Llevó siete viajes de ida y vuelta transportar una delegación de 72 Conquistadores y líderes de jóvenes para que asistieran al V Camporee de Conquistadores de la División Interamericana en Trelawny, Jamaica, del 4-9 de abril de 2023. No fue menos que un milagro, dijo el pastor Gelder Gamboa, director del ministerio juvenil de la Unión de Belice.
El plan original era volar con otras dos delegaciones de Guatemala y entonces Honduras, pero cuando ese plan no tuvo éxito, Gamboa se sintió impresionado en contactar a su amigo adventista de muchos años Jeff Sutton, quien administra un centro de capacitación misionera en Orange Walk, a cincuenta minutos por carretera desde Ciudad Belice, la capital del país.
“Tuvimos un grupo de guerreros de oración, y recuerdo que clamé al Señor, diciéndole: ‘Es obra tuya; por favor, ayuda a que estos jóvenes lleguen al campamento; estos son tus futuros líderes; ábreles la puerta’”, dijo Gamboa.La delegación estuvo compuesta por 50 Conquistadores y 22 líderes de jóvenes, dijo Gamboa. “Los jóvenes habían trabajado muy duro para recaudar fondos, y había iglesias que los apoyaban, el gobierno también, y algunos padres hasta pidieron préstamos para enviar a sus hijos”, explicó.
Sutton, quien estaba en medio de una sesión en la organización de Estados Unidos sin fines de lucro llamada MOVE o la organización Missionary Outreach Volunteer Evangelism, que él opera, se sintió inclinado a ver qué se podía hacer. Investigó de antemano qué permisos necesitaba, calculó el límite de peso por vuelo y otros detalles logísticos, y pronto, el plan comenzó a cobrar forma.
Cuando Sutton hizo un cálculo de las cifras, hizo que su Cessna C441 Conquest II, que estaba estacionado en un hangar en los Estados Unidos, un “plan misionero de amor”, como lo denominó, fue presentado a los líderes de la unión y, poco después, a los padres de los Conquistadores.“Cuando durante una reunión en línea, Sutton presentó fotografías del avión con el que viajarían sobre el mar, cuarenta de los delegados sintieron que quizá no querían volar en un avión tan pequeño”, dijo Gamboa. “Con los guerreros de oración elevando oraciones sin cesar, procedí a llamar a cada uno de los padres, explicando cada precaución, detalle logístico y de seguros para cada uno de los viajes”.
Sutton se sintió impulsado a ayudar de cualquier manera posible para que este evento del camporee fuera una realidad para tantos Conquistadores.
“Mi pasión es ver a los jóvenes en misión, porque somos llamados a tener propósito, y me entusiasmó el lema del Camporee, ‘Conquistadores en Misión’. Pensé que un avión es solo tan bueno como las personas que transporta”, dijo Sutton. Sutton agregó que todos los gastos como las tarifas de aterrizaje, los derechos de tramitación, y las tarifas de pasajeros fueron al costo. Y él donó su tiempo.Después de buscar el avión, Sutton transportó al primer grupo al Camporee el 31 de marzo. Entonces, el 2 de abril, Sutton llevó un grupo a Jamaica por la mañana, y entonces regresó a buscar el segundo grupo, y así sucesivamente, hasta que llevó a los 72 para el evento.
“Recuerdo pensar: ‘Estoy estacionado en una rampa, en unas instalaciones de primera categoría en Montego Bay, y estoy saliendo con estos chicos con sus bolsas de dormir. Son mi gente, mis chicos. Fue tan divertido”, dijo Sutton. “Mi oración fue que esa experiencia los lleve a entusiasmarse aún más por la misión”, dijo Sutton, quien acampó con el grupo y durmió en su hamaca todas las noches.
LeAn Seguro, de 16 años y proveniente de Biscayne Village en Belice, aún estaba procesando el hecho de que estaba en el Camporee. “He conocido a tantas personas de diversos países y he aprendido tanto todos los días”, dijo. Es irreal, dijo. Su club, el Biscayne Nature Club, compuesto por diez Conquistadores, trabajó duro vendiendo alimentos en los encuentros de cricket todos los domingos durante meses, y organizó días de juegos para las familias y conciertos.Su participación en muchas actividades deportivas con otros compañeros, y los mensajes espirituales, la ha llevado a darse cuenta de que tiene que realizar algunos cambios para vivir una vida de mayor propósito. “Necesito pasar menos tiempo en mi teléfono y más tiempo estudiando la Biblia”, dijo. “No es tanto la misión de la iglesia sino la misión de Dios”. LeAn está decidida a seguir haciendo más en su comunidad y testificando más, compartiendo con otros de qué trató su experiencia durante el Camporee.
Garik Gilharry, de 15 años, se sintió sumamente entusiasmado de estar en el Camporee y experimentar muchas cosas por primera vez con su delegación. Volar por primera vez en un avión pequeño le dio miedo, pero dijo que al mismo tiempo se sintió entusiasmado de var el agua allí abajo y la aventura de acampar junto a otros Conquistadores durante una semana. Está agradecido por la ayuda que recibió de su tía en los Estados Unidos, que le ayudó a pagar el viaje y a la recaudación de fondos que llevó a cabo su club allí en Belice.Garik y el resto de la delegación se sintieron felices de ver que su conductor de autobús en Jamaica fue bautizado después de que le testificaron, mientras viajaban al campamento desde el aeropuerto y durante un día que salieron a conocer el lugar.
“Esta ha sido una gran aventura y un despertar espiritual para ellos y también para nosotros los líderes”, dijo el pastor Gamboa. “Dios tiene un propósito divino para sus vidas, y este Camporee les ha permitido que ellos vean una transformación en sus vidas hoy en el futuro”, dijo. En el transcurso del camino se produjeron muchos milagros, dijo Gamboa. Hacer que un avión pequeño lleve a cabo 28 despegues y aterrizajes para llevar la delegación de Belice al Camporee no fue algo que los líderes creyeron que sucedería, pero “Dios es real”, dijo Gamboa. “Necesitamos orar más y tener más fe”.
Traducción de Marcos Paseggi