9 de octubre de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review
El rito bíblico de la Santa Cena adquirió un nuevo significado en la sede de la Iglesia Adventista del Séptimo Día el 7 de octubre de 2022. Más de 340 miembros de la Junta Directiva de la Asociación General (GC-EXCOM) y algunos de sus cónyuges participaron en la ceremonia ordenada por Cristo, en grupos pequeños distribuidos en los tres pisos del edificio en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.
El programa del viernes de noche, que fue coordinado por el Instituto de Misión Global, marcó la finalización formal de la Conferencia de Liderazgo, Educación y Desarrollo (LEAD), que inauguró el Concilio Anual 2022 de la denominación de 21 millones de miembros el pasado 6 de octubre. Las asambleas de la Iglesia Adventista han reunido a los miembros de la GC-EXCOM desde todo el mundo, después de la interrupción que produjo la pandemia del COVID-19.
“Es la primera vez que tenemos una Santa Cena en la sede de la iglesia”, dijo Magdiel Pérez Schulz, asistente del presidente de la Iglesia Adventista. “En el pasado, hemos recibido pedidos de grupos pequeños para disponer de una sala para una actividad o ceremonia espiritual, pero esto es diferente”.
Pérez Schulz fue uno de decenas de líderes de grupo que coordinaron los momentos de alabanza, testificación y oración en alguna de las salas de reuniones del edificio. En su caso, estuvo al frente de la ceremonia en un salón del tercer piso, y lo llevó a cabo en español, para decenas de miembros de la GC-EXCOM y sus cónyuges que provienen de países de habla hispana en América Central, el Caribe y Sudamérica.“Cuando se presentó la idea de llevar a cabo el rito de la Santa Cena en una de nuestras juntas, los líderes se entusiasmaron mucho y la apoyaron plenamente”, contó Pérez a los integrantes del grupo que coordinó. “Pero entonces comenzamos a considerar la logística de todo, y hallamos que hay muchos detalles a tener en cuenta para tener las salas listas para que participen cientos de personas. Fue algo que jamás habíamos probado antes”, dijo.
Pérez Schulz expresó gratitud al grupo de empleados en la sede de la iglesia que trabajaron mucho para preparar todo para la ceremonia. “Trabajaron durante horas, para que esta noche pudiéramos disfrutar de este momento especial”, expresó.
El rito, conocido también como “La Cena del Señor”, incluye por lo general la ceremonia del lavamiento de pies, comer pan sin levadura, y beber vino sin fermentar como símbolos del sacrificio de Jesús. En esta ocasión, incluyó momentos para testimonios y cánticos. En todo el edificio, fue posible oír la fusión de voces y música, mientras los participantes entonaban himnos tales como “Gracia maravillosa” y “Rey de mi vida”.La ceremonia también incluyó un momento de compromiso con la misión. Cada líder tuvo la oportunidad de firmar una tarjeta invitando a que cada participante se vuelva a enfocar en la misión de Dios de compartir su mensaje con todos hasta los extremos de la tierra. “Prometo hoy con humildad y sinceridad renovar mi compromiso de manera más plena y completa de apoyar la misión de Dios sobre mis rodillas y con los recursos y medios que el Señor con tanta generosidad me ha bendecido”, expresa la tarjeta de 9 por 9 centímetros. “Rindo mi corazón, mis manos y mis pies a ti, oh Dios. Úsalos para tu gloria en pro del progreso de tu misión en esta tierra.
Hacia el final de la ceremonia, los participantes se reunieron informalmente en al atrio central abierto, o miraron desde los balcones esparcidos en el edificio para un momento final de reflexión, un cántico y una oración, dirigidos por Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General. Fue una “preciosa oportunidad”, estando juntos para participar de una ceremonia que Jesús mismo ordenó. Jesús no participará de este rito, recordó Wilson a los líderes adventistas, hasta que nos encontremos con él en el cielo.También se refirió a la tarjeta de compromiso, pidiendo a los participantes que la guarden en sus Biblias, para que puedan recordar “la maravillosa comisión que nos ha encomendado” el Señor. Este renovado compromiso, dijo, se basa en la oportunidad de disfrutar una experiencia como la que tuvo el apóstol Pablo, quien en Gálatas 2:20 escribió: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. “Cristo viviendo en cada uno de ustedes”, les dijo Wilson a los participantes. “Es por eso que firmaron esa promesa”.
La ceremonia culminó con el cántico de todos los líderes, que entonaron el conocido himno adventista “¡Oh, qué esperanza!” en el idioma de su preferencia, y oraron. “Señor, bendice a cada líder adventista”, oró Wilson. “Ayúdalos a comprometer nuevamente todo lo que tienen para la misión”.
Traducción de Marcos Paseggi