Iniciativa en comunidades rurales ayuda a familias a estar en mejores condiciones y evitar los riesgos del tráfico humano.

18 de enero de 2023 | Tailandia | ADRA Canadá y Adventist Review

En algunas comunidades en la región norte de Tailandia, las comodidades son simplemente inaccesibles. Los habitantes de estos pueblos luchan con frecuencia para mantener al menos una decente calidad de vida. Thantong es una de estas comunidades. Situada en Maengen, distrito de Chiangsean, en el estado de Chiang Rai, Thantong está situada cerca de la frontera Tailandia-Laos, a unos 30 kilómetros de la Oficina del Distrito Chiangsean. La remota situación geográfica de este lugar se traduce con frecuencia en duras condiciones de vida que se prestan grandemente a la explotación.

Una jovencita procedente de esta localidad fue rescatada exactamente de este tipo de situación por el Proyect Keep Girls Safe (proyecto para mantener seguras a las niñas), de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA). Habiendo sido descuidada por sus padres, y sin contar con otros familiares que pudieran cuidar de ella, la niña se vio forzada a vivir por sí misma, lo cual la expuso rápidamente a los riesgos del tráfico humano y la explotación. Aunque la niña se encuentra ahora en camino de obtener una educación después de que la agencia ADRA la ayudara, la lucha sigue adelante con el fin de asegurar el acceso igualitario a la educación en esta región y de alterar para bien el riesgo del tráfico de personas. La agencia ADRA se ha involucrado durante más de 13 años en esta labor de desarrollo.

Una familia recibe apoyo de la agencia ADRA en Tailandia. [Imagen: ADRA Canadá]

   [/caption]Cada año, la agencia ADRA trabaja muy de cerca con la comunidad a fin de recopilar datos sobre niños vulnerables y otras dificultades en los pueblos, Esta información sirve para crear pautas en relación con el proyecto, el cual frecuentemente recibe informes de fuentes locales acerca de niños en riesgo que no asisten a la escuela o de falta de materiales escolares, a qué personas les hacen falta alimentos en casa, o quiénes están ocupados diariamente en trabajos agrícolas u otras labores para sostener a su familia. Al mostrar que la falta de asistencia a la escuela por razones de trabajo de los padres hace más vulnerables a los niños al tráfico humano, el proyecto ha creado una más clara conciencia entre los dirigentes de la comunidad local, maestro, y encargados del proyecto, acerca de la importancia de asegurarse de que los niños pueden adquirir una educación.

El proyecto Manteniendo Seguras a las Niñas se empeña en prevenir de varias maneras que los niños se conviertan en víctimas de tráfico sexual o explotación de trabajo. ADRA provee oportunidades de estudio igualitarias a través de becas de subsidio tanto para niños como para niñas. Además, el proyecto trabaja en conjunto con las escuelas para identificar y asistir a estudiantes que necesitan ayuda para terminar su educación básica. Esta base educacional es esencial para proporcionarles a los niños un espectro más amplio de opciones de carrera que amplíe sus horizontes y prospectos.

Además de las becas educacionales de subsidio, el proyecto ofrece también actividades de entrenamiento para despertar conciencia en relación al tráfico de personas. Se concientiza a las personas en esta localidad respecto a las estrategias de los artistas del fraude y los predadores para evitar futuras víctimas. El proyecto KGS ha unido esfuerzos con las comunidades en relación con este asunto, actualizando también continuamente su información.

 

El personal de ADRA se pone al tanto de las condiciones de vida en algunas de las zonas rurales más pobres en el norte de Tailandia. [Imagen: ADRA Canadá]

    [/caption]Sin embargo, los Oficiales de Campo de la Comunidad han encontrado que esta tarea de proteger y rescatar niños es más difícil de lo que habían imaginado. El obstáculo más sorprendente es con mucha frecuencia la familia del niño: Muchos con frecuencia se rehúsan a cooperar en apoyo a su educación al preferir mejor que sus hijos trabajen y sean una fuente de ingreso para la familia. Para completar el cuadro, muchas familias de bajos o nulos ingresos tienen demasiados niños para sostener y enviar a la escuela.

ADRA conoció a “J”*, una jovencita de una familia de emigrantes procedentes de Laos, que había estado viviendo en Thantong por algún tiempo. La familia no posee ningún terreno o una casa. Ayudada por un dirigente de la comunidad y otros habitantes de la localidad, la familia vive en el salón de reuniones del pueblo, que es un espacio abierto al público. La familia ha seguido creciendo a pesar del escaso alojamiento, con un total de cinco hijos. Los padres de J creen firmemente que la práctica de control de natalidad es dañina. Como resultado, J con frecuencia falta a la escuela a fin de cuidar de sus cuatro hermanos mientras sus padres se van a trabajar. En otras ocasiones, ella también acompaña a sus padres a trabajar en una granja local de té. En vez de asistir a la escuela, J podría ocasionalmente ganar entre 20 y 80 baht tailandeses (entre US$ 0.60 y $2.35) por día.

Después de que el personal del proyecto se reunió con J y se enteró de sus condiciones de vida, hizo arreglos con el director de la escuela local y su maestro para que visitaran la familia. Estos educadores locales se preocuparon inmediatamente.

 

ADRA ayuda a residentes a mejorar sus condiciones de vida y con ello ayuda a proteger a las niñas de la comunidad de la explotación.[Imagen: ADRA Canadá]

    [/caption]“Sé bien que J falta frecuentemente a la escuela porque su familia es pobre y no tiene una persona que cuide de los niños más pequeños durante el día”, dijo el director de la escuela. “Pero nunca vi las condiciones en que vive. Si no hubiera ido hoy a visitar con ADRA a la familia de J, nunca me hubiera enterado de lo verdaderamente difícil que era su vida”.

El proyecto Manteniendo Seguras a las Niñas ha provisto apoyo financiero para esta familia, en la forma de 5,000 baht (aproximadamente US$ 146) por año para proveerles alimento y asegurarse de que J puede asistir regularmente a la escuela. El caso de J se ha puesto en manos también del personal de alojamiento para más evaluación de riesgos. A J se le ha librado de sus prospectos más absolutamente peores. Pero continúa la labor vital de anular las sistemáticas barreras que afectan a tanto niños como ella en esta región.

ADRA Canadá apoya el programa Manteniendo Seguras a las Niñas, en el norte de Tailandia, dijeron los dirigentes. “El proteger a las mujeres y a las niñas será uno de los énfasis clave del ‘Año de Justicia’ de ADRA Canadá en 2023” informaron.

La versión original de esta noticia fue publicada por ADRA Canadá.

Traducción – Gloria A. Castrejón

 

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