8 de septiembre del 2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
Saludos, amigos. A medida que hemos avanzado en el libro, El Conflicto de los Siglos, hemos visto cómo, a través del tiempo, Dios ha trabajado a por medio de diversas personas para llevar Su verdad a un mundo en necesidad.
Recientemente, hemos observado la vida de Guillermo Miller y cómo Dios lo guió, a través de un cuidadoso estudio de la profecía bíblica, a la conclusión de que Jesús vendría muy pronto, de hecho, que vendría en el año 1844.
Esta conclusión se basó en las profecías temporales encontradas en el libro de Daniel, específicamente Daniel 8:14, “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Como vimos anteriormente, según la Biblia, un día profético equivale a un año literal. Esta asombrosa profecía de 2,300 días es la profecía temporal más larga de la Biblia, que se extiende desde el 457 a.C. hasta el año 1844 d.C.
Nancy Wilson (NW):
Dentro de este largo período de tiempo se encuentra la más corta profecía de las 70 semanas que señala con precisión el bautismo, muerte y resurrección de Jesucristo. Dado el cumplimiento preciso de esta profecía, podemos estar seguros de que la parte restante de la profecía de 2,300 días también es precisa.
Sin embargo, está claro que Jesús no vino en 1844. Entonces, ¿hubo algún malentendido que Guillermo Miller tuvo cuando él, y otros, proclamaron que Jesús regresaría en 1844?
TW: En el capítulo de esta semana de El Conflicto de los Siglos, titulado «Luz a través de las Tinieblas», leemos: “La obra de Dios en la tierra presenta, siglo tras siglo, sorprendente analogía en cada gran movimiento de reforma o religioso. Los principios que rigen el trato de Dios con los hombres son siempre los mismos. Los movimientos importantes de hogaño concuerdan con los de antaño, y la experiencia de la iglesia en tiempos que fueron encierra lecciones de gran valor para los nuestros.” (CS 343.1).
Ted Wilson (TW): Saludos amigos. A medida que hemos leído el libro El Conflicto de los Siglos, hemos visto cómo, a través de los años, Dios ha trabajado por medio de varias personas para llevar Su verdad a un mundo necesitado.
Recientemente, hemos analizado la vida de Guillermo Miller y cómo Dios lo llevó a través de un estudio cuidadoso de la profecía bíblica, a la conclusión de que Jesús vendría muy pronto; de hecho, que vendría en el año 1844.
Esta conclusión se basó en las profecías de tiempo que se encuentran en el libro de Daniel, específicamente, en Daniel 8:14, “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. Como vimos anteriormente, según la Biblia, un día profético equivale a un año literal. Esta asombrosa profecía de 2300 días es la profecía de tiempo más largo de la Biblia y se extiende desde el 457 a.C. hasta el año 1844 d.C.
Nancy Wilson (NW):
Dentro de este largo período de tiempo está la profecía más corta de 70 semanas que señala con precisión el bautismo, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Dado el cumplimiento preciso de esta profecía, podemos estar seguros de que la parte restante de la profecía de los 2300 días también es exacta.
Sin embargo, es evidente que Jesús no vino en 1844. Entonces, ¿Tuvo Guillermo Miller algún malentendido cuando él y otros proclamaron que Jesús regresaría en 1844?
TW: En el capítulo de esta semana de El Conflicto de los Siglos, titulado “Luz a través de las tinieblas”, leemos: “La obra de Dios en la tierra presenta, siglo tras siglo, sorprendente analogía en cada gran movimiento de reforma o religioso. Los principios que rigen el trato de Dios con los hombres son siempre los mismos. Los movimientos importantes de hogaño concuerdan con los de antaño, y la experiencia de la iglesia en tiempos que fueron encierra lecciones de gran valor para los nuestros.” (CS 343.1).
NW: En tiempos pasados, ni siquiera los profetas de Dios comprendían plenamente el significado de los mensajes que se les pedía que compartieran. El propio Daniel no entendió completamente las profecías que le fueron dadas. Al final de Daniel 8, leemos: “Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía.” (v. 27). Por otra parte, al final del libro, en el capítulo 12, Daniel ve dos seres celestiales, uno a cada lado de un río. Uno pregunta: “¿Cuándo será el fin de estas maravillas?” (v. 6), y el otro responde: “será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (v.7).
Daniel dice, en el versículo 8: “Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del” (v. 9).
TW:
En el Nuevo Testamento, vemos a los discípulos siendo enviados por Jesús mismo con el mensaje: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado…”. (Marcos 1:15). El mensaje era cierto y, sin embargo, malinterpretaron su significado. Desde su más tierna infancia, se les enseñó que cuando viniera el Mesías, restauraría el reino a Israel: los romanos serían derrocados y, una vez más, un rey se sentaría en el trono de David. Debido a este concepto arraigado, los discípulos no pudieron entender el significado de las palabras de Cristo cuando les advirtió sobre sus sufrimientos y muerte venideros.
NW:
En El Conflicto de los Siglos, leemos: “A menudo la mente del pueblo—y hasta de los siervos de Dios—es ofuscada por las opiniones humanas, las tradiciones y las falsas enseñanzas de los hombres, de suerte que no alcanzan a comprender más que parcialmente las grandes cosas que Dios reveló en su Palabra.” (p. 345).
Fue sólo después de la destrucción de sus ideas preconcebidas mientras veían a Cristo morir en la cruz y las agonizantes horas posteriores, cuando sus mentes estaban envueltas en incertidumbre y duda, que estuvieron listos para aceptar la verdad.
TW:
Mientras Cristo caminaba con los discípulos hacia Emaús en ese día de la resurrección, al principio no se reveló a ellos. En cambio, los guió cuidadosamente a través de las Escrituras, mostrando en las profecías cuál era la verdadera misión del Mesías y cómo se cumplió esa misión. Los llevó a basar su fe y creencia en la palabra profética, en lugar de basarse únicamente en la experiencia personal.
NW:
Los del primer movimiento adventista en 1844 pasaron por una experiencia similar. Al repasar las profecías de Daniel, vieron el cumplimiento de la profecía de las 70 semanas a través del Mesías. Comprobaron correctamente que la profecía de los 2300 días comenzó en el año 457 a.C. y finalizaría en el año 1844 d.C.
Su error fue asumir lo que significaba la «limpieza del santuario». Así como los primeros discípulos aceptaron la enseñanza popular de que el Mesías establecería un reino terrenal, los creyentes adventistas aceptaron la enseñanza popular de la época de que «el santuario» se refería a la tierra. Seguramente entonces, la referencia a la «limpieza del santuario» debe significar que Cristo vendría y limpiaría la tierra con fuego.
TW:
Y así como los discípulos sufrieron una amarga desilusión, seguida de un gran gozo, también lo sufrieron los primeros creyentes adventistas. Al profundizar una vez más en la profecía después del Gran Chasco del 22 de octubre de 1844, su estudio fue recompensado con creces cuando el cielo se abrió a sus ojos y vieron el verdadero significado de lo que era el santuario.
A medida que continuamos nuestro viaje a través de El Conflicto de los Siglos, nosotros también entenderemos lo que Jesús está haciendo hoy por nosotros a través de Su obra en el Santuario celestial. Oremos para que nuestros ojos estén abiertos para descubrir el significado de estas profecías para nosotros en este nuestro tiempo.
Los invito a orar con nosotros ahora mismo.
Padre Celestial, te agradecemos mucho por la manera en que revelas a los creyentes los aspectos maravillosos de tu próxima venida. Gracias por las profecías que nos ayudan a comprender plenamente lo que significa vivir en el fin de los tiempos justo antes de la Segunda Venida del Señor. Ahora, Señor, danos percepciones claras mientras continuamos estudiando tu Palabra y entendiendo nuestra misión de ayudar a otros a estar preparados para la próxima venida de Cristo. Te damos gracias por la gracia del Señor, por su amor, y te damos gracias porque has prometido que volverás para llevarnos a casa. Ahora, danos ánimo en todo lo que hacemos mientras miramos hacia el futuro, reconociendo que las profecías de la Biblia son precisas y seguras, en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.