10 de junio de 2023 | Marcos Paseggi, Adventist Review
“La ciencia o la religión. No es la una o la otra. No hay necesidad de escoger una o la otra”, dijo la científica adventista Noemí Durán, en una presentación a un público cristiano y secular en un salón del centro de Madrid, España, el 20 de mayo. Su conferencia, titulada “Ciencia y religión: ¿Un maridaje imposible?” fue patrocinado por Iglesia CERO, una congregación adventista que atiende a una demografía mayormente secular y urbana.
Durán es directora de la sede europea del Instituto de Investigaciones en Geociencia. También es una experimentada bióloga interesada en las interacciones entre la fe bíblica y los avances científicos actuales, en particular en lo que respecta a los orígenes de la vida y los seres humanos. Contra ese trasfondo, Durán no ve conflictos entre la fe y su tarea científica. “Noemí Durán, la científica, es la misma persona que Noemí Durán, la cristiana”, expresó. “No solo eso. Como científica y como cristiana, Noemí Durán también es creacionista. A muchas personas les resulta difícil entender eso”.
Durante su presentación, Durán se dedicó a explicar por qué siente que puede ser científica, cristiana y creacionista. “No estoy tratando de convencer a nadie aquí, pero esta es mi experiencia, la razón por la que creo que se pueden ser las tres cosas al mismo tiempo”, expresó.¿Son incompatibles la ciencia y la religión?
Hay palabras que uno conecta naturalmente con la ciencia (realidad, empírica, objetiva) y con la religión (sobrenatural, experiencia personal y subjetiva). Por lo general, solo la ciencia es considerada empírica, pero esto no es necesariamente así.
Después de brindar algunos ejemplos de la Biblia, dijo Durán. “El Dios en el que creo es mucho más empírico de lo que generalmente aparece reflejado en nuestra comprensión de la religión”.
Durán también explicó a su audiencia que la ciencia no suele ser tan objetiva como afirma ser. “Existe la creencia de que, como científicos, somos objetivos. Que no permitimos nuestras opiniones y sentimientos, pero eso es mentira. Somos personas como cualquier otra, y nos vemos influidos por nuestras ideas, expectativas y deseos de un resultado”.
Durán explicó que, ya durante más de un siglo, los investigadores han reconocido que los científicos suelen tener hipótesis favoritas. Sin darse cuenta a menudo llevan a cabo sus investigaciones supuestamente objetivas de una manera que confirma los resultados que estaban esperando.La ciencia y lo sobrenatural
La noción misma de lo sobrenatural cambia con el tiempo, dijo Durán. “A veces, describimos como sobrenaturales los elementos que no podemos explicar con las leyes naturales que conocemos actualmente”, dijo. “En el presente, hay fenómenos que creemos que son reales, porque resultan de la observación, pero realmente no sabemos cómo funcionan, al menos no todavía”.
Hoy día, la comunidad científica acepta fenómenos que, hace no muchos años, podrían haber sido usados para burlarse de sus propulsores, dijo Durán. Mencionó discusiones científicas actuales que analizan la posibilidad de que la vida en este planeta haya resultado de la actividad extraterrestre. Y, dada la improbabilidad estadística del Planeta Tierra, donde las constantes físicas (la velocidad de la luz, la constante gravitacional, etc.) coinciden de tal manera que hacen posible la vida, los científicos que asisten a eventos respetados están analizando la posibilidad de que existan múltiples universos.
“Solo les comparto esto para mostrarles que la noción de objetividad de la ciencia es en realidad sumamente subjetiva”, dijo Durán.
Cuándo se volvieron opuestas la ciencia y la religiónSegún varios autores, la ciencia moderna fue un subproducto de la teología cristiana. Durán citó al profesor Antonio Fernández Rañada, quien afirmó que “la ciencia se basa en la creencia cristiana de un Dios que no solo creó el cosmos sino que también le dio algún tipo de orden y lo hizo seguir ciertas leyes [….]. El mundo posee un orden que le permite ser objeto de estudio”.
Durán recordó a su audiencia que los revolucionarios de la ciencia de los siglos XVI y XVII, incluidos Francis Bacon, Isaac Newton y Michael Faraday, también eran cristianos comprometidos.
¿De dónde viene la enemistad entre las dos? Durán explicó cómo, en el contexto e una creencia preeminentemente cristiana que afirmaba que el cambio de las especies no era posible, Charles Darwin se propuso mostrar que las especies, en efecto, cambian con el tiempo. También comenzó a defender la teoría de un ancestro común para todas las especies.
“La comunidad científica de sus días estaba ansiosa de abrazar a Darwin porque estaban esperando esa oportunidad, para liberarse de la opresión de la iglesia”, dijo Durán.
Un compromiso con el materialismoEn el presente, explicó, se acepta una explicación naturalista a priori aun en contra de la lógica y el sentido común. Citó al ya fallecido biólogo evolucionista Richard Lewontin, quien declare: “Nuestra disposición de aceptar afirmaciones científicas que van en contra del sentido común es la clave para comprender cuál es la lucha real entre la ciencia y lo sobrenatural. Nos ponemos del lado de la ciencia a pesar de cuán patentemente absurdos son algunos de sus constructos, a pesar de su fracaso a la hora de cumplir muchas de sus extravagantes promesas de salud y vida, a pesar de la tolerancia de la comunidad científica de historia sin sustancia, porque tenemos un compromiso previo con el materialismo […]. Ese materialismo es absoluto, porque no podemos permitir un Pie Divino en la puerta”.
El objetivo ultimo de la ciencia
No obstante, ¿cuál es
But what is the ultimate goal of science? Durán asked. According to evolutionist scientist Richard Dawkins, for instance, “science is the disinterested search for the objective truth about the material world.”
Against that background, Durán suggested that any search for scientific truth should keep an open mind, favoring an out-of-the-box mentality. “There was a time when thinking outside of the box meant to consider the non-existence of God,” she said. “Nowadays, thinking outside of the box is suggesting that God actually exists. So, we need to keep our options open and follow evidence wherever it may take us.”
Conservar las opciones abiertasDurán explicó que los científicos ateos y cristianos trabajan de manera muy similar al seguir los métodos aceptados de observación y análisis científico. “Solo cuando enfrentan la singularidad de un fenómeno (un evento que acaso se produjo una sola vez) que surgen con explicaciones divergentes”.
En ese sentido, Durán aconsejó a cualquier científico o persona que esté buscando la verdad que mantenga todas sus opciones sobre la mesa, que analice la evidencia, y que entonces escoja la conclusión que mejor concuerde con ella, y que reconozca asimismo que podrían estar equivocados sobre un tema particular y, por lo tanto, que acaso necesitan cambiar”.
Científica y creyentes
En la última parte de su presentación, Durán compartió algunos de los elementos que la han ayudado a elegir como científica y creyente al mismo tiempo. Mencionó la biomimética (sistemas o máquinas que tienen funciones que imitan procesos biológicos), las máquinas moleculares (moléculas naturales o sintéticas que convierten la energía química a fuerzas y movimiento mecánico), y el altruismo animal.
“Todo esto me ayuda a ser creyentes”, dijo Durán. “Lo que dice la Biblia, que Dios creó un mundo perfecto donde todas las interacciones se basaban en el amor, encaja muy bien con mis observaciones del mundo natural”.
Traducción de Marcos Paseggi