Dos estudiantes de la Escuela Adventista y Centro de Rescate de Kajiado, Kenia, leen bajo una glorieta el 10 de julio, un día antes de la inauguración oficial de la escuela. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

En Kenia, las representaciones creativas de los estudiantes muestran el impacto de ser rescatados de una práctica terrible.

Marcos Paseggi, Adventist Review

“La gracia, la gracia, la gracia de Dios, la gracia que perdona y nos limpia”, cantaron los estudiantes de la Escuela Adventista y Centro de Rescate de Kajiado (KASS).

El himno, cuya letra la mayoría de los estudiantes cantaba de memoria, llenó el nuevo comedor estudiantil y salón de reuniones en el campus de la institución en Kajiado, Kenia, el 10 de julio. Era la víspera de la reinaguración oficial de la institución, que fue renovada de manera sustancial mediante un masivo proyecto de seis años financiado por donantes de Maranatha Volunteers International.

Un día después, representantes de Maranatha, un ministerio independiente de apoyo de base voluntaria que tiene la Iglesia Adventista del Séptimo Día, entregaría las llaves en una ceremonia especial en el campus. En la noche del 10 de julio, sin embargo, había un ambiente festivo mientras los estudiantes compartían cánticos y danzas tradicionales de su cultura masái y algunas representaciones que ayudaron a que los invitados aprendieran sobre el impacto de la escuela en sus vidas.

Una casa de refugio

KASS abrió sus puertas hace varias décadas no solo como una escuela adventista regular sino como un centro para recibir a las jovencitas masáis que escapan de las tradiciones de un matrimonio temprano y de la mutilación genital femenina (MGF). Aunque la MGF está prohibida en por ley Kenia, aún está presente en las pequeñas aldeas aisladas de las tierras altas masáis, donde los controles son difíciles y desparejos.

A veces, la policía rescata a algunas de las jovencitas y las lleva a la escuela adventista de Kajiado. En otras ocasiones, las jovencitas mismas huyen sin comida ni agua por terrenos escabrosos para llegar al centro de rescate del que tanto han oído. De una u otra manera, cuando llegan a la escuela, encuentran alimento, refugio y una educación adventista, dijeron los líderes regionales. Por sobre todas las cosas, hallan dignidad y amor.

Estudiantes de Kajiado comparten una danza tradicional masái de bienvenida con los donantes y otras visitas. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Un lugar totalmente renovado

Cuando Maranatha llegó a Kajiado en 2018, el lugar estaba en ruinas. No había suficientes salones de clase o residencias estudiantiles, y no había suficiente agua para apoyar los planes de expansión. Pero después de que los estudiantes ayudaron y oraron durante dos mses, el equipo perforado de Maranatha halló una abundante fuente de agua subterránea, lo que les permitió avanzar con los planes de construcción y comenzar una huerta de hortalizas para complementar el régimen alimentario de los estudiantes.

Después de seis años de trabajo dedicado y el apoyo de equipos locales, el personal y 1600 voluntarios y donantes, Kajiado quedó lista para la reinauguración oficial y entrega de llaves a la administración regional de la iglesia. Además del pozo de agua, las renovaciones y adiciones a la institución incluyeron nuevos salones de clase, residencias estudiantiles, un laboratorio de ciencias, una cocina y un comedor estudiantil y salón de reuniones. También incluyó un masivo esfuerzo de paisajismo, que llevó a que el campus lleno de polvo fuera transformado en senderos peatonales de concreto, rodeados de plantas con flores, arbustos, y césped verde.

Por medio de representaciones dramáticas escrita por los estudiantes de Kajiado, un grupo de estudiantes actores reflexionó en los desafíos de un matrimonio temprano y de la mutilación genital femenina entre las masáis. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Dos representaciones reveladoras

El 10 de julio, en vísperas de la reinaguración oficial de la escuela, los estudiantes compartieron algunos de los cánticos y danzas tradicionales masáis con los donantes y otros invitados que estaban allí para asistir a la ceremonia un día más tarde. En ese programa cultural, también compartieron dos representaciones para que los presentes tomaran conocimiento de los desafíos culturales que enfrentan, y para destacar de qué manera la escuela ha mejorado sus vidas.

La primera representación mostró algunos de los obstáculos que enfrentan las jovencitas masáis que quieren escapar de un matrimonio temprano y la MGF. En ella, una jovencita escapa en repetidas ocasiones de su hogar, solo para ser recapturada y devuelta a su familia. Finalmente, interviene la policía y aun un juez. Según los que presenciaron la representación, esta describió con exactitud un caso típico en esa región de Kenia.

La cocina de la escuela de Kajiado en 2022, antes de que voluntarios de Maranatha la demolieran y construyeran una nueva en el campus. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

La segunda representación fue organizada por la clase de periodismo de la institución. En un informe de noticias, un informe de investigación comparte la historia del “Sr. MGF”, un “hombre malo” que anda dando vueltas, hiriendo a las jovencitas de las tierras masái. En la representación, él es expuesto y denunciado por ser un flagelo para las jovencitas de la región.
Hacia el final del informe, la conductora es interrumpida repentinamente. “¡Tenemos noticias de último momento!” anuncia una reportera. “Se nos ha informado que se ha producido un accidente fatal. No lejos de aquí, el señor MGF estaba viajando a toda velocidad cuando chocó de frente con Maranatha”, anuncia con mal disimulado tono sombrío. “Los informes indican que Maranatha ha salido ileso del accidente. El señor MGF, sin embargo, ha sufrido heridas fatales y ha sido declarado muerto”.

El nuevo comedor estudiantil y salón de reuniones construido por Maranatha Volunteers International en la Escuela Adventista y Centro de Rescate Kajiado. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Un subsiguiente “funeral” armado por los estudiantes confirma el fallecimiento del malvado MGF y un nuevo día para las jovencitas de Kajiado.

“Puede impresionarnos cómo trataron el tema y hasta de rieron de ello”, comentó uno de los líderes que asistió al programa después de la representación. “Pero es muy probable que sea muy bueno que hablen del tema, dado que eso las ayuda a sanar”.

“La gracia, la gracia, la gracia de Dios”, cantaron todos. “Una gracia que es mayor que todos nuestros pecados”.

Maranatha Volunteers International es un ministerio independiente de apoyo que no es operado por la organización de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Traducción de Marcos Paseggi

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