11 de agosto de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
Ted Wilson (TW): ¡Saludos, amigos! Hoy, Nancy y yo estaremos compartiendo acerca de otro regalo maravilloso que Dios le dio a la humanidad en el Jardín del Edén: El regalo del amor, el compañerismo y más que viene a través del matrimonio y la familia.
Nancy Wilson (NW): Durante la semana de la Creación, como se registra en el capítulo 1 de Génesis, escuchamos a Dios proclamar que las cosas «eran buenas», pero en el sexto día, incluso en ese mundo perfecto, Dios dice que algo no es bueno.
TW: Lo leemos en Génesis 2:18, donde, después de crear al primer hombre, Adán, Dios proclama: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
NM: La Biblia nos dice que Entonces “Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán” (Gén. 2:21), y mientras Adán dormía, le quitó una costilla del costado y formó a Eva. Cuando Adán despertó, fue amor a primera vista cuando proclamó: “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.” Dios bendijo a la primera pareja, diciéndoles «Fructificad y multiplicaos» (Génesis 1:28).
TW: La Biblia establece el escenario para todos los matrimonios futuros, declarando: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Gén. 2:24). Esta unidad a la que se refiere la Biblia incluye no solo la unión sexual íntima que Dios diseñó exclusivamente para el gozo de las parejas casadas, compuestas por un hombre y una mujer, sino que también implica una hermosa unidad de mente y espíritu que crece con el tiempo y apoya el lado físico de la relación.
NW: En su libro clásico, Me casé contigo, el exitoso autor Walter Trobisch explica: «Dos personas comparten todo lo que tienen, no solo sus cuerpos, no solo sus posesiones materiales, sino también sus pensamientos y sus sentimientos, su alegría y su sufrimiento, sus esperanzas y sus miedos, sus éxitos y sus fracasos. ‘Hacerse una sola carne’ significa que dos personas se vuelven completamente una con cuerpo, alma y espíritu, y sin embargo siguen siendo dos personas diferentes» (p. 18).
TW: ¡Durante los casi 47 años que Nancy y yo hemos estado casados, ciertamente hemos encontrado que esta declaración es cierta! Y alabamos a Dios por el maravilloso regalo que nos ha dado a través del matrimonio y la familia, incluida la increíble bendición de tres maravillosas hijas y yernos, y 11 preciosos nietos, uno de los cuales está durmiendo hasta esa gloriosa mañana de resurrección.
NW: Reconocemos, sin embargo, que en este mundo destrozado por el pecado, muchos han experimentado una profunda tristeza y corazones rotos por relaciones que Dios pretendía que fueran las más satisfactorias. Lamentablemente, parece que Satanás ataca especialmente a las familias porque se da cuenta de todo lo que Dios pretendía que fuera este componente fundamental de la sociedad. Sin embargo, Dios es más fuerte, y ha prometido hermosamente «Ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.” (Isaías 61:3).
TW: Mientras Satanás busca matar y destruir, Dios vino a sanar y restaurar. Él anhela traer belleza, gozo, amor y compañerismo a través de las relaciones familiares, no solo a través del matrimonio, sino a través de la familia de creyentes que comprende Su Iglesia.
Nuestra Creencia Fundamental de los Adventistas del Séptimo Día #23 explica el Matrimonio y la Familia de esta manera:
El matrimonio fue divinamente establecido en el Edén y afirmado por Jesús como una unión de por vida entre un hombre y una mujer en una compañía amorosa.
Para el cristiano un compromiso matrimonial es tanto con Dios como con el cónyuge, y debe ser contraído sólo entre un hombre y una mujer que compartan una fe común. El amor mutuo, el honor, el respeto y la responsabilidad son el tejido de esta relación, que debe reflejar el amor, la santidad, la cercanía y la permanencia de la relación entre Cristo y su iglesia.
NW: En cuanto al divorcio, Jesús enseñó que la persona que se divorcia de un cónyuge, excepto por fornicación, y se casa con otro, comete adulterio. Aunque algunas relaciones familiares pueden no estar a la altura del ideal, un hombre y una mujer que se comprometen plenamente el uno con el otro en Cristo a través del matrimonio pueden lograr la unidad amorosa mediante la guía del Espíritu y el cuidado de la iglesia.
TW: Dios bendice a la familia y pretende que sus miembros se ayuden mutuamente para alcanzar una completa madurez. Aumentar la cercanía de la familia es una de las características del mensaje final del Evangelio.
NW: Los padres deben educar a sus hijos para que amen y obedezcan al Señor. Con su ejemplo y sus palabras deben enseñarles que Cristo es un guía amoroso, tierno y cuidadoso que quiere que se conviertan en miembros de su cuerpo, la familia de Dios que abarca tanto a los solteros como a los casados.
TW: Las familias, tanto las familias nucleares como las extensas, así como la familia de la Iglesia, están destinadas a ser una verdadera bendición para sus miembros y para los demás. Dios tiene la intención de que estos lugares sean fortalezas de seguridad y aliento, de amor y compañerismo, de nutrición y crecimiento.
Mientras mantenemos nuestros ojos en Él, abrazando el amor que Él nos ha dado tan generosamente, nosotros, a través de la sumisión a Él, podemos ofrecer Su amor a los demás tan bellamente descrito en 1 Corintios 13, un amor que «es sufrido, es benigno… que no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece;
NW: no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita,
TW: no guarda rencor; no se goza de la injusticia,
NW: mas se goza de la verdad.
TW: Todo lo sufre,
NW: todo lo cree,
TW: todo lo espera,
NW: todo lo soporta.”
TW: Pueden ver amigos:
TW & NW: “El amor nunca deja de ser” (1 Cor. 13:4-8).
TW: Si desean obtener más información sobre lo que la Biblia enseña acerca del matrimonio y la familia, así como encontrar una gran cantidad de recursos útiles, los invito a visitar: family.adventist.org, que se muestra en la parte inferior de su pantalla [ INSERTAR: family.adventist.org].
NW: Para terminar, nos gustaría compartir con ustedes estas alentadoras palabras del maravilloso libro Hogar Adventista:
TW: “La tarea a la cual se nos llama no requiere riquezas, posición social ni gran capacidad. Lo que sí requiere es un espíritu bondadoso y abnegado y firmeza de propósito. Una luz, por pequeña que sea, si arde siempre, puede servir para encender otras muchas.”
NW: “Nuestra esfera de influencia, nuestras capacidades, oportunidades y adquisiciones podrán parecer limitadas; y sin embargo tenemos posibilidades maravillosas si aprovechamos fielmente las oportunidades que nos brindan nuestros hogares.”
TW: “Si tan sólo queremos abrir nuestros corazones y nuestras casas a los divinos principios de la vida, llegaremos a ser canales por los que fluyan corrientes de fuerza vivificante. De nuestros hogares saldrán ríos de sanidad, que llevarán vida, belleza y feracidad donde hoy por hoy todo es aridez y desolación.” (p. 26.5).
Amigos, mientras reclamamos esta hermosa promesa, los invito a orar con nosotros ahora mismo.
Querido Señor, tú eres quien creó la familia. Tú creaste el matrimonio entre un hombre y una mujer. Ahora, Señor, te agradecemos por el privilegio de demostrarle al mundo el tipo de amor y compañerismo que puede tener lugar bajo tu guía y bendición. Que los Adventistas del Séptimo Día en todo el mundo ejemplifiquen esta demostración maravillosa, poderosa y útil del amor celestial en el hogar. Gracias por escucharnos. En el nombre de Cristo, amén.