluntad.

Se nos advierte en el libro, El Conflicto de los Siglos: «Las verdades que se encuentran explicadas con la mayor claridad en la Biblia han sido envueltas en dudas y oscuridad por hombres doctos, que con ínfulas de gran sabiduría enseñan que las Escrituras tienen un sentido místico, secreto y espiritual que no se echa de ver en el lenguaje empleado en ellas. Esos hombres son falsos maestros. Fue a personas semejantes a quienes Jesús declaró: “No conocéis las Escrituras, ni el poder de Dios”. Marcos 12:24 (VM). El lenguaje de la Biblia debe explicarse de acuerdo con su significado manifiesto, a no ser que se trate de un símbolo o figura. Cristo prometió: “Si alguno quisiere hacer su voluntad [del Padre], conocerá de mi enseñanza, si es de Dios”. Juan 7:17 (VM). Si los hombres quisieran tan solo aceptar lo que la Biblia dice, y si no hubiera falsos maestros para alucinar y confundir las inteligencias, se realizaría una obra que alegraría a los ángeles y que traería al rebaño de Cristo a miles y miles de almas actualmente sumidas en el error. » (El Conflicto de los Siglos, p. 584).

Si, amigos, la Biblia es de hecho «Lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino.» (Salmos 119:105), pero primero debemos quitar las cortinas de nuestras propias presuposiciones para ver la luz con claridad.

Si desean obtener más información sobre lo que nosotros, como Adventistas del Séptimo Día, creemos acerca de las Sagradas Escrituras, hay dos recursos que me gustaría recomendarles. Primero, les invito a visitar www.adventist.org/beliefs donde encontrarán mucha información de ayuda.

En segundo lugar, les animo a leer un documento muy importante que explica cómo nosotros, como Adventistas del Séptimo Día, abordamos las Escrituras. Se titula, «Métodos de Estudio de la Biblia» y lo pueden encontrar en la dirección de internet que se encuentra en su pantalla.

[INSERT: www.adventist.org/documents/methods-of-bible-study]

Amigos, les animo hoy a que abran la Palabra viva de Dios, las Sagradas Escrituras, y descubran lo que Dios quiere decirles en este momento.

Oremos juntos. Padre que estás en los cielos, gracias por la palabra de Dios, gracias porque podemos abrir la palabra de Dios, gracias porque cuando leemos la palabra de Dios ante todo necesitamos pedir tu guía, a través de la oración y a través del Espíritu Santo nos revelarás verdades que se convertirán no sólo en las cosas que están en el papel, sino que se volverán absolutamente prácticas para nuestras vidas.

Por favor, danos una guía mientras miramos la palabra de Dios, todos los días, para entender tu dirección para nuestras vidas, a medida que nos acercamos al pronto regreso de Jesús.

Gracias por escucharnos en esta oración, en el nombre de Jesús lo pedimos, amén.

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