8 de septiembre de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
¡Saludos amigos! Hoy consideraremos el evento más increíble y transformador de toda la vida: ¡La Segunda Venida de Cristo Jesús! Esta es la culminación de todas las esperanzas de los creyentes a lo largo de milenios. Al describir ese evento glorioso, el profeta Isaías escribió, “Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.” Y en Salmos 50:3 leemos, «Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará.»
Cuando estuvo en la tierra, Jesús les dijo a Sus discípulos, «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» (Juan 14:2,3). Él repite esta promesa con urgencia en Apocalipsis 22, diciendo en el versículo 7: » ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.;» versículo 12: «He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.;» y en el versículo 20: » Ciertamente vengo en breve.»
¡Y estos son solo algunos de los versículos que nos aseguran que Jesús vendrá otra vez! La Biblia también nos dice cómo vendrá.
Cuando Jesús ascendió en una nube, dos ángeles aseguraron a sus discípulos que «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» (Hechos 1:11).
¡Será un evento visible! La Escritura claramente declara, «He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá.» (Apocalipsis 1:7). Si bien sus seguidores se regocijarán, Cristo notó la respuesta de los malvados, diciendo, « Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (Mateo. 24:30).
Jesús no se escabullirá de regreso a la tierra en silencio, solo apareciendo a algún grupo aquí o allá. La Biblia nos dice, «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. » (1 Tesalonicenses 4:16).
¡Ese grito se escuchará en todo el mundo! La siguiente parte del versículo nos dice que despertará a los justos muertos y se levantarán para encontrarse con Él en el aire, junto con los justos vivos. ¡Oh, qué maravilloso día será ese!
Elena G. de White da esta hermosa descripción: «Cristo viene con poder y grande gloria… Mientras los impíos huyan de su presencia, los seguidores de Cristo se regocijarán… Cristo ha sido un compañero diario y un amigo familiar para sus fieles seguidores. Estos han vivido en contacto íntimo, en constante comunión con Dios… Están preparados para la comunión del cielo; porque tienen el cielo en el corazón.» (Maranatha, p. 98).
Nuestra Creencia Fundamental de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, #25, declara:
“La segunda venida de Cristo es la bendita esperanza de la iglesia, el gran clímax del evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible y mundial. Cuando regrese, los justos muertos resucitarán, y junto con los justos vivos serán glorificados y llevados al cielo, pero los injustos morirán. El cumplimiento casi completo de la mayoría de las líneas de la profecía, junto con la condición actual del mundo, indica que la venida de Cristo está cerca. El tiempo de ese evento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar listos en todo momento.»
Por supuesto, la pregunta que se hace a menudo es: «¿Cuándo vendrá?» Los discípulos de Cristo le hicieron esa pregunta, y Jesús respondió señalando la profecía, y los animó a buscar señales de cumplimiento. «De la higuera aprended la parábola:” Dijo Él. “Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas » (Mateo. 24:32, 33). Y luego alertó, “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.” (vers. 36).
Las profecías de Daniel y Apocalipsis dejan claro que estamos al final de los tiempos. Por ejemplo, los estudiosos de la Biblia reconocen que la profecía de Daniel 2, con su imagen que representa los reinos del mundo, revela que estamos viviendo en la punta de los dedos de los pies de esa imagen: El próximo y último evento será la Segunda Venida de Cristo. Otras señales indicadas en las Escrituras también se han cumplido y continúan cumpliéndose. Pueden leer más sobre la Segunda Venida en la página web que se muestra a continuación [Insert: www.adventist.org/second-coming].
Amigos, estamos literalmente a las puertas de ese gran día cataclísmico que hará temblar la tierra cuando nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, regrese para llevarnos a casa. Sin embargo, hay algunos que dudan que la venida del Señor esté cerca. Esto no debe sorprendernos, como leemos en 2 Pedro 3:3-7—“En los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.”
Pedro señala que estos burladores «olvidan voluntariamente» que Dios creó los cielos y la tierra, y que hubo un diluvio mundial. Luego advierte que un día todo será destruido por el fuego.
Luego, Pedro da importantes instrucciones y aliento a los que creen: “…amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» (versículos 8,9).
Luego nos exhorta, ya que la tierra y todo lo que hay en ella será destruido, a considerar qué clase de personas debemos ser, “andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios… Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.” (vs. 11, 12, 14).
Qué llamado tenemos, de permanecer cerca del Señor y permitir que Él nos guíe mientras avanzamos ansiosamente hacia Su venida. El libro de Hebreos nos anima: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:35-39).
Amigos, reclamemos juntos esta promesa mientras oramos ahora mismo.
Padre en el cielo, gracias por la maravillosa salvación de nuestras almas a través del poder de Jesucristo. Por favor ayúdanos a apoyarnos cada día, cada momento en Jesús, que es el autor y consumador de nuestra fe, el que es capaz de llevarnos al reino y estar preparados para su pronta segunda venida. Nos regocijamos en el hecho de que Jesús viene pronto. Señor, acércate a nosotros ahora, ayúdanos a apoyarnos en tus brazos eternos y a darnos cuenta de que la salvación es solo a través de Jesús.
Gracias por escucharnos en esta oración. En el nombre de Jesús lo pedimos, amén.