Una banda marcial creada por un experimentado pastor adventista y su esposa en Venezuela celebró doce años de alabar a Dios e involucrar a jóvenes y adultos en una iglesia y comunidad locales. La Banda Marcial Sinaí fue lanzada en 2011 en Valles del Tuy, Miranda, al sur de Caracas, la capital de Venezuela, por el ahora jubilado pastor Pedro Gil y su esposa Rut, su director musical.
“Cuando mi esposo y yo estábamos cerca de la jubilación, visitamos Valles del Tuy y vimos la necesidad de brindar orientación a la juventud local”, dijo Rut. “Es así como nación la idea de crear una banda musical, para ayudar a que los jóvenes se mantengan lejos de las drogas y el delito”.
Poco a poco, los Gil comenzaron a comprar instrumentos musicales, incluidos los redoblantes, las liras y los platillos, a menudo pagándolos en cuotas. Con el tiempo, se hicieron de unos cincuenta instrumentos y conjuntos para repararlos. En 2003, los Gil se sintieron felices de reportar que, por primera vez, había recibido una donación de un par de instrumentos. Ahora están planeando comprar unos cuatros, un instrumento venezolano similar al ukelele, pero con un carácter y sonido distintivos. Con ellos, los Gil están planeando introducir otros estilos musicales para agrandar su repertorio.Crecimiento sostenido
Rut Gil contó cómo a partir de esos comienzos humildes con un grupo de adventistas jóvenes y adultos, la banda ha crecido y ahora incluye a 26 jóvenes de la comunidad. Los jóvenes actuales fueron contactados gracias a la iniciativa “Dale vosotros de comer” por el pastor Edgar Mongua y su equipo de voluntarios, dijo.
“La banda marcial ha sido una hermosa experiencia musical para mí, pero mi logro más grande ha sido trabajar con los niños de la comunidad”, dijo Rut. “Cuando veo sus rostros felices, cuando les ofrezco una comida, me siento agradecido a Dios”.
De manera similar, explicó Rut, “cada vez que colocamos un instrumento musical en sus manos, les estamos enseñando sobre un futuro de servicio mientras disfrutamos de las bendiciones de Dios”.La composición actual de la banda incluye un director general, un director musical, un tesorero y un capellán, informó Rut Gil.
Una herramienta comunitaria y misionera
A lo largo de los años, la banda marcial Sinaí ha participado en diversos programas y eventos en varias comunidades de la región Valles del Tuy, incluidas Charallave, Santa Teresa, Ocumare, San Antonio, La Esperanza y Yare. Sus miembros jóvenes han actuado en eventos de evangelismo público, celebraciones especiales tales el Día del Padre y el Día de la Madre, y el Día Sin Fumar, por nombrar unos pocos.
Rut Gil añadió que además de asistir a eventos de la iglesia y comunitarios en la zona, la banda ha actuado en la Universidad de San Andrés en Mérida, en una campaña de evangelización en Barquisimeto, y en Caracas. Gracias al enfoque misionero de la iniciativa, en 2022 se bautizaron seis integrantes de la banda.“El proyecto actual incluye ofrecer estudios bíblicos a los 26 niños de la comunidad”, dijo Rut. “No solo darles lecciones de música, sino clases bíblicas y también alimentarlos todos los sábados”.
Para mejorar las de los jóvenes
Rency, un niño de 11 años que sufre de autismo y es integrante de la banda marcial, dijo que se siente feliz de pertenecer al conjunto musical. “Estoy tan feliz. He aprendido a tocar la lira y el redoblante con diversos ritmos”, contó.
Pero lo más importante, según Rency, es “pasar tiempo con amigos, actuar en las comunidades, y ayudar a distribuir alimento a los necesitados”.La subregión de Valles del Tuy es parte de lo que se conoce como la región del Gran Caracas. Según un estudio de noviembre de 2022, al menos el cincuenta por ciento de los 28 millones de habitantes de Venezuela vive en la pobreza. Desde 2014, más de siete millones de residentes han huido a los países vecinos y a otros países también. Desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, sin embargo, unos ciento cincuenta mil venezolanos han regresado a sus casas, a menudo después de perder su trabajo en los países que los habían albergado.
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Venezuela, Colombia, Brasil y otros países ha estado trabajando para cubrir las necesidades básicas de los residentes, migrantes y refugiados.
Traducción de Marcos Paseggi