2 de noviembre del  2023 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, President de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Saludos amigos. Hoy vamos a hablar de un tema de vital importancia: la Palabra de Dios. Verá, la Escritura es la forma principal en que Dios se comunica con nosotros: es su palabra, su don para nosotros para los siglos. Es a través de las Escrituras que nos revela quién es, cuánto nos ama, nuestra historia y su plan de salvación, cómo vivir una vida feliz, la esperanza que tenemos que esperar y mucho más. Verdaderamente, como dijo el salmista en el Salmo 119:105— «Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino».

Cuando abrimos nuestras Biblias al Evangelio de Juan, leemos esta maravillosa declaración en el capítulo 1 y versículo 1: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios.» (Juan 1:1).

Qué hermosa descripción de Jesús, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, una mezcla perfecta de lo humano y divino. No entendemos exactamente cómo puede ser esto, pero sabemos que así es. Y Jesucristo nos ha dado sus palabras de vida a través de las Sagradas Escrituras, «la palabra viva y efizas», según Hebreos 4:12. Hablando de las Escrituras, Jesús afirmó: «ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5:39).

La Biblia es el mensaje de Dios dado a la humanidad, en el lenguaje de la humanidad, a través de hombres que estaban divinamente inspirados, tal como explica 2 Pedro 1:21: «Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.

Las Sagradas Escrituras son el fundamento sobre el cual basamos todas nuestras creencias como Adventistas del Séptimo Día. Es por eso que nuestra primera creencia fundamental es «Las Sagradas Escrituras», que se lee de la siguiente manera:

“Las Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento, son la Palabra escrita de Dios, dada por inspiración divina. Los autores inspirados hablaron y escribieron movidos por el Espíritu Santo. En esta Palabra, Dios ha confiado a la humanidad el conocimiento necesario para la salvación.  Las Sagradas Escrituras son la suprema, autoritaria e infalible revelación de Su voluntad. Son la norma de carácter, la prueba de la experiencia, el revelador definitivo de las doctrinas, y el registro fiable de los actos de Dios en la historia.” (Creencia Fundamental de los Adventistas del Séptimo Día, 1, «Las Sagradas Escrituras», adventist.org/beliefs).

Hay muchos textos que afirman la belleza y el poder de las Escrituras. En Proverbios 30: 5, 6, leemos esta promesa y advertencia: “Toda palabra de Dios es limpia;  Él es escudo a los que en él esperan.  No añadas a sus palabras, para que no te reprenda,  Y seas hallado mentiroso”.

Isaías 8:20 testifica: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.

En Juan 17:17, nuevamente escuchamos a Jesús afirmar la importancia de las Escrituras cuando ora por sus discípulos, pidiéndole a su Padre Celestial, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”.

En la carta a los Tesalonicenses, el apóstol Pablo declara a los creyentes: “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes” (1 Tes. 2:13).

Sí, amigos, la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios para nosotros, revelando su verdad y acercándonos a él mientras seguimos Su consejo divino descrito en sus preciosas páginas. Pero para escuchar realmente a Dios hablar, debemos abordar las Escrituras, creyendo son de hecho, la revelación suprema, autoritaria e infalible de Su voluntad.

Se nos advierte en el libro, El Conflicto de los Siglos: “Las verdades que se encuentran explicadas con la mayor claridad en la Biblia han sido envueltas en dudas y oscuridad por hombres doctos, que con ínfulas de gran sabiduría enseñan que las Escrituras tienen un sentido místico, secreto y espiritual que no se echa de ver en el lenguaje empleado en ellas. Esos hombres son falsos maestros. Fue a personas semejantes a quienes Jesús declaró: “No conocéis las Escrituras, ni el poder de Dios”. Marcos 12:24 (VM). El lenguaje de la Biblia debe explicarse de acuerdo con su significado manifiesto, a no ser que se trate de un símbolo o figura. Cristo prometió: “Si alguno quisiere hacer su voluntad [del Padre], conocerá de mi enseñanza, si es de Dios”. Juan 7:17 (VM). Si los hombres quisieran tan solo aceptar lo que la Biblia dice, y si no hubiera falsos maestros para alucinar y confundir las inteligencias, se realizaría una obra que alegraría a los ángeles y que traería al rebaño de Cristo a miles y miles de almas actualmente sumidas en el error.» (CS 584).  

Lamentablemente, hoy vemos en algunos lugares una falta de comprensión de la Biblia y cómo interpretarla, así como el antagonismo real contra la Palabra de Dios.

Sin embargo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día cree en la autenticidad y la autoridad de la Palabra de Dios: La Santa Biblia, y debe aplicarse a todas las personas, en todas partes, para siempre. Como se indica en su documento votado oficialmente, Métodos de estudio de la Biblia, la Iglesia acepta solo el método histórico bíblico o histórico gramatical para interpretar las Escrituras, permitiendo que la Biblia se interprete a sí misma línea por línea, versículo por versículo, precepto por precepto, por el poder del Espíritu Santo.

Amigos, debo advertirles que hoy estamos atacados por el método histórico-crítico y otros métodos humanistas de interpretación bíblica que no son métodos centrados en Dios. En el método de interpretación histórico-crítico, es el lector quien se convierte en el determinante de lo que es verdad y lo que no. Esta es una forma muy poco confiable de leer la Santa Palabra de Dios, porque, como indica Jeremías 17: 9, el humano “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Les insto a permitir que el Espíritu Santo les guíe para comprender las Escrituras. Usen solo el enfoque histórico cuando comprenda las profecías bíblicas. No el preterista, no el futurista, no el método histórico-crítico, sino el método histórico bíblico para comprender la palabra de Dios.

En el libro, Exaltad a Jesús, página 53 leemos: “Dios ha dejado suficientes evidencias sobre las cuales basar la fe, si uno tiene la voluntad de creer. En los últimos días la tierra se verá casi completamente destituida de la fe verdadera. La Palabra de Dios se considerará indigna de confianza bajo el menor pretexto, mientras que se aceptará el razonamiento humano, aunque éste contradiga las realidades claras de la Escritura.”

Hermanas y hermanos, no seamos influenciados por aquellos dentro o fuera de la Iglesia que ignoran, denigran o deprecian la Palabra de Dios. Como adventistas del séptimo día, nos mantenemos fuertemente en una comprensión clara y la aceptación de toda la Palabra de Dios mientras se lee.

Les animo a pasar tiempo con Dios en Su Palabra todos los días, dejando de lado todas las ideas preconcebidas y pidiendo al Espíritu Santo que les guíe. Serás ricamente recompensado.

Oremos juntos justo ahora.

Padre en el cielo, gracias por darnos las preciosas Sagradas Escrituras, la Palabra de Dios, la Biblia. Gracias que estas preciosas palabras como la Palabra escrita, representan a Jesús, la Palabra Viviente. Por favor, bendice a cada uno de nosotros mientras estudiamos y mientras leemos esta preciosa instrucción para nosotros, entendiendo que debemos permitir que la Biblia se interprete a través del poder del Espíritu Santo y no que coloquemos nuestras propias ideas preconcebidas sobre la Biblia tratando de que diga lo que realmente no dice. 

Señor, ahora te pedimos que nos guies en el estudio de tu preciosa palabra. Gracias por escucharnos y gracias por darnos la Palabra de Dios. La Biblia. En el nombre de Jesús, lo pedimos. Amén.

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