3 de febrero de 2022 | Venezuela | Por Ney Julián Devis

Este artículo fue extraída de The Encyclopedia of Seventh-day Adventists (ESDA), a la que puede accederse gratuitamente encyclopedia.adventist.org.

Rufino Serapio Arismendi fue una figura importante en la expansión del mensaje adventista entre los pueblos indígenas del territorio de la Gran Sabana durante el siglo XX. Fue pastor y administrador en la Unión Misión Colombo-Venezolana.

Primeros años, educación y matrimonio

Rufino S. Arismendi nació el 22 de abril de 1915 en Río Caribe,1 Estado Sucre, Venezuela, pasó su niñez en la granja de la familia. En 1923, conoció el mensaje adventista gracias a algunos familiares.2 Arismendi fue bautizado a los 13 años, y se unió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Estado Sucre.3 Cuando tenía 18 años, ingresó al ministerio de las publicaciones y comenzó a viajar por toda Venezuela, compartiendo el mensaje adventista.4 Para1938, a los 23 años, había ganado lo suficiente vendiendo libros cristianos para estudiar en Medellín, Colombia,5 ingresando al Colegio Industrial Coloveno”.6

Rufino S. Arismendi y su esposa Elva Mujica. [Fotografía por cortesía de Haroldo Arismendi]

El 3 de diciembre de 1942, se graduó con un título en docencia.7 Poco después, el 14 de diciembre de 1942, contrajo matrimonio con Elva Mujica.8 El matrimonio tuvo dos hijos biológicos, Harold and Adamelis, y adoptaron a Rosa Cedeño en 1976.9

Trabajo administrativo

En 1943, Arismendi comenzó a trabajar como director de residencia y docente en Coloveno.10 Al año siguiente, sirvió como pastor asociado en Caracas, Venezuela, y contribuyó a la organización de la Iglesia Adventista en Catia.11 Mientras estaba en el Estado de Táchira, fundó una aldea adventista llamada “Rafael López Miranda”, junto con una escuela del mismo nombre.12 En 1954,13 en la ciudad de Carúpano, estableció el Colegio Libertador en la parte oriental de Venezuela.14

El pastor R. S. Arismendi llegó a ser presidente de la Misión Venezolana Occidental en 1958.15 Entre 1960 y 1966, trabajó en uno de los departamentos de la Unión Misión Colombo-Venezolana.16 También llegó a ser presidente de la Misión Venezolana Oriental en Caracas. Cuando visitó Gran Sabana durante ese período, confirmó la existencia de cuatro aldeas adventistas en el territorio. Años después, la iglesia estableció varias escuelas adventistas en la región.

Trabajo en Gran Sabana

En 1972, los líderes asignaron a Arismendi como pastor en Gran Sabana para apoyar la construcción de un colegio. También organizó seis nuevas iglesias, nueve grupos y construyó cuatro nuevos templos, además de varias escuelas primarias en la región.17

Jubilación y dedicación

Cuando se jubiló en 1979, comenzó haciendo obra misionera entre las comunidades indígenas de Gran Sabana, con la determinación de establecer una escuela media con internado para los jóvenes.18 Su duro trabajo tuvo éxito el 8 de octubre del mismo año con el comienzo del Colegio Adventista de Gran Sabana (COLGRANSA) como la escuela con internado de la región. 19 Permaneció en Gran Sabana hasta 1985. Cuando comenzó a tener problemas de salud, se trasladó con su esposa a Victoria, Estado de Aragua. En 1995, junto con miembros de El Limón, comenzó la construcción de una iglesia comunitaria.20

Cuando tenía 90 años, regresó a Gran Sabana para continuar fortaleciendo el programa educativo de COLGRANSA y para ayudar a terminar la construcción de la iglesia. Entre 2005 y 2010, el pastor Arismendi se dedicó a compartir el mensaje con la comunidad y los miembros de iglesia de Gran Sabana.21 Dedicó un total de 18 años a la actividad misionera en la región. Siempre dijo que “Dios me escogió desde la niñez para hacer este trabajo”.22

El 2 de diciembre de 2013 viajó a los Estados Unidos para una reunión familiar, y el 10 de mayo de 2014, un sábado de tarde, falleció.23 Parte de sus cenizas fueron depositadas en el cementerio de La Victoria, en el Estado de Aragua, en la tumba de su esposa. En 2015, para conmemorar lo que habría sido su centésimo aniversario, el resto de sus cenizas fueron llevadas a Gran Sabana y depositadas a los pies del Roraima, en el Estado de Bolívar, cerca de la tumba del pastor Ovid Elbert Davis.24 Las palabras en su obituario expresan: “Conocido por ser aventurero, siempre listo para compartir su fe, sin temor de vivir, y siempre con Dios presente en su vida”.25

Por fuentes y notas, véase HERE

Traducción de Marcos Paseggi

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