Distribución de alimentos en Ucrania. [Imagen: ADRA Ucrania]
28 de febrero de 2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Agencia Adventista Internacional de Desarrollo y Recursos Asistenciales y Adventist Review
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) continúa brindando ayuda humanitaria en apoyo a la gente en Ucrania, todavía un año después de que el conflicto bélico desplazara a millones de civiles de esta nación europea del Este.
Desde el inicio de las hostilidades el 24 de febrero de 2022, ADRA ha lanzado una respuesta global para ayudar a las decenas de miles de familias e individuos que han abandonado sus hogares escapando del bombardeo y que buscan refugio en países vecinos.
De acuerdo con Naciones Unidas, más de ocho millones de personas se han visto forzadas a abandonar Ucrania durante el año pasado y otros 18 millones requieren ayuda humanitaria dentro del país.
ADRA ha estado asistiendo con una amplia variedad de servicios a los refugiados procedentes de Ucrania. [Imagen: ADRA Ucrania]
“Aun cuando oramos porque termine este conflicto, ADRA reafirma su compromiso hacia las personas afectadas por el mismo”, continuó diciendo el presidente Kruger. “Nuestro dedicado personal en Ucrania y en todo Europa ha estado proveyendo apoyo urgente desde los primeros días de esta crisis; y estamos agradecidos con los socios, donadores y personas que apoyan y que han ayudado a hacer posible este continuo servicio”.
Muchas familias de refugiados de Ucrania han encontrado refugio gracias a ADRA. [Imagen: ADRA Ucrania]
ADRA ha provisto casi US$ 40 millones en ayuda humanitaria durante el año pasado, a fin de apoyar las operaciones de respuesta de emergencia e iniciativas de desarrollo en comunidades que han recibido el impacto de la continua crisis. Ha puesto también en actividad a más de 5,000 voluntarios de la iglesia, ha movilizado a docenas de equipos de respuesta a emergencias y ha enviado a múltiples convoyes para evacuar y transportar a más de 60,000 personas desde la zona azotada por la guerra; así como también ha distribuido alimentos y suministros de importancia vital.
“ADRA estaba presente antes de la crisis y estará allí después de la crisis”, dijo Mario Oliveira, director de gestión de respuesta de emergencia, de ADRA Internacional. “Ha sido una enormemente compleja operación de asistencia. Nadie esperaba estar en esta situación un año después; pero nuestra respuesta humanitaria ha sido posible gracias a la enorme voluntad de ayudar de nuestra red global ADRA, de la comunidad de nuestra iglesia y de nuestros simpatizantes.
Suministros básicos están ayudando a los refugiados de Ucrania y a otros afectados por el conflicto en desarrollo. [Imagen: ADRA Ucrania]
Esta organización humanitaria global continúa a la cabeza de los esfuerzos asistenciales para ayudar a hombres, mujeres, niños y ancianos desplazados y a personas con discapacidades, tanto dentro como fuera de Ucrania, con suministros que incluyen alimentos, agua, artículos esenciales, ayuda monetaria para múltiples propósitos y ayuda en forma de váucher o vales para suplir necesidades inmediatas; albergues y reconstrucción básica de lugares de alojamiento; y evacuaciones y transporte humanitarios. La agencia está proporcionando también servicios de agua en camiones cisterna y paquetes de artículos de higiene; proyectos de preparación para el invierno que pueden proporcionar calor y energía a comunidades desplazadas, así como generadores y apoyo sicológico y de salud mental para adultos y niños.
ADRA se está asegurando de que los refugiados procedentes de Ucrania reciban cuidado y atención, así como aquello que necesitan para ajustar su vida a sus nuevos países. [Imagen: ADRA Ucrania]
La colaboración con múltiples socios continúa en forma permanente con la Iglesia Adventista, las oficinas de las Naciones Unidas, agencias gubernamentales y organizaciones religiosas.
Los programas de ADRA en Ucrania y países vecinos han enfocado su atención especialmente en los ancianos y aquellas personas que más necesitan ayuda [Imagen: ADRA Ucrania]
Traducción – Gloria A. Castrejón