20 de noviembre del 2023  | Miami, Florida, United States | Leonard Johnson, secretario ejecutivo, División Interamericana

En la gema de hoy quiero contarte una vez más de Bernabé. Como hemos aprendido, Bernabé era un buen hombre. Estaba lleno del Espíritu Santo, pero además, Bernabé era un hombre de fe. Tenía fe en Dios, confiaba en Dios y creía en Dios. ¿Pero sabes? También tenía fe en otros. 

Como te conté en el último video sobre tener fe en Saulo, quien llegaría a ser Pablo. Permíteme contarte otra experiencia: Había una persona llamada Juan Marcos, que había acompañado a Pablo en su primer viaje misionero, pero Juan Marcos se sintió un tanto desanimado y decidió renunciar. No puedes hacer eso con el apóstol Pablo, así que a pesar de ello, en esa ocasión decidió que iría otra vez.

Leemos en Actos el capítulo 15:36: “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: ‘Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Bernabé quería que llevaran consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, pero a Pablo no le parecía bien.”

Podemos ver a Pablo diciendo no y a Bernabé diciendo sí. Pablo decía que no y Bernabé que sí. La Biblia dice que se produjo una contienda entre ellos y se fueron por caminos separados. Esta no fue una experiencia agradable, pero una vez más vemos a Bernabé creyendo en Juan Marcos. Aún cuando antes había creído en Saulo, defendió a Juan Marcos.

No quiero dejarte con la impresión de que Saulo, que llegó a ser Pablo, era una persona difícil, porque cuando leemos en Colosenses 4 y en segunda de Timoteo 4:12 encontramos que Pablo cambió de actitud y llevó consigo a Juan Marcos, porque le era útil para el ministerio.

Eso nos dice que lo que puede parecer negativo y poco prometedor, con Cristo puede ser un mejor día y una mejor experiencia. Gracias a Dios, Pabló cambió de parecer y vio el potencial de Juan Marcos. ¿Sabes cómo sucedió eso? Fue todo gracias a Bernabé.

Hoy quiero ser como Bernabé. No solo una buena persona, sino alguien lleno del Espíritu Santo y alguien que tiene fe en Dios y en los demás. Me recuerda las palabras que la poetisa Maya Anyelu escribió hace unos años: “La gente olvidará lo que tú dices, pero jamás olvidará cómo los haces sentir.” Y Bernabé hacía sentir bien a la gente. 

Ve y haz tú lo mismo. Dios te bendiga.

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