3 de agosto de 2023 | Miami, Florida, Estados Unidos | Marcos Paseggi, para Noticias de la División Interamericana
“Si creemos que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es el centro del universo, estamos pasando por alto lo más importante”, dijo Sung Kwon, al comienzo de su presentación del pasado 26 de julio en la Conferencia del Segmento de Desarrollo del Liderazgo (SeLD) en Miami, Florida, Estados Unidos. Kwon, que es profesor asociado en la Escuela de Liderazgo y director de la maestría de liderazgo en innovación social en la Universidad Andrews, dijo a lo cientos de líderes de la iglesia durante el evento presencial y en línea que nuestro énfasis tiene que estar en el reino de Dios. “Tenemos que enfocarnos en Dios, que nos ha ordenado que cumplamos con nuestra participación en las comunidades, que son parte de su reino”, expresó.
En busca de plenitud
El evangelio es un mensaje de reconciliación: de reconexión con Dios y de reconexión de las personas con las familias, los vecinos y sus comunidades, explicó Kwon. El ministerio comienza con un Dios que nos ama y nos envía a amar a los demás. “En ocasiones, quedamos atrapados en nuestros objetivos institucionales miopes. Olvidamos nuestra razón de existir, e interpretamos la Biblia por medio de esos lentes miopes”, expresó.
Kwon recordó a su audiencia que cuando Jesús leyó su declaración mesiánica registrada en Lucas 4, le dijo a su audiencia que el Espíritu del Señor lo había ungido para predicar las buenas nuevas a los pobres. “En el original, no se refiere como pobres solo a los que no tienen dinero”, explicó Kwon. “Incluye a los que son integralmente pobres: los afligidos, que carecen de shalom, o plenitud. En efecto, Lucas 4 hace un llamado a la proclamación de las buenas nuevas de salvación, la compasión por los enfermos y los angustiados, y un compromiso majestuoso con la justicia restaurativa”.En ese sentido, añadió Kwon, cuando Jesús dice: “Quiero que sean perfectos como vuestro Padre es perfecto”, no está hablando de llegar a ser seres humanos sin pecado alguno. Dios quiere que alcancemos la plenitud: en nuestro bienestar físico, mental, social y espiritual”.
Las interacciones sociales son parte de esa plenitud, dijo Kwon. “El aspecto social tiene que ser parte de ello. Tenemos que ser parte de nuestra comunidad, porque nuestra comunidad pertenece al reino de Dios”.
Qué significa en la práctica
Kwon mostró de qué manera existe según él una sólida conexión entre las declaraciones de Jesús en Lucas 4 y los emprendimientos espirituales y físicos de los miembros de iglesia adventistas en sus comunidades. “Predicar el evangelio a los pobres incluye contar la historia de Cristo y vivir esa historia en la práctica al ayudar a los necesitados”, dijo. “Proclamar la liberación de los cautivos incluye enseñar que la esclavitud del pecado ha terminado y luchar por la libertad de todas las personas. Y recobrar la vista de los cielos incluye quitar la ignorancia sobre Dios y brindar ayuda médica a los enfermos”.
También mencionó la liberación de los oprimidos, lo que se refleja al liberar a las personas atrapadas por el pecado y ayudar a quitar las injusticias del mundo; y a proclamar el año del Señor, lo que se traduce en inculcar esperanza en los muertos espiritualmente y trabajar para que los seres humanos de todas partes puedan realizarse.
Kwon enfatizó que nuestra teología —pensar, hablar y escribir de Dios— debería influir sobre nuestra fe y ética, o sea, como la llevamos a la práctica. “No podemos tan solo leer las Escrituras sin practicar nuestras creencias”, enfatizó. “Al fin y al cabo, no son las propiedades de la iglesia lo que determinan nuestra presencia en la comunidad. Por el contrario, nuestra participación en la comunidad es nuestra presencia”.
Una presencia fiel del reino de Dios
Cada congregación adventista tiene que llegar a ser una presencia fiel del reino de Dios, enfatizó Kwon. “Y eso no sucederá en forma automática. Tenemos que involucrarnos de manera deliberada, provisional y sustentable”, expresó. “Podemos jactarnos sobre todos nuestros miembros de iglesia y sobre todos nuestros templos, pero no si estamos marcando un impacto en nuestras comunidades, no son más que palabras vacías. El reino de Dios tiene que ser una realidad en la tierra así como lo es en el cielo”.
En ese sentido, Kwon enfatizó que no podemos ir a la comunidad tan solo una vez al año, según nuestro calendario de eventos, nuestro evangelismo público, y esperar que la gente nos siga. “La gente nos dirá: ‘¿Y ustedes quiénes son?’ No nos habremos ganado el derecho de predicarles las buenas nuevas. Es necesario cultivar una relación entre la iglesia y la comunidad.
Cultivar relaciones transformará nuestro enfoque y maneras de relacionarnos con nuestras comunidades, dijo Kwon. “Cuando ven a personas de su comunidad, no deberían verlas como potenciales para bautismos. Deberían ver a las personas como almas preciosas que pertenecen a Dios y mostrar una preocupación genuina por el bienestar de ellas”, dijo. “Como miembros de iglesia, tenemos el mandato de llegar a ser agentes de transformación […]. Tenemos que ir a nuestras comunidades y transformar vidas”.
Traducción de Marcos Paseggi