Los principales líderes y el personal adventista de la División Interamericana dedicaron un tiempo especial la semana pasada para orar, adorar y animarse espiritualmente, durante la semana especial anual de énfasis en la oración de la iglesia, del 16-21 de mayo de 2022. Las decenas de líderes y el personal empleado en la sede de la División Interamericana en Miami, Florida, y los que trabajan desde el extranjero, reflexionaron en la necesidad de apoyarse en el estudio de la Biblia, incrementar su fe, y depender del poder que solo Dios puede otorgar cuando trabajan para cumplir con la misión de la iglesia.
Bajo el lema “Celebrando su Providencia y afirmando nuestros valores”, la semana de énfasis en la oración tuvo lugar justo después de la iniciativa de 100 días de oración en toda la división con motivo del centésimo aniversario desde que se organizó la División Interamericana en 1922, como así también durante un énfasis de 40 días de oración antes del Congreso de la Asociación General que está programado para llevarse a cabo en San Luis, Missouri, Estados Unidos, el mes próximo.
“Esta no ha sido tan solo una semana de oración sino una semana de milagros, donde hemos tenido la oportunidad de encontrarnos con Dios, unirnos para buscar cómo ser mejores cristianos, escuchar su voz y sentir su presencia en nuestra vida”, dijo el pastor Josney Rodríguez, secretario ministerial de la Iglesia Adventista en Interamérica y coordinador de la semana de énfasis espiritual. Ha sido un momento de escudriñar nuestro corazón, enfocarnos en servir con humildad, y permitir que Dios dirija en medio de los desafíos y circunstancias que llegan a la vida de todas las personas, dijo.
El pastor Toney Mapp, presidente de la Iglesia Adventista en la Misión de Tobago, animó a los líderes para que recuerden que la iglesia nació para predicar el evangelio eterno. “Aférrense al hecho de que Dios los guardará ante la adversidad”, dijo Mapp. “No deberíamos olvidar el pasado, porque nos inspirará a triunfar a medida que seguimos avanzando, garantizando que nos liberemos del peso excesivo de la malicia, o de prácticas que no encajan con la voluntad de Dios”.Mapp, que compartió sus mensajes desde su hogar debido a cuestiones de visa que le impidieron viajar hasta Miami, recordó a los líderes y el personal que avance con paciencia, aprendiendo a estar quietos y permitir que Dios guíe sus propósitos en medio de las ocupaciones que impone el trabajo de la iglesia. “Estamos tan atrapados por lo hacemos que nos hemos olvidado de ser, de reflexionar sobre lo que hacemos, hacer una pausa y quedar quietos ante todo ese ruido que nos rodea, para permanecer cerca de Dios y confiar en él en todas las cosas”, dijo Mapp.
“Tenemos que aprender a gobernar nuestro espíritu”, dijo también. “Vivir en paz con todas las personas y llegar a ser transformados, para que podamos perdonar así como Dios perdona, y amar así como él ama”.
Durante sus mensajes espirituales, Mapp contó muchas experiencias personales de cómo Dios guio su vida. Entre ellos, contó cómo Dios inició una transformación en su vida cuando tenía tan solo 11 años, mientras luchaba en la escuela y comenzó a leer la Biblia, y llegó a aprender cuáles eran los alimentos correctos, aprendió del mensaje de salud, el sábado y la segunda venida.“Sean fuertes y Valientes”, dijo Mapp. “Mientras estamos entre el ‘ya’ y el ‘todavía no’, sigan adelante, inspirados por lo que han visto, permitiendo que Dios abra la puerta para llevar el evangelio de nación en nación, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de aldea en aldea hasta la última casa, hasta que todas las personas estén listas para su venida”.
Esa fue la primera vez desde que la pandemia azotó hace dos años que se reunió la semana anual de énfasis en la oración, dijo Rodríguez. “Fue un verdadero gozo y una bendita experiencia orar y enfocarse en la bondad de Dios”.
Para Beny Paéz, asistente profesional, la semana de oración produjo el milagro que jamás olvidará. Tuvo que viajar a mitad de semana para ver a su madre de 90 años enferma en Colombia. Su madre sufre de demencia y muy rara vez la reconoce. Al darse cuenta de que acaso es la última vez que vería a su madre, se limitó a orar y a agradecer a Dios por la oportunidad de estar con su madre, y sintió el anhelo de dialogar con ella. En una de sus visitas, Paéz dijo que su madre la reconoció y pudieron ponerse al día. “Estoy tan agradecida a Dios por esas tres horas […]. Fue un momento tan hermoso con mamá para agradecerle por sus sacrificios y contarle cuánto la quiero”. Esa ‘ventana’ con su madre fue sumamente importante para ella, y fue una respuesta a la oración.El pastor Hiram Ruiz, director de ministerios en campus públicos de la División Interamericana y director de capellanía, dijo que la semana de oración le recordó el gran cuidado que Dios tiene de nosotros. “Somos amados por Dios, por más que él conoce nuestros errores y que no somos perfectos”, dijo. El renovado enfoque de estudiar la Biblia en relación con la obra ministerial a mano fue una verdadera bendición que pudo experimentar durante la semana especial expresó.
Para Margaret Daniel, asistente profesional, la importancia de pasar tiempo de calidad con Dios fue un gran recordatorio durante la semana de énfasis en la oración. “Nos preparamos para los demás, les predicamos a los demás, pero ¿pasamos suficiente tiempo en la devoción personal?” dijo. Dedicar suficiente tiempo para conocer a Dios significar estar quietos y dedicar tiempo para saber que él es Jehová, como lo expresa Salmos 46:10, versículo en el cual reflexionó el pastor Mapp durante uno de sus mensajes espirituales, dijo la señora Daniel. “He memorizado todo ese salmo, pero esta semana volví a ver de manera renovada ese versículo. La exposición [del pastor Mapp] sobre cada palabra, aun en el “estar” y en el “que” fue profunda”, dijo ella. “Con todas las actividades y fechas límites que tenemos, ese recordatorio nos llegó en el momento correcto”.Los líderes de la iglesia y el personal de la División Interamericana oraron unos por otros, por sus familias, por la obra de la iglesia en el territorio y en la iglesia mundial, y por pedidos específicos, entre otras cosas.
La semana de énfasis en la oración incluyó un servicio de Santa Cena, la quema de los pedidos de oración, testimonios, y programa de sábado.
La División Interamericana supervisa la obra de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, con más de 3,7 millones de miembros en 24 grandes regiones eclesiásticas o uniones, desde México hasta América Central, el Caribe, las Antillas Francesas, Colombia y Venezuela.
Traducción de Marcos Paseggi