Este ministerio de apoyo está enviando contenedores con suministros y abrirá nuevas casas de adoración.
13 de diciembre de 2023 | California, Estados Unidos | Maranatha Volunteers International
La labor de Maranatha Volunteers International en Cuba continúa expandiéndose en respuesta al clima económico cada vez peor en la isla.
Durante el año pasado, el pueblo cubano ha estado batallando por la falta de suministros para atender necesidades básicas tales como alimentos, agua, electricidad, combustible, medicinas y productos de higiene personal. Los pocos artículos que están disponibles comercialmente cuestan más de lo que las personas con un empleo regular pueden adquirir. “La situación es por demás terrible”, dijo Aldo Pérez, presidente de la Unión Asociación Cubana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. “Pero en medio de todo eso, Dios está con su pueblo”.
En medio de las dificultades, Maranatha continúa activamente su labor en Cuba, enviando contenedores llenos de productos de primera necesidad y elaborando planes con el propósito de que las congregaciones tengan nuevos sitios de adoración.Durante la campaña del año pasado, enfocada en Cuba, GivingTuesday (martes de acción solidaria), generosos donadores aportaron más de US$ 250,000. En febrero de este año, Maranatha utilizó esos fondos para enviar cuatro contenedores llenos de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad a puntos de distribución en toda la isla. Estos recursos ayudaron a más de 5,000 familias que representan aproximadamente a 20,000 personas. Desde ese primer envío, ya hay dos contenedores llenos y listos para transportarse desde Panamá
Una huelga laboral de toda la nación paralizó Panamá y pospuso el viaje de los contenedores hacia Cuba. La suprema corte de Panamá se pronunció sobre el asunto el 28 de noviembre, permitiendo así la gradual reapertura del país. “Es difícil afirmarlo con absoluta seguridad, pero pienso que los contenedores pronto estarán ya de camino”, dijo el jefe de operaciones de Maranatha, Kenneth Weiss.
El tiempo avanza apresuradamente para el Seminario Teológico Adventista de Cuba, en La Habana, el cual depende de los contenedores de suministros para mantener abiertas sus puertas. Construido por Maranatha en 1995, el seminario es un pilar en el crecimiento de la iglesia adventista en la isla, pero está batallando actualmente para alimentar a sus 70 alumnos.
En medio del estancamiento económico, la Iglesia Adventista en Cuba, con sus 40,000 miembros, sigue floreciendo. Entre los 168 condados en la isla, 161 de ellos cuenta con presencia adventista. “La única manera como la gente en Cuba puede sobrevivir, es por fe, explicó el presidente Pérez. “Y nosotros les ofrecemos fe y esperanza en Cristo Jesús”.Maranatha generalmente apoya el crecimiento de la Iglesia Adventista a través de la construcción de nuevos edificios de iglesia, pero la situación en Cuba presenta obstáculos muy únicos para el logro de esta estrategia. En el pasado, las congregaciones han enfrentado retrasos en la obtención de permisos de construcción y el costoso envío de materiales de construcción adquiridos en otros países.
“Es costoso, consume mucho tiempo, es muy complicado”, dijo el presidente de Maranatha, Don Noble, refiriéndose al proceso de construcción en Cuba. ¿La solución? Renovación. Este mes, los directivos de Maranatha se están preparando para adquirir 10 casas en La Habana, por solamente US$ 3,000 cada una. El plan es que equipos locales remodelen las habitaciones principales de estas casas para convertir el lugar en sitios de adoración y que cualquier espacio extra, se destine a viviendas de los pastores.
Desde 1994, Maranatha ha estado trabajando en Cuba en la construcción y renovación de edificios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. A pesar de las circunstancias económicas que complican la obra en Cuba, Maranatha ha tenido éxito en la construcción o remodelación de más de 200 edificios de iglesia en toda la isla, además del edificio del seminario en La Habana.
La versión original de esta noticia la publicó Maranatha Volunteers International.
Traducción – Gloria A. Castrejón