“La mejor manera de que yo comprenda mi vida y mi servicio por Dios es manteniendo los ojos en Jesús como mi Ejemplo y Mentor”, dijo Jackson cerca de su jubilación en 2020.

23 de julio de 2022 | Columbia, Maryland, Estados Unidos | Kimberly Luste Maran

El sábado de mañana 23 de julio de 2022, Daniel R. Jackson, expresidente de la Iglesia Adventista en Norteamérica, pasó al descanso después de varios meses de luchar contra el cáncer. Tenía 73 años.

Jackson, que sirvió a la Iglesia Adventista durante 49 años, se jubiló en julio de 2020 después de ser presidente de la División Norteamericana durante una década. Como presidente, Jackson realizó muchas contribuciones a la iglesia en Norteamérica durante sus diez años de servicio en la división, lo que incluyó el crecimiento de la estructura de la Asociación Ministerial del territorio; la creación de un plan estratégico misionero; y la adición de la Misión de Guam-Micronesia, la Universidad Oakwood, la Pacific Press Publishing Association, AdventSource, y Servicios de Grabaciones Cristianas para los Ciegos.

Daniel R. Jackson en 2020. [Fotografía de Dan Weber/NAD]

Además de que la división se trasladó a su propia sede en Columbia, Maryland, en 2017, durante el período de Jackson como presidente hubo récords anuales de diezmos; se establecieron casi mil nuevas iglesias, se bautizó a más de 300 mil personas, y el legado de los ministerios de medios adventistas (Breath of Life, Fe para Hoy, It Is Written y Escrito Está, Jesus 101, La Voz de la Esperanza, Lifetalk Radio, y la Voz de la Profecía) hallaron su propio hogar e identidades. Durante ese período, el número de mujeres que cumplen servicios como pastoras y capellanas se duplicó; se creó la Comunidad Adventista de Aprendizaje, un robusto recurso de ministerio digital; tanto la iniciativa de Vida Joven como el departamento de Datos + Medios Sociales se hicieron realidad; y la división lanzó la revista Adventist Journey.

Jackson fue elegido el 28 de junio de 2010 por los delegados de la iglesia mundial en el Congreso de la Asociación General en Atlanta, Georgia, y reelegido para el cargo el 6 de julio de 2015, en el LX Congreso de la Asociación General llevado a cabo en San Antonio, Texas. El Congreso de la Asociación General es el órgano principal de gobierno de la Iglesia Adventista.

Jackson, nativo de Canadá y, con excepción de cinco años de servicio en la División Sudasiática, vivió y ministró en el División Norteamericana. Se graduó en el Colegio Unión Canadiense (ahora Universidad Burman) y en la Universidad Andrews, en la cual obtuvo una maestría en religión con énfasis en teología sistemática. Jackson es uno de los autores del libro Becoming a Mission-Driven Church [Una iglesia motivada por la misión].

Era conocido por su amor por la música, su ameno sentido del humor, y su interés en la misión, todos puntos destacados de su ministerio a lo largo de los años.

Durante su carrera, Jackson sirvió a la iglesia como pastor, docente y administrador. Pero Jackson, quien a menudo comenzaba una charla o un sermón recordando a su audiencia que era “un hombre quebrantado con necesidad de un Salvador”, a menudo dijo que por sobre todo, era un peregrino más en la misma travesía de cada cristiano en camino al reino.

“El pastor Dan Jackson fue no solo un colega en el ministerio; también fue un verdadero amigo y hermano que demostró su fe de maneras reales y prácticas. Después de haber trabajado con él durante diez años, puedo decir con autoridad que era una persona auténtica. No es exagerado decir que ha caído un gigante entre nosotros”, dijo G. Alexander Bryant, /g-alexander-bryant-elected-president-seventh-day-adventist-church-north-america»>actual presidente de la División Norteamericana y sucesor de Jackson.

Bryant siguió diciendo: “Él defendió firmemente sus convicciones con valor y humildad. A menudo usó su voz para hablar en favor de los marginados y los dejados de lado entre nosotros. Encargó el concepto de siervo líder; y facultó a los que rodeaban, ayudándolos a que lucharan para alcanzar el potencial que Dios les había dado. La iglesia ha sido bendecida tremendamente por su ministerio, y está mejor que antes porque el pastor Jackson caminó entre nosotros”.

“El pastor Jackson fue un hombre tan piadoso y un líder maravilloso”, dijo Kyoshn Ahn, secretario ejecutivo de la División Norteamericana. “Su bondad y valor inspiró a muchos miembros. Su amor por la iglesia era infinito e ilimitado. Vivió simplemente en la práctica el evangelio que predicaba con tanto entusiasmo. Dios ha bendecido inmensamente a la iglesia y a la División Norteamericana con su liderazgo y servicio”.

Dan y Donna Jackson en 2020. [Fotografía de Dan Weber/NAD

El actual tesorero y gerente financiero general de la División Norteamericana, Randy Robinson, expresó: “El pastor Jackson sentía pasión por Cristo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y por los miembros de la División Norteamericana. No se podía estar alrededor de él por un tiempo sin reconocer cada una de esas tres pasiones. Durante su presidencia, dirigió a la iglesia en Norteamérica para que avanzara dependiendo de la gracia de Jesús. ¡Lo extrañaremos mucho!”

“Cuando Dan fue elegido presidente de la División Norteamericana en 2010, sentí que era el hombre para ese momento y para lo que se necesitaba en el liderazgo”, contó Thomas G. Evans, extesorero y gerente financiero general, quien trabajó con Jackson durante más de ocho años en esa división. “Vivió su amor por Cristo y lo promovió entre los que lo rodeaban. Nos recordó a todos que estamos quebrantados y que necesitamos al Señor. Uno de los puntos destacados de su período fue el traslado de la sede de la División Norteamericana de la Asociación General en Silver Spring a Columbia, lo que sigue siendo una gran bendición para el territorio.

Evans añadió: “Dan también era un hombre de familia. Amaba a Donna, a sus hijos y a su familia extendida. Todos los que lo conocieron lo extrañarán”.

Un líder visionario, un espíritu humilde

Durante un tributo con motivo de la jubilación de Jackson en 2020, Bryant contó cómo poco después de la elección de 2010, Jackson descubrió una nota en su escritorio que había sido escrita por Bob Dale, un exsecretario ejecutivo de la división, donde delineaba un plan para los próximos setenta años de la división. El plan incluía trasladar la sede de la división desde el edificio de la Asociación General a su propio edificio.

“Comenzó una travesía que parecía ser improbable. En efecto, muchos [aun en la División Norteamericana] no creía que fuera posible”, dijo Bryant. “Y aquí estamos, ahora, celebrando nuestra tercera asamblea de fin de año en este edificio. Habla del liderazgo de Dan, de su valor, y no se produjo sin golpes y dolor […]. Pero igualmente, siguió adelante”.

Jackson jamás imaginó que llegaría a ser presidente de la Iglesia Adventista en Norteamérica. En una entrevista en 2020 con Dan Weber, exdirector de comunicación de la División Norteamericana, Jackson dijo que creyó que jamás tendría la oportunidad de prestar servicios en algún cargo administrativo.

“No tenía aspiraciones de ser administrador. Y ni idea de que alguna vez se haría realidad”, dijo. Habló de cómo él y su esposa Donna criaron a sus hijos con la creencia en el pronto regreso de Cristo. “Nuestro intenso deseo era simplemente ganar almas para Cristo y verlo regresar”.

Respecto de su trabajo al frente de la División Norteamericana, Jackson dijo que una parte del trabajo de su vida fue apoyar a las mujeres en el ministerio. “Siempre he sostenido la creencia de que las mujeres deberían ser tratadas sobre una base de igualdad respecto de los hombres. Dios ha dado dones a las mujeres como así también a los hombres. Ha llamado a las mujeres, así como ha llamado también a los hombres. Hay amplias evidencias y direcciones en ese sentido en las Escrituras”, dijo Jackson. “Cuando llegué a las División Norteamericana, pensamos en algunas iniciativas estratégicas que en la División Norteamericana podían emprender juntos. Las mujeres en el ministerio fue una de las más altas prioridades”.

Durante una edición del programa de diálogo de la Comunión Cristiana Adventista titulado “¿Está funcionando esto?”, entre los líderes y jóvenes de la División Norteamericana el 22 de mayo de 2019, Daniel R. Jackson, presidente de la División Norteamericana, celebra con un pulgar para arriba un comentario de la audiencia, mientras G. Alexander Bryant, por entonces secretario ejecutivo de la División Norteamericana, se prepara para hablar. [Fotografía a cargo de Pieter Damsteegt/NAD]

Al jubilarse, Jackson expresó: “Lo que más atesoro es la idea de que durante nuestro tiempo aquí pudimos mantenernos concentrados en la misión de la iglesia. De que todos los ajustes administrativos que llevamos a cabo dieron forma, dieron forma y dieron forma a la idea de que esta obra tiene un solo objetivo: bajo la dirección de Cristo, estamos avanzando en la misión. Oro para que esta misión siga siendo el enfoque principal de nuestra iglesia”.

Seguir a Jesús

Jackson sintió la responsabilidad de alcanzar a otros con el mensaje del evangelio, de compartir la esperanza y plenitud que se encuentra en Cristo. “Somos llamados por Dios para establecernos en el suelo de la necesidad humana, por más diferente y difícil y duro que ese suelo pueda estar hoy”, dijo Jackson en su sermón de la asamblea de fin de año de la División Norteamericana en 2017.

“¿Adónde nos llama el amor?”, preguntó Jackson. “Jamás descubriremos la respuesta a esa pregunta ni la verdadera base del ministerio efectivo centrado en Cristo con más seminarios, con mejores entrenadores personales, o mentores, o al mirar a los demás”.

La respuesta, dijo Jackson, se encuentra en las palabras del apóstol Pablo en Hebreos 12:1, 2. “La mejor manera de que yo comprenda mi vida y mi servicio por Dios es manteniendo los ojos en Jesús como mi Ejemplo y Mentor”.

“Servir siempre ha sido un privilegio”, dijo Jackson ya cerca de su jubilación. “Siempre he sostenido la idea de que Dios nos llevaría a este papel de gran reverencia […]. Son las personas las que hacen que el trabajo sea muy rico y una gran bendición. Respeto y siento profunda reverencia lo que Dios estuvo dispuesto a hacer en la vida de un niño travieso de Edmonton, Alberta, y una mujer maravillosa de Sídney, Columbia Británica”.

A Jackson lo sobrevive su esposa Donna, quien fue directora asociada de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana antes de jubilarse en 2020; tres hijos y cuatro nietos.

Traducción de Marcos Paseggi

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