Zeno Charles-Marcel, director asociado de ministerios de salud de la Asociación General, habla a los administradores de hospitales y directores de ministerios de salud de todo el territorio, durante el Simposio de Salud de la División Interamericana el pasado 29 de julio de 2023. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

9 de agosto de 2023 | Miami, Florida, Estados Unidos | Marcos Paseggi, para Noticias de la División Interamericana

“No subestimen lo que Dios ha ordenado como medio para alcanzar a las personas”, dijo Zeno Charles-Marcel, director asociado de ministerios de salud de la Asociación General, al dirigirse a líderes y partidarios adventistas de la salud en el Simposio de Salud de la División Interamericana en Miami, Florida, Estados Unidos, el 29 de julio de 2023. La presentación de Charles-Marcel analizó lo que los líderes adventistas de salud están denominando “el sanatorio del siglo XXI”, esos centros de servicios de estilo de vida en los que los profesionales de salud pueden compartir con otros algo del conocimiento que la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha conocido durante ya más de un siglo.

Compartir las instrucciones de Dios

“Contamos con un conjunto específico de instrucciones”, dijo. “Tenemos la promesa de que si seguimos esas cosas, podremos prevenir mucho sufrimiento, reducir el riesgo de muerte prematura y el riesgo de muchas de las enfermedades que agobian actualmente a la humanidad”.

Charles-Marcel explicó que en todo lo que hacemos, estamos anunciando un nuevo mundo en el que todas las cosas viejas dejarán de ser. Solo entonces todo volverá a ser perfecto. “Pero mientras estamos aquí, tenemos una obra que hacer, porque nuestra obra aún no está terminada”, dijo, y añadió: “Dios nos ha dado las llaves del cofre que puede reducir el dolor y el sufrimiento que tienen muchos, y al hacerlo, estimular [sus] inquietudes espirituales.

Según Charles-Marcel, solo un Dios misericordioso puede darnos las herramientas que podemos usar para reducir el sufrimiento. “Y tenemos la esperanza de que podremos cumplir, por la gracia de Dios, lo que él nos ha pedido que hagamos”.

La medicina de estilo de vida y el mensaje de salud

Al mismo tiempo, señaló, la medicina de estilo de vida no es el mensaje de salud en sí mismo. Es tan solo una modalidad de tratamiento, una modalidad de prevención, una modalidad para intervenir e interrumpir el curso de la enfermedad. “No es el mensaje de salud, pero es parte del mensaje de salud”, enfatizó Charles-Marcel.

Por sí solo, la medicina de estilo de vida no tiene el mismo objetivo explicó. “El objetivo del mensaje de salud es el alma, cada aspecto de la persona”, dijo. “Debería funcionar con todo complete, con todo en funcionamiento tal como Dios procuró que funcionara. Ese es el objetivo que tenemos”.

“Se nos han dado las llaves de maneras de autosostén, provistas por Dios para ayudar a las personas, y ellas nos buscarán, y están dispuestas a pagar por ello”, dijo Zeno Charles-Marcel, director asociado de ministerios de salud de la Asociación General. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

El papel de la medicina de estilo de vida

El énfasis en el bienestar es algo que se ha puesto de moda en todo el mundo, informó Charles-Marcel. Organizaciones sin conexión alguna con la Iglesia Adventista están capitalizando ese enfoque. Compartió datos impresionantes sobre el dinero que las personas invierten cada año para sentirse mejor. Incluyen los spas médicos (68-70 mil millones de dólares), bienestar mental (131 mil millones), prevención y atención médica personalizada (375 mil millones), y salud tradicional y complementaria (413 mil millones). También, en alternativas de bienestar tales como el zen, la meditación, el yoga, y otros (436 mil millones) y en personas dispuestas a aprender sobre vida sana y nutrición (946 mil millones).

Muchas escuelas de cocina adventistas, sin embargo, ahora están cerradas, reconoció Charles-Marcel, porque “pensamos que nadie está interesado, pero no es así”, expresó.

“Se nos han dado las llaves de maneras de autosostén, provistas por Dios para ayudar a las personas, y ellas nos buscarán, y están dispuestas a pagar por ello”, dijo Charles-Marcel. Por supuesto, añadió, “no estamos en esto tan solo porque hay dinero en ello. Por el contrario, ministrar a las personas es nuestro propósito; el objetivo es el alma, y ellos están dispuestos a pagarnos para que le es ayudemos en ese sentido”.

Más allá de la sala de emergencias

En la segunda parte de su presentación, Charles-Marcel compartió un par de ejemplos emocionantes sobre cómo el compartir el mensaje de salud ha transformado incontables vidas.

En el primero contó de Brenda, una mujer diabética que estaba muy mal después de que su médico le dijo que ya no podía hacer nada por ella. Un día, Brenda vio un aviso que finalmente la llevó a un médico y una clínica adventistas. La implementación de los principios bíblicos de la salud adventista no solo cambió por completo su vida, sino que transformó a su familia. Con el tiempo, ella y varios integrantes de su familia llegaron a ser adventistas.

“Brenda es un ejemplo de lo que sucede cuando pasamos tiempo con la familia, que es una de las cosas que los centros de bienestar, y los centros de estilo de vida y los spas de salud pueden darse el lujo de hacer, pero que no es posible hacer en una sala de emergencias”.

Aunque el objetivo siempre es el alma, es incorrecto evaluar el centro de bienestar por el número de conversos, enfatizó Charles-Marcel. “Estamos sembrando semillas; estamos despertando las inquietudes de la persona; estamos reformando prácticas de salud, y estamos reformando la práctica de la medicina cuando utilizamos estos enfoques; estamos educando, no solo a los pacientes sino también a los médicos”.

De una causa perdida a defensora de salud

Charles-Marcel también contó la historia de María, una mujer extremadamente obesa con insuficiencia cardíaca, diabetes, elevada presión arterial, e inmensas piernas llena de fluido, entre otras afecciones. Su endocrinólogo, un profesor de Harvard que atendía un consultorio privado, le dijo que no había nada más que podía hacer por ella.

Para tratar de salvarla, su familia le regaló un programa en un centro adventista de salud donde Charles-Marcel prestaba servicios. “Oramos, e hicimos lo que era necesario hacer”, contó. “No solo con médicos, pero los terapeutas y aun los cocineros trabajaron para ayudar a María, y los ángeles trabajaron junto a nosotros”.

Charles-Marcel dijo que la mujer hizo maravillosos progresos. El personal del centro de salud la invitó incluso a sus hogares, y ella disfrutó de pasar tiempo con las familias adventistas. “Cuando terminó, regresó a su hogar como una nueva persona. Perdió 50 libras [22,7 kilogramos] y la familia tuvo que llevarle ropas nuevas porque las viejas se le caían.

La siguiente vez que visitó al renombrado endocrinólogo, el médico quedó atónito. Como tenía pacientes con afecciones similares a las de María, el médico la invitó para que fuera voluntaria y les hablara a los pacientes en su oficina. “Cuando podía un turno para esos pacientes, también la incluía a María, y hacía que María les enseñara lo que ella había aprendido. Ahora ella llegó a ser voluntaria, y ayuda a otras personas que están en la misma situación en la que estuvo ella”, contó Charles-Marcel.

“Dios nos ha dado este mensaje que tenemos que compartir con el mundo”, dijo. “Si amamos a las personas, ¿cómo podemos guardarnos esto para nosotros? Nuestros sanatorios y centros de salud son una de las mejores maneras de encontrarnos con las personas y pasar tiempo con ellas. Mi oración es que en esta conferencia, ustedes puedan recibir nuevas herramientas y la chispa del evangelismo de salud”.

Traducción de Marcos Paseggi

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