4 de agosto de 2023 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana
“Las crisis son un momento de intensas dificultades, problemas o peligros, un tiempo cuando es necesario tomar decisiones difíciles o importantes”, expresó Ella Simmons, ex vicepresidenta general de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, al comenzar a moderar un pequeño panel de expertos en gestión de crisis ante cientos de líderes de la División Interamericana el pasado 26 de julio de 2023.
El panel se llevó a cabo el último día de la Conferencia del Segmento de Desarrollo en el Liderazgo de la División Interamericana, donde más de cuatrocientos administradores, educadores, directores de departamento, pastores y ancianos de iglesia viajaron hasta Miami, Florida, Estados Unidos, mientras que más de otros mil se conectaron en línea durante el evento de tres días de duración.
Se ha hablado de estudio de casos, dijo Simmons, pero el enfoque del panel cubrirá áreas de gestión de crisis en tiempos de crisis, expresó.
“Cuando hablamos de una crisis, pienso en ellas como un tiempo de inestabilidad en una organización, que requiere una respuesta, y creo que el primer principio del liderazgo para tratar con un momento de crisis es asegurarse de que se apliquen los recursos a la crisis”, dijo Lowell Cooper, ex vicepresidente general de la Asociación General ya jubilado. Los líderes no pueden quedarse sentados e imaginar o pensar que una crisis es algo que se va a resolver por sí sola, añadió. “Es allí donde pienso que necesitamos analizar cosas específicas cuando respondemos la crisis”.
Es importante actuar en el momento justo“Es importante actuar entonces en el momento justo”, añadió Simmons.
Es uno de los muchos componentes a los que hay que responder, enfatizó Cooper. Una crisis puede producirse externamente, como lo es el caso de la crisis climática por la que está pasando el mundo, dijo. Puede haber una crisis que termina en los medios, o puede acaso ser tan solo interna también para la organización. “Como líderes, no pueden ignorar [la crisis] y necesitan aplicar recursos”.
Simmons presentó a la delegación lo que encontró en un video de YouTube, con noticias de la Iglesia Adventista en las que los miembros aparecen frente a las cámaras públicas expresando que estaban allí porque sus líderes no habían respondido ante una crisis. “En este video, se pararon y declararon que los líderes no estaban cumpliendo con los reglamentos, mencionaron tanto cuestiones legales como morales, y entonces dijeron que nunca lo harían público, pero reportamos esas cosas en las organizaciones, fuimos atacados por ello”, señaló Simmons. “Aun al considerar los recursos o responder ante las crisis, ¿qué decir de la organización misma como recursos?”
Karnik Doukmetzian, asesor legal general de la Asociación General, dijo que antes de meterse en cuestiones de recursos, vio a los líderes del SeLD y dijo: “La mitad de ustedes podría decir, ¿qué crisis? No hay crisis alguna. La otra mitad podría decir, ¿dónde es que tenemos una crisis?” No implica saber si sucede o cuándo, dijo Doukmetzian. “Tenemos que esperar qué habrá crisis y, como parte de esa expectativa, tenemos que estar listos”. ¿Cómo hacer para estar listos? “Cuando estos individuos finalmente fueron a la prensa pública con sus problemas, ya dejó de ser una cuestión interna de la iglesia y se convirtió en una cuestión pública. Ahora tenemos que responder a ello”, señaló.
Hacer frente a las crisis¿Cómo vamos a hacer para responder? ¿Quién va a tomar las decisiones? ¿Quién va a ser el voceru? ¿Qué mensaje estamos dando? preguntó Doukmetzian. “Tenemos que mirar todas esas cosas, porque no es cuestión de saber ‘si’ sino ‘cuándo’”, enfatizó.
La discusión se volvió a los principios del liderazgo en momentos de crisis.
Doukmetzian comenzó a explicar que la Asociación General cuenta con una comisión de gestión de crisis que se ocupa de las cuestiones a medida que surgen. Los casos van desde la necesidad de trasladar a misioneros en tiempos de guerra o a un lugar determinado, al secuestro de un líder de la iglesia, o a un accidente de autobús que se ha cobrado 30 o 40 vidas. “¿Qué podemos hacer para tener la capacidad de responder no solo a la audiencia interna sino también a la audiencia externa?” preguntó.
“El equipo que hemos establecido incluye a expertos en seguridad, expertos de comunicación, líderes o voceros de la iglesia, representantes legales, representantes de los seguros, de manera que en la comisión se puedan analizar todos los diversos aspectos”, dijo Doukmetzian. “Tenemos que estar preparados, no importa cuándo se produzca una crisis”.
Anticipar la crisis
Cooper se sumó para decir que una de las cosas más esenciales es anticipar que habrá una crisis. “No tenemos idea qué sucederá, pero podemos anticipar que habrá una crisis y podemos llevar a cabo algunas actividades de preparación para responder a una crisis de cualquier nivel, ya sea en una iglesia local, una asociación o una unión. “Prepárense para lo que puedan hacer en un momento de crisis”.
Además de tener una comisión, tiene que haber individuos que se dediquen a la comunicación. “Asegúrense de saber quién es el vocero de la organización y de que todas las personas de la organización se refieran a ese individuo”, dijo Doukmetzian.En general, la persona autorizada a hablar es un directivo, pero los expertos en comunicación poseen la capacidad de hablar en público, añadió Cooper.
Es importante tener mecanismos ya definidos para hacer frente también a las crisis internas, dijo Simmons.
Los medios sociales e Internet han cambiado de manera significativa nuestra manera de hacer las cosas, dijo Doukmetzian. “Lo que sucede en el campus de la Universidad de Montemorelos no quedará allí en el campus de Montemorelos, y no va a llevar cinco semanas para que esa información dé la vuelta al mundo, sino que va a llevar cinco minutos”, dijo. Los días antiguos daban tiempo y la oportunidad de preparar una respuesta, pero ya no nos podemos dar ese lujo, añadió. “Es allí cuando comienzan a aparecer las preguntas, y depende de nosotros estar preparados para responder a esas preguntas”.
Equidad, justicia y transparencia
Sea cual fuere el caso, los momentos de crisis deberían ser tratados prontamente con equidad, con justicia y con transparencia, añadió Cooper. “A menudo, las cuestiones que representan una crisis a una organización pueden tener que ver con la credibilidad o integridad de un líder, y responder a ese tipo de crisis requiere que seamos justos, no juzguemos antes de tiempo, y tratemos con los datos que tenemos en ese momento”, expresó.
En muchas ocasiones, como resultado del temor, la falta de experiencia en saber cómo hacer frente a una situación de crisis, o la falta de preparación o de un mecanismo para hacer frente a una situación de crisis es lo que impide que los líderes respondan de manera apropiada, añadió Cooper.“Es un caos, porque la crisis es impredecible, y muchas veces nos quedamos congelados y no reaccionamos, y es por eso que estar preparados permite que tengamos algún tipo de control sobre la crisis”, enfatizó Doukmetzian.
Dos cosas esenciales de una organización para impedir una crisis incluyen la conducta ética, que significa respetar los reglamentos de la iglesia, sus constituciones, estatutos y documentos de gobierno, además de que exista un lugar seguro donde reportar amenazas, explicó Cooper.
Un lugar seguro donde reportar
Doukmetzian explicó que la Iglesia Adventista ha establecido un mecanismo que está disponible en todo el mundo para que los individuos, en especial los empleados, puedan reportar sin temor las ofensas o malas acciones con las que se encuentren.
Adventist.ethicspoint.com es un sitio web fácil de navegar que permite que los usuarios envíen su ubicación o división, y es administrado por una compañía independiente que no pertenece a la Iglesia Adventista, y donde las denuncias son mantenidas de manera confidencial, explicó Doukmetzian.
“Todo informe que llega es tomado seriamente e investigado por los individuos correspondientes”, dijo Doukmetzian. Dependiendo de dónde provenga la denuncia, las organizaciones superiores supervisarán la queja o cuestión presentada. Hay una manera segura de reportar las conductas erróneas en la iglesia y lo que se hace mal tiene que ser analizado y estudiado, añadió.
Simmons volvió otra vez al video de YouTube, de los miembros de iglesia que se dirigen al público. “Hicieron hincapié en ello porque nos incluye a todos nosotros como líderes”, expresó. “No queremos herirnos mutuamente o causar problemas. Por ello, a veces quedamos callados, en ocasiones temiendo el rechazo o la retribución, pero la mayoría de las veces no queremos causar problemas. Pero tenemos que ser conscientes de que, si bien nos protegemos mutuamente, a veces exponemos a la iglesia a un gran riesgo”.
Proteger y preservar
Respecto del procedimiento, Doukmetzian dijo que muchas veces surgen cuestiones con las que hay que tratar internamente en la iglesia. “Tenemos una Avenida para que los individuos se adelanten en lugar de ir a las cortes o buscar la prensa, pero eso también pone la responsabilidad sobre nosotros [como líderes] para que hagamos frente a esas cuestiones”, dijo. “Una falta de acción expone más a la iglesia, y no queremos a las cortes en las cuestiones internas de la iglesia”.
Cooper agregó a ello al expresar: “Los líderes han sido puestos en sus cargos para proteger, para preservar y para cumplir con los propósitos de la iglesia, y tenemos un sistema realmente robusto con constituciones y estatutos, y si los líderes respetan esos documentos de gobierno y respetan los límites organizacionales, nos ganaremos la confianza de las personas involucradas en nuestro territorio”.
¿Qué sucede cuando los reglamentos ya sea quedan desactualizados o cuando simplemente están equivocados? preguntó Simmons.
“Necesitamos saber que, en la Iglesia Adventista, los reglamentos son dinámicos; pueden ser cambiados, porque las circunstancias, los tiempos y situaciones requieren que regresemos a analizar los reglamentos e introducir enmiendas”, dijo Cooper.
Traducción de Marcos Paseggi