Una reciente iniciativa misionera organizada por la escuela primaria y secundaria adventista en San Opico, La Libertad, El Salvador, llevó a que cientos de estudiantes, maestros, padres de los maestros y miembros de iglesia adquirieran 1400 libros para distribuirlos en dos escuelas públicas cercanas.
Todos los años, la Escuela de Capacitación Adventista Salvadoreña (ECAS) adquieren libros cristianos para distribuir entre los padres y estudiantes con el objetivo de promover la importancia de la lectura, pero este año se convirtió en algo que involucró a toda la institución, dijo Ana Mirian de Argumedo, rectora de la Escuela Adventista. El desafío fue hacer que los estudiantes se entusiasmen a la hora de contribuir con el costo de al menos un libro al ochenta por ciento de su costo, y que la institución cubra el resto, explicó Argumedo. Los libros fueron obtenidos mediante una de las varias librerías de la Asociación Publicadora Interamericana (IADPA) que hay en el país.
Gracias a la iniciativa, 350 estudiantes y docentes de la Escuela del Instituto Nacional San Juan Opico y 966 del Centro Escolar Santos Novoa recibieron un libro. Los libros hablan de cómo conocer a Jesús, la salud, el amor de Dios, el estado de los muertos, y sobre cómo hallar esperanza en medio del caos, entre otros temas.Los maestros y estudiantes de la escuela adventista realizaron una visita especial a ambas escuelas, oraron con ellos y compartieron momentos con los directivos y maestros de la escuela el pasado 6 de junio de 2023.
Edwin López, que es pastor distrital en la región, habló con Argumedo y su administración sobre la idea de establecer relaciones más estrechas con las dos escuelas públicas vecinas mediante la tarea de compartirles libros inspiradores.
“Queríamos involucrar al cuerpo estudiantil porque se sienten tan bien al compartir esperanza con otros niños y jóvenes”, dijo el pastor López. “Involucrar a cada estudiante y miembro del personal de la institución para que comparta estos libros misioneros significa que están participando de la predicación de la Palabra de Dios”, añadió. “La misión nos pertenece a todos, no solo a un grupo especial”.López dijo que cuando visitó las instituciones con las cajas de libros, se sintió muy bienvenido y le agradeció por los libros que donaron para cada estudiante, maestro y miembro de personal de las instituciones.
“Me siento tan agradecido porque la ECAS ha donado tantos libros espirituales que pueden ayudarnos a todos a crecer espiritualmente y a llegar a ser mejores personas, mejores ciudadanos y mejores niños y docentes”, dijo René Abrego, vicerrector de la Escuela del Instituto Nacional San Juan Opico.
Un estudiante de San Juan Opico dijo: “Gracias a todos ustedes por estos libros, porque sé que serán una bendición. He leído varios de los libros del pastor Alejandro Bullón, y los recomiendo totalmente por sus buenos consejos”.Blanca Estela Larios, rectora del Centro Escolar Santos Novoa, agradeció al grupo adventista por la iniciativa especial para docentes, estudiantes y todo el personal. “Nos encantan los libros, y esperamos que podamos tener otras oportunidades donde también podamos compartir entre las dos instituciones”, dijo Larios.
La iniciativa fue más que una estrategia, dijo el pastor López. “Implica cumplir directamente la misión de predicar el evangelio que Jesús nos ha dado”.
La ECAS cuenta con 414 estudiantes de nivel primario y 475 de nivel secundario. La escuela de capacitación también cuenta con residencias estudiantiles para los estudiantes de nivel secundario.Desde sus comienzos, la ECAS ha sido de primordial importancia para la obra de la Iglesia Adventista en El Salvador. En la década de 1980, durante la guerra civil nacional, fue un refugio para los jóvenes que vivían en zonas de conflicto y que querían terminar sus estudios secundarios. Durante ese período y hasta el presente, sus instalaciones han brindado un lugar seguro para llevar a cabo encuentros de iglesias, distritos, asociaciones y uniones. Asimismo, se han llevado a cabo camporees, escuelas de capacitación, retiros espirituales, y muchas otras actividades allí en la institución.
(Fuente: Karen Alfaro, Enciclopedia de los Adventistas del Séptimo Día).
Traducción de Marcos Paseggi