Elena G. White como misionera en Europa (1885-1887)

5 de agosto de 2024 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Edwin Sully Payet

El 31 de mayo de 1884, Elena G. White, juntamente con su hijo, William C. White, recibió un persuasivo llamado de parte del Concilio Misionero Europeo, que decía: “una cordial y urgente invitación a visitar los diferentes campos en Europa tan pronto como sea práctico”. 1

Jaime y Elena White reconocieron ambos la necesidad de ayudar a la causa en el extranjero.2 Sin embargo, Elena White tenía ya 56 años y era ahora una viuda desde el fallecimiento de su marido hacía tres años. Estaba muy enferma y débil como para hacer mucho. Aunque estaba acostumbrada a extensos viajes en tren por todos los Estados Unidos, la idea de cruzar el Océano Atlántico hasta llegar a Europa y los desafíos de un mundo completamente diferente, se percibían “como una terrible tarea”. 3

A pesar de todo, en junio de 1885, Elena White decidió “prepararse para el viaje”, confiando en el “buen juicio de los hermanos”.”4 Partió de Healdsburg, California, el 7 de julio y salió de Boston el 8 de agosto. “Estoy de buen ánimo”, escribió Elena White “y si me llegara a ocurrir un accidente, un daño, o la muerte en este lugar, ya he hecho mis paces con Dios.”5

Atravesando el continente
El viaje de Elena White a Europa en 1885 señaló el comienzo de un extenso periodo de viajes a través del continente europeo. Desde Liverpool, en Inglaterra, Elena White viajó extensamente por todo Europa, residiendo en ese tiempo en las oficinas de la iglesia adventista en Basilea, Suiza. 6 Sus viajes la llevaron a varios países, incluyendo Dinamarca, Suecia, Noruega, Francia, Alemania y el Reino Unido.7 Entre otras cosas, ayudó con una campaña de evangelización en el sur de Francia (octubre 14 a noviembre 1, 1886); habló en la dedicación de la primera iglesia adventista europea, en Tramelan, Suiza (25 de diciembre de 1886) y en la primera reunión campestre adventista en Copenhague, en 1887.

No sabemos cuándo Elena White tomó la decisión de regresar a los Estados Unidos.8 Pero, el 20 de mayo de 1887, se dirigió a la iglesia en Basilea por última vez, con un adiós, “con la perspectiva de no volverlos a ver nunca más en este mundo”. 9

En total, Elena G. White viajó aproximadamente unos 20,000 kilómetros por barco, tren, en coche tirado por caballos y aun en trineo. De alguna manera se movilizó “velozmente” por Europa. Siendo que sus viajes no eran de placer, sino para predicar, para alentar a los miembros de iglesia y predicadores, debemos reconocer que a casi 60 años de edad, tanto su fatiga como su valor deben haber sido grandes. Robert Olson escribió acerca de su estancia en Europa: “Inicialmente, Elena White pensó que su estadía en Europa habría de durar solamente unos pocos meses, posiblemente hasta mayo de 1886. Sin embargo, el deber le dictó que permaneciera en Europa casi dos años completos”. 10

Un viaje que valió la pena

Elena White predicó, condujo reuniones de evangelización y reavivamiento, dio conferencias sobre temperancia, promovió el ministerio del colportaje (al menos en el Reino Unido) También encontró oposición casi en todas partes, como todos nuestros pioneros en Europa. Reconociendo la dificultad para conversiones, escribió: “Es más fácil alcanzar hasta 20 personas en los Estados Unidos que una sola acá”. 11

Mientras estuvo en Europa trabajó también en sus libros, particularmente en La Vida de Cristo, publicado en varios idiomas europeos y El Conflicto de los Siglos . Como con el apóstol Pablo, reconocemos su “profunda preocupación “ por la viña del Señor (2 Cor. 11:28). En su último sermón en Europa, predicado en Moss, Noruega, el 19 de junio de 1887, dijo: “Debemos recorrer nuestra jornada a través del mundo como peregrinos y extranjeros, aferrándonos con viva fe a la cruz del Calvario”. 12

El 3 de agosto, Elena White se embarcó de regreso a los Estados Unidos en la Ciudad de Roma. Acerca de su estancia misionera en Europa, informó: “Después de dos años de estancia en Europa no vemos más razón de desánimo respecto al estado de la causa ahí, que al de su crecimiento en los diferentes campos en Estados Unidos. . . . Vemos a la causa bien establecida en Europa”.13

Ciertamente, su visita no fue en vano. L. H. Christian, presidente de la División Europea del Norte (1928-1936), hizo notar:

“El movimiento adventista en Europa jamás habría sido el mismo de no haber sido por su visita. Durante muchos, muchos años, nuestros miembros y sus hijos. . . no se cansaban nunca de hablar acerca de la Sra. White. Y cuando de vez en cuando, en años posteriores, algunos pocos desleales ridiculizaron y menospreciaron el don de profecía y a la sierva de Dios, nuestra gente dijo: ‘Sabemos que no debemos hacerlo. La escuchamos hablar. Hemos visto y sido testigos de su inspiradora vida de humildad y bondad. Tenemos sus libros, los cuales están en armonía con la Biblia y han hecho que se profundice nuestro amor por Jesús’”. 14

Uno podría preguntarse: ¿Es ese todavía el caso en Europa hoy?


1 G. I. Butler y A. B. Oyen, “Concilio Europeo de Adventistas del Séptimo Día
—Segunda Sesión” Review and Herald, 24 de junio de 1884, p. 414.

2 Jaime White, “Preaching by Steam (Predicando a vapor)Review and Herald, 30 de marzo de 1876, p. 100; Elena G. White, “Christmas Is Coming” (Se acerca la Navidad) Review and Herald, 9 de diciembre de 1884, p. 770.

3 Elena G. White, Manuscrito 16, 1885.

4 William White a B. L. Whitney, 6 de junio de 1885.

5 Elena G. White Manuscrito 16a, 1885.

6 Ella se hospedó en el mismo edificio que albergaba la imprenta adventista, Imprimerie Polyglotte (literalmente, Imprenta Políglota ), construida en 1884.

7 El resumen de sus viajes se puede encontrar en D. A. Delafield, Elena G. White en Europa (Grantham, Inglaterra: Stanborough Press, 1975), pp. 13-15.

8 El 18 de abril de 1887, Elena White le escribiría a Edson, “Estamos ejerciendo todo poder para terminar nuestra labor aquí en Basilea”. Al final de la carta, Elena G. White anunciaría su visita a “Prusia el 20 de mayo para una reunión de asociación”. Su plan era entonces ir a Noruega, “para asistir a la primera reunión campestre celebrada en Europa”, luego a otras partes del norte de Europa y entonces a Inglaterra. Termina diciendo: “No podemos determinar cuánto tiempo permaneceremos ahí”. (Elena G. White, Carta 82, 1887).

9 Delafield, p. 274.

10 Robert W. Olson, “Ellen White Goes to Europe” (Elena G. White va a Europa) Centennial Symposium: Ellen G. White and Europe (Simposio del Centenario: Elena G. White y Europa), 1885/1887–1987, ed. Pierre Winandy (Bracknell, Inglaterra: Centro de Investigación Elena G. White, Europa-Newbold College, 1987), p. 5.

11 Ellen White Carta 7, 1886.

12 Elena G. White, “Todo lo que el Hombre Sembrare, Esto También Segará”, Review and Herald, 5 de mayo de 1891, p. 274.

13 Elena G. White, “Nuestra Misión en Europa”, Review and Herald, 6 de diciembre de 1887, p. 574.

14 Lewis H. Christian, The Fruitage of Spiritual Gifts (La cosecha de los dones espirituales) (Washington, D.C.: Review and Herald Pub. Assn., 1947), pp. 161, 162.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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