Nota del editor de Adventist World Magazine: George W. Brown, ex presidente de la División  Interamericana, celebró su 100° cumpleaños el 11 de enero. Su nieta Nicole se sentó con él para hablar de su legado.

La sabiduría de George W. Brown

16 de enero de 2024 | Chicago, Illinois, Estados Unidos | Nicole Brown-Domínguez

Desde muy pequeña supe que George W. Brown era un gran hombre. Mi comprensión de su grandeza no fue el resultado de estudiar sus esfuerzos ministeriales, sino de mi observación personal de sus momentos íntimos. Como su nieta, tengo el raro privilegio de verlo como un esposo, un padre, un abuelo y un amigo. He visto su actitud juguetona, su asombroso humor y sus encantadoras travesuras en su interacción con sus nietos. Soy también una sagaz testigo de su inteligencia. Mi opa posee venerable sabiduría y practica una profunda diplomacia. Ciertamente, puedo tener una buena percepción de la profunda complejidad de su carácter. 

Pastor George W. Brown, ex presidente de la División Interamericana durante la Sesión de la AG en San Antonio, Texas, en 2015. El Pastor Brown prestó sus servicios como presidente de la DIA, de 1980 a 1993. [Imagen de archivo: Daniel Gallardo-DIA]

Fue durante la Sesión de la Asociación General 2010 en Atlanta, que comencé a captar el impacto de mi Opa como figura pública y líder espiritual. Cuando era niña, los miembros de mi familia existían simplemente en el contexto del papel que desempeñaban en mi vida. Mi madre era simplemente mamá, no Arlene. Mi padre era papi, no Miguel. Y mi abuelo era simplemente   Opa, no George W. Brown. En ese entonces no tenía la habilidad de percibir la realidad de sus más de 40 años de servicio en la denominación, que incluían 13 años como presidente de la División Interamericana. Lo que sabía era que se nos permitía ocupar asientos en la planta baja del auditorio de las sesiones y que nos llevaba hasta 40 minutos retirarnos del lugar porque la gente lo detenía para saludarlo o para darle a conocer el profundo impacto que su ministerio había tenido en su vida.

Al ir creciendo y comenzado a sumergirme en la realidad del ministerio y asociaciones denominacionales, ha sido cada vez más importante procurar la sabiduría y ministerio de mi abuelo. En honor a su legado, le dirigí algunas preguntas que pueden ser de beneficio para los creyentes de todas las edades.

Nicole: ¿Qué has aprendido acerca de Dios?

George Brown: Durante mi larga vida y ministerio, he progresivamente aprendido muchas cosas acerca de Dios. El Dios a quien conozco, amo y sirvo es más que el transcendental, todopoderoso, omnisapiente y omnipresente Dios que es el Creador, Sustentador y Protector. Es la personificación del amor abnegado e incondicional, la misericordia y la asombrosa gracia. Todo lo que es Dios se manifestó en la vida, ministerio y sacrificio de Jesucristo en favor de toda la humanidad. He aprendido que sin él no puedo vivir y sin él no me atrevo a morir.

ND: ¿Puedes compartir lo que has aprendido acerca del ministerio?

GB: He aprendido que el ministerio es la benévola invitación que Dios extiende a sus seguidores para que se conviertan en “colaboradores de Dios” (2 Cor. 6:1) en su redentora estrategia en favor de la humanidad caída. He aprendido que el término ministerio incluye mucho más que el ministerio pastoral. Todas las actividades de la iglesia que responden a las necesidades humanas, sean de carácter espiritual, emocional, físico o intelectual, son todas ellas parte del divino ministerio de la reconciliación; es decir, la restauración de la imagen de Dios en la humanidad. Ministerio es prestar abnegadamente servicio redentor a la gente.

ND: Danos algunas perspectivas de tu tiempo empleado en el liderazgo.

GB: He aprendido que el liderazgo auténtico es impulsado por el modelo de siervo-líder de Cristo.  El modelo de liderazgo de Cristo es el opuesto al concepto secular de liderazgo.  A través de mis muchos años de liderazgo pastoral y administrativo, he aprendido que el liderazgo genuino está siempre centrado en Cristo, es impulsado por el servicio, es redentor y transformador. Filipenses 2:5-8 resume sucintamente la esencia del liderazgo cristiano . El ejemplificar el estilo de liderazgo de Cristo nos da el poder para dirigir con humildad, integridad, amor y fidelidad.

ND: Discipulado. Dime lo que significa para ti.

GB: Uno de los principios primarios que he aprendido acerca del discipulado es que es exigente. Dietrich Bonhoeffer, en su libro El costo del discipulado, definió el discipulado como un  “aditamento exclusivo” a la persona de Cristo Jesús. Esta es una de las más grandes demandas del discipulado. El verdadero discipulado es impulsado por un amor que se da a sí mismo sin límites. El discipulado demanda también una espontánea obediencia al señorío de Cristo Jesús. Para el verdadero discípulo, la obediencia nunca es una carga, sino gozo y privilegio invaluable; lo cual se implica en Mateo 28:18. El discipulado es más que aprender el evangelio; es vivir y dar a conocer el evangelio, haciendo con ello discípulos del Gran Maestro.

ND: ¿Cuál debería ser el enfoque primario de los miembros de la iglesia?

GB: Entre las muchas cosas que desearía que la iglesia pudiera recordar, es que Dios está llamando a su iglesia de los últimos días a permanecer firme sobre la plataforma bíblica de la verdad que él nos ha dado como su pueblo de los últimos días. Es imperativo que recordemos nuestra rica herencia religiosa, nuestro origen profético y nuestro urgente mandato universal personificado en los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14:6-12. Recordar que el adventismo no es simplemente otra iglesia protestante. Es un movimiento profético con un peculiar mensaje mundial —el evangelio eterno. Como iglesia, se nos insta a “aferrarnos a las seguras columnas de nuestra fe. Los principios de la verdad que nos ha revelado Dios son nuestro único fundamento verdadero. Nos han hecho lo que somos”.*

ND: ¿Qué te gustaría que la gente en el ministerio supiera al ir a su labor?

GB: Me gustaría que sepan que la llave maestra para un ministerio de éxito es el poder del  Espíritu Santo (Hechos 1:8; Zac. 4:6). El Espíritu Santo no empodera maquinaria, instituciones, organizaciones o tecnología de vanguardia. Le concede poder a hombres y mujeres que se someten totalmente al señorío de Cristo Jesús. Todos los que entran al ministerio deben guardar vigilancia en cuanto a los males del institucionalismo, secularismo y apatía laodicense. El éxito en el ministerio está garantizado cuando su centro es Cristo, está dirigido por el Espíritu Santo, es sólidamente bíblico y ¡está impulsado por la misión!

ND: Hay algunos pocos que dejan a un lado todo aquello que han logrado en la vida a los pies de su Padre celestial y lo hacen de todo corazón. Al trazar las fases de su vida de acuerdo al crecimiento de su fe, Opa se ha negado a quedarse estancado en cualquier aspecto de su vida, desafiándose a sí mismo y a su iglesia a volver siempre a las Escrituras, invocando siempre la reflexión propia con la intención de crecer, en vez de asumir que hemos espigado ya todo lo que se encuentra ahí para nuestro conocimiento, dentro de la vasta belleza de la Palabra de Dios.

Su biblioteca personal es un monumento a su fe, su familia y su carrera, con libros sobre todo tema. En las paredes, hay placas en que se honra su vida, salpicadas también de fotografías de su familia biológica y no biológica. Mi opa, este hombre amante, brillante y agudo, ha vivido su vida en humilde glorificación de Dios. Ha dicho siempre: “Todo lo que soy y he logrado se lo debo a la maravillosa gracia de Dios y el apoyo y sustento de mi amada iglesia”. Para George W. Brown, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha tenido un profundo impacto en su vida”.

* Elena G. White, Mensajes Selectos (Mountain View, California: Pacific Press Publishing Association. 1966), tomo 1, p. 235.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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