11 de octubre de 2022 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review
Los líderes adventistas esperan que un importante cambio en el uso de los fondos contribuya a gastar menos en cargos administrativos y más en actividades misioneras específicas de avanzada en diversas partes del mundo. Fue una idea que Paul H. Douglas, tesorero de la Asociación General, enfatizó varias veces durante su informe ante los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General (GC-EXCOM) el 10 de octubre de 2022. La presentación de Douglas, titulada “Invertir en la misión”, coronó el informe financiero del Departamento de Tesorería durante el Concilio Anual 2022 en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.
“Hay un viejo adagio que dice: ‘Ponga su dinero donde está su boca’”, les dijo Douglas a los delegados. “Me gustaría traducir ese adagio para nosotros hoy diciendo: ‘Necesitamos poner nuestro dinero donde esta la misión’”.
De estrategia a resultados misionerosDouglas definió tres elementos que influyen sobre la estrategia misionera de la iglesia. Dijo que son la Inteligencia, la Integración y la Inversión.
“Inteligencia es saber hacia dónde vamos, dónde se encuentran los que aún no han sido alcanzados, y dónde se encuentran las oportunidades para que podamos transmitirlas y encontrar a las personas que puedan encajar con esas oportunidades”, expresó.
La iglesia también necesita integración, porque todos necesitan trabajar juntos con una sola causa, uno solo propósito, dijo Douglas. “También necesitamos que la inversión en nuestros recursos financieros y humanos esté alineada de manera intencional con la estrategia misionera”, expresó.
Douglas explicó que la estrategia misionera que tenemos debería tener un resultado esperado. “Necesitamos reflejar si tuvimos o no la inteligencia correcta. ¿Tenemos el equilibrio adecuado de integración? ¿Contamos con el equilibrio apropiado de inversión, de manera de garantizar que haya un resultado efectivo en nuestra estrategia?” preguntó.
Destacar la misión
Douglas compartió entonces cinco elementos que pueden influir sobre este cambio hacia la dedicación de más fondos a la misión de avanzada.
En primer lugar, dijo, es importante preparar informes financieros para destacar la misión. Los informes financieros actuales suelen destacar las asignaciones, la financiación de los empleados internacionales (los misioneros), los Servicios de Auditoría de la Asociación General (GCAS), y los fondos administrados y las operaciones de oficina de la Asociación General, explicó Douglas.
“Al ojo no entrenado, nada de esto le dice mucho. Le informa quién recibió qué cosa, pero nos dice cómo fue nuestro desempeño”, expresó.
Douglas reveló que a partir de enero de 2023, el nuevo informe financiero se enfocará más en la estrategia y el apoyo misionero, las instituciones educativas, y los medios y las publicaciones. Además de las operaciones regulares de oficina, también buscará enfocarse en el desarrollo y la rendición de cuentas del liderazgo. “Necesitamos un informe financiero que nos enfoque en la misión”, expresó.
Incremento del sostén propio
Otro elemento clave es la promoción de niveles más elevados de sostén propio para las organizaciones. Douglas explicó que en los próximos meses, los líderes de tesorería de la Asociación General comenzarán un estudio de las asignaciones, o los recursos que la Asociación General distribuye en el campo mundial
“Necesitamos ser más específicos, más estratégicos en el uso de las asignaciones”, dijo Douglas al explicar que hay algunas preguntas difíciles que tienen que hacerse los líderes. “¿Estamos apoyando a la administración de una división o estamos apoyando las actividades de la misión en el territorio?” preguntó. “Tendremos que ajustar nuestra manera de ver las asignaciones y cambiar para apoyar las decisiones estratégicas relacionadas con el uso de nuestros recursos”.
Douglas dijo que los líderes creen que la promoción de niveles más elevados de sostén propio permitirán un enfoque más grande en la misión, porque las entidades podrán vivir según sus ingresos, y los recursos que reciban podrán enfocarse en un área en particular.
“Imaginen si, en lugar de recibir tan solo una parte de los fondos, nos enfocamos juntos en un área específica e invertimos en esa área porque buscamos ciertos resultados”, expresó.
Misión, no maquinaria
La idea, dijo Douglas, es aprender maneras de posicionar recursos hacia la misión y no hacia la maquinaria o los gastos administrativos. Hizo referencia a una encuesta informal que se le hizo a los delegados un día antes, que mostró que la mayoría de ellos creía que la mayor parte de los fondos asignados a los empleados internacionales (a los que trabajan en otra división como misioneros) son usados en la misión de avanzada.
La verdad es que, dijo Douglas, la mayoría de los fondos se gastan en profesionales de la administración, “en la maquinaria, no en la misión”. En ese sentido, añadió, “Lo que están pensando, lo que perciben, no es tan así. Sí, nuestras inversiones debería ser destinadas a la misión de avanzada, pero en realidad, van dirigidas a la maquinaria”.
Douglas explicó que un análisis de la utilización actual de los presupuestos para la misión muestra que, de 31 puntos posibles, la calificación promedio en el mundo es de 8,1, algo que enfatiza el desvío misionero que ha tenido la iglesia y la necesidad de reenfocar los recursos misioneros.
“Necesitamos movernos de los 8,1 puntos a los 31”, dijo.
Si los líderes quieren incrementar la asignación de fondos a la misión, es fundamental cambiar los criterios usados. Entre otras cosas, Douglas reafirmó los criterios de reenfoque misionero adoptados por la Iglesia para implementar el contacto misionero directo con el objetivo de crear nuevos grupos de personas. Los líderes también se enfocarán en los países de la Ventana 10/40, grupos de personas de las religiones no cristianas, y zonas urbanas con poblaciones superiores al millón de habitantes. También mencionó los países o regiones posmodernos y postcristianos; los países, regiones o grupos de personas con bajos índices de adventistas por habitantes; y el equipamiento de alto impacto para un contacto misionero directo. “La pregunta clave que necesitamos preguntarnos es: ‘¿Cómo trasladamos nuestros recursos para pasar de la maquinaria a la misión?’” expresó.
Son claves las oportunidades misioneras
Douglas también dijo que es fundamental brindar información sobre las oportunidades misioneras. “Necesitamos identificar esas oportunidades, necesitamos compartir esas oportunidades, necesitamos contar el costo de esas oportunidades, necesitamos darles a las personas la oportunidad de sentir como suyas esas oportunidades”, dijo Douglas. “Pero, ¿cómo pueden sentir como nuestras esas oportunidades si no cuentan con la información?”
Explicó que en la década de 1930, en el punto más alto de las contribuciones misioneras, sesenta centavos de cada dólar estaba destinado a las misiones mundiales. Hoy día, esa cifra alcanza los 3,5 centavos. “¡Tan solo imaginen que se podría haber hecho si hubiéramos sostenido ese nivel de contribuciones!” dijo Douglas.
Junto con la cofundadora de la Iglesia Adventista Elena G. White, Douglas dijo que cree que “cuando más apoyamos a la misión fuera de nuestra zona local, más próspera será nuestra misión” en los lugares locales donde nos toca prestar servicios.
Un énfasis renovado en la misión de avanzada
Como último elemento, Douglas conto cómo, en 2021, la Asociación General recibió una gran contribución de la propiedad de un miembro. “Cuando recibimos esos fondos, podríamos haberlos usado fácilmente para tratar [de] equilibrar el presupuesto”, dijo. “Pero la administración de la Asociación General decidió que, en lugar de hacerlo, acaso era momento de ejemplificar eso de colocar el dinero donde se encuentra la misión. Por ello, decidimos, en lugar de incorporarlo al presupuesto, asignarlo y poner estos fondos a disposición de las iglesias locales, para que participen en las iniciativas de ‘I Will Go’”.
Douglas explicó que el propósito de ese cambio fue inspirar a las iglesias locales para que se inspiren en alcanzar a sus comunidades, para invertir en la misión de avanzada de la iglesia local, y para impactar al mundo para Cristo, una comunidad a la vez. Contó que, hasta el momento, se han aprobado 19 proyectos para 2023 por un total de 1.642.940 dólares.
Entre los proyectos se destaca invitar al vecindario a una fiesta de la cuadra e incluir servicios de toma de presión arterial, cocina, mercado de frutas y verduras, salud mental y odontología en Denver, Colorado, Estados Unidos. Asimismo, abrir y desarrollar un centro de bienvenida, un lugar social y de evangelismo en Ginebra, Suiza; y construir un centro de jóvenes en Lomé, Togo. Los fondos también serán usados para un ministerio de cultivo de papas para una despensa de alimentos, comidas para las escuelas públicas y educación en Moab, Utah, Estados Unidos; brindar Biblias a dos tribus en Harer, Etiopía; y construir un centro de Guardería y de Juego para preparar de manera adecuada a los niños de 2-5 años para la Escuela Primaria en Musuing, Zimbabue.
Douglas citó a Elena G. White, quien en el número del 5 de mayo de 1904 de la Review and Herald, escribió: “Nuestros miembros de iglesia deberían sentir un profundo interés en las misiones locales y en el extranjero. Grandes bendiciones recibirán cuando hagan esfuerzos sacrificados de plantar la norma de la verdad en nuevos territorios. El dinero invertido en este trabajo producirá generosos resultados. Los nuevos conversos se regocijarán en la luz recibida de la Palabra, y a su vez darán de sus medios para llevar adelante la luz a otras personas”.
Douglas dijo que no podría estar más de acuerdo. En referencia a Mateo 24:14, expresó: “Cuando juntemos todos nuestros recursos financieros y humanos para predicar el evangelio, llegará el fin”.
Traducción de Marcos Paseggi