El proporcionar a los niños experiencias que los lleven a conocer mejor el mensaje de la Biblia tendrá recompensas para la eternidad.

21 de abril del 2023 | Montemorelos, Nuevo Leon, México | Lizbeth Elejalde

Era un viaje de trabajo que desde el inicio se veía largo. La meta era producir una serie televisiva para Hope Channel Interamérica en Egipto, Israel y Jordania, en la cual los televidentes podrán comprender mejor la Biblia a partir de la geografía, la cultura y los artefactos encontrados por arqueólogos en los lugares por donde transitaron patriarcas, profetas e incluso Jesús y sus discípulos.

Jamás imaginé que en aquellas semanas destinadas a analizar restos del pasado, Dios me iba a poner delante un espejo que me ayudó a reflexionar sobre mi presente  y planificar mi futuro al lado de mi pequeño hijo, el cual se había quedado en Montemorelos, México, junto a su padre.

La familia Pérez-Febles se toma una fotografía todos juntos frente a una de las Pirámides de Guiza, minutos antes de comenzar su travesía bíblica cerca de El Cairo, Egipto, el 21 de febrero de 2023. La familia incluye a Brangie Caballer y su esposa Yarimell, Vladimir Zaninovic y Yaczaira, Benjamín Pérez-Febles y su esposa Melitza, y todos los niños con sus abuelos Tati Febles y Benjamín Pérez-Soto. [Fotografía: cortesía de los Pérez-Montesinos family]

En el primer día, la mayoría de las personas estaban cansadas. Luego de 14 horas de vuelo, muchos habíamos llegado al Cairo cerca de la media noche. Aún así, la hora de salida del hotel estaba planificada para las 7 de la mañana. Visitamos las pirámides de Egipto. Tuvimos nuestro primer contacto con camellos, varias explicaciones frente a la Esfinge, la gran pirámide de Keops y el mirador desde el cual se puede apreciar todo el complejo de Guiza. Fue nuestro primer contacto con el sol y la arena del desierto y estuve muy enfocada en buscar las mejores tomas y captar con toda claridad las explicaciones del presentador del programa.

Pasaron varias horas hasta que descubrí que en aquel viaje también iba un grupo que llamó mi atención. Y es que la mezcla de desiertos, mares, ríos, densas explicaciones, largas horas de caminata y pocas horas de sueño, puede ser considerado como un viaje poco llamativo, especialmente para una familia con 6 niños. Sin embargo, los Pérez-Febles piensan lo contrario. En esta familia los abuelos, sus 2 hijas, Yaczaira y Yarimell, con sus esposos y su hijo Benjamín con su esposa, decidieron que 19 días para brindar a los más pequeños un contacto directo con aquellos espacios por donde Jesús, patriarcas, profetas y discípulos marcaron la historia de la cristiandad, era una oportunidad insuperable.

Benjamín Pérez-Febles, su esposa Melitza Montesinos y sus hijos posan frente a la Gran Esfinge de Guiza cerca de El Cairo, Egipto, el 21 de febrero de 2023, antes de aprender más de su conexión con la Biblia. [Fotografía: cortesía de Melitza Montesinos]

Por ello visitar pirámides, basílicas, tumbas y museos fue una experiencia enriquecedora y emocionante no solo para los niños, sino también para toda la familia. “Sin duda,  esto es algo que recordaremos toda la vida”, afirmó Vladimir, esposo de Yaczaira.

Caminar por los mismos lugares donde Jesús predicó y realizó milagros ayudará a los niños a comprender mejor la historia bíblica y fortalecer su fe. Por eso, dijo él, “cada noche en el hotel tenemos con los niños un momento de culto y reflexión para hablar sobre las experiencias que vivieron durante el día y para agradecer a Dios por las cosas que hizo y sigue haciendo por nosotros”.

Yo continuaba con las filmaciones para el programa de televisión, pero en ciudad tras ciudad veía cómo  los niños se adaptaban muy bien a los espacios de convivencia con los adultos y respondían a las exigencias de cada jornada. Sin embargo, era fácil suponer que viajar con los niños era un desafío para los padres. Ellos hacían una planificación cuidadosa para tener en consideración las necesidades de cada uno, sus horas de sueño, su alimentación y sus tiempos de descanso… pero en su actitud podía verse que estaban seguros de que todo esfuerzo valía la pena.

Vladimir Zaninovic, Yaczaira Pérez-Febles y sus hijos posan frente al Gran Templo en Petra, Jordania, el 7 de marzo de 2023. [Fotografía: cortesía de Vladimir Zaninovic]

«Dejad que los niños vengan a mí”, en Mateo 19:14, fue su inspiración. Benjamín Pérez-Soto, abuelo de la familia, comentó que desde que sus hijos eran niños intentaron inculcar en ellos la cercanía con Dios estableciendo una fuerte unión entre la educación que recibían en la casa, la educación en la escuela y sus vivencias en la iglesia. Ahora que sus hijos ya son grandes y cada uno tiene su propia familia, están replicando esta experiencia con sus propios hijos.

“El día que fuimos al Monte Getsemaní, sin que nadie se lo pidiera, nuestra hija Amaia dijo: ´Vengo ahora; voy a orar debajo de un árbol de olivo´. Ella actuó sin que nadie le dijera qué hacer y eso nos hizo pensar que los niños sí estaban prestando atención y aprendiendo”, expresó Melitza, esposa de Benjamín. Igual que ella, los demás miembros de su familia pudieron notar a lo largo del viaje algunos comportamientos en sus hijos que les indicaban que iban por buen camino. “Eso nos animaba más para que, por ejemplo, los cultos de cada noche fueran de acuerdo al lugar que habíamos visitado en el día”, terminó de comentar Melitza.

Amaia, hija de Benjamín Pérez-Febles y Melitza, ora bajo un olivo en el Getsemaní, en Jerusalén, después de aprender de las palabras importantes que pronunció Jesús desde ese lugar. [Fotografía: cortesía de la familia Pérez-Montesinos]

Poco a poco logré conocer a cada integrante de la familia, y descubrí que detrás de su calidez y su amabilidad, había proyectos individuales con los cuales buscan apoyar la  evangelización en su localidad. Descubrí que los niños, junto con sus padres y sus abuelos, son parte activa en la comunidad de su iglesia; y descubrí un sentido de unidad en su propósito de que cada experiencia vivida en este viaje los inspire a mantenerse juntos en la patria celestial.

Gracias a este viaje aprendí mucho sobre arqueología, Biblia y producción en campo de actividad; pero también reflexioné sobre lo que mi esposo y yo hacemos con mi hijo. Al final, no se trata de qué lugares visitamos, sino del espíritu con que lo hacemos. Ya sea una visita al jardín más cercano a nuestro hogar o una visita a Belén en Palestina, el propósito debe ser buscar ahí un reflejo de Dios y su inmenso amor por nosotros.

La recompensa de este esfuerzo familiar no será solo la sonrisa que se ve cada día en los niños, es también su integración a la iglesia como comunidad, su receptividad al mensaje del evangelio, su riqueza cultural y la sensibilidad en su liderazgo. Cada experiencia es hoy una semilla de su comportamiento como adventistas servidores y predicadores en el futuro. Así lo expresa Marcos 10:14 “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos…”.

Brangie Caballer, su esposa Yarimell y su hija posan en el Templo de Hércules en Amán, Jordania, el 7 de marzo de 2023. [Fotografía: Lizbeth Elejalde]

La producción terminó, cada uno regresó a su casa, pero logré traerme conmigo no solo muchas horas de producción sino también grandes reflexiones e incontables recuerdos que atesoro en mi corazón.

Lizbeth Elejalde es directora de programación de Hope Channel Inter-America y además es docente de producción televisiva en la Universidad de Montemorelos en México

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