El personal adventista y sus familias se encuentran bien, informaron los dirigentes regionales de la iglesia.
19 de diciembre de 2024 | Australia | Juliana Muniz, Adventist Record, y Adventist Review
La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Vanuatu está respondiendo a las consecuencias resultantes de un terremoto de magnitud 7.3 que sacudió Port Vila el 17 de diciembre, con varios temblores de hasta 5.5 de magnitud antes y después del terremoto principal. Aunque se han registrado 14 defunciones y múltiples lesionados, todo el personal adventista y sus familias se encuentran bien.
La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Vanuatu, en coordinación con la Oficina Nacional de Manejo de Desastres (NDMO, por sus siglas en inglés), está evaluando la situación a fin de determinar el impacto ejercido sobre las comunidades y la forma mejor de proveer apoyo. “Nuestro equipo está a salvo y estamos reuniendo activamente información para entender las necesidades y planificar nuestra respuesta”, dijo el vocero de ADRA Australia.
La Iglesia en la División del Pacífico Sur y la Unión Misión Transpacífico, están monitoreando muy de cerca la situación proveyendo apoyo. El 18 de diciembre, representantes de dicha división se conectaron con ADRA Vanuatu para asegurarse de que los recursos y asistencia estén listos cuando llegue a conocerse con claridad la extensión del daño.
El presidente de la Unión Misión Transpacífico, Maveni Kaufononga, exhortó a la oración y la solidaridad. “Mi corazón está con la población de Vanuatu durante este tiempo difícil. Nuestro pensamiento y oraciones están con cada persona afectada y estamos pidiendo a nuestros miembros que oren, pidiendo fortaleza, consuelo y resiliencia para la población de Vanuatu. Nos solidarizamos con cada uno de los afectados y continuaremos ofreciendo nuestro a poyo en cualquier forma que nos sea posible”.
ADRA Australia ha activado su Fondo de Ayuda en Catástrofes para apoyar de inmediato los esfuerzos de respuesta al desastre.
Se han provisto nuevos detalles en cuanto al impacto ejercido por el terremoto sobre la Iglesia Adventista en Vanuatu. La oficina de la Misión Vanuatu, en Port Vila, sufrió pequeñas grietas y el interior quedó desordenado, con armarios y estanterías derribados. Los ingenieros no han provisto todavía una inspección detallada; por lo tanto, la oficina permanecerá cerrada hasta nuevo aviso.
“Todo el personal de ADRA y de la oficina se encuentran bien, aunque algunos de sus familiares han sufrido lesiones leves”, confirmó el equipo local. Sin embargo, la ciudad y las zonas residenciales aledañas sufrieron daños significativos, con numerosos edificios colapsados y víctimas de las cuales se ha informado”, conformó el equipo local. Todavía queda por confirmarse la cifra exacta de las defunciones ocurridas.
El país de Vanuatu está lidiando con una disrupción generalizada, sin tener a disposición energía eléctrica, agua, ni acceso a la Internet; con las comunicaciones de emergencia dependiendo del sistema STARLINK de la Oficina Nacional de Manejo de Desastres. También los comercios y los bancos están cerrados indefinidamente por causa de los daños estructurales. El gobierno ha declarado estado de emergencia durante siete días.
El presidente de la División Pacífico Sur, Glenn Townend, expresó su gratitud por la seguridad del personal y sus familias, al mismo tiempo que se conduele por la pérdida más amplia de vidas y por la destrucción: “Agradecemos a Dios por su protección durante este severo terremoto en Port Vila y sus alrededores. Sin embargo, nos entristecemos por motivo de las muertes y la destrucción causada; y oramos porque Dios pueda ser capaz de usar a su pueblo y a otros para estar seguros de que se provee para las necesidades básicas de la vida. La gente de todo el territorio de la División Pacífico Sur estará orando por Vanuatu y los esfuerzos de recuperación. Me alegra que ADRA está ahí para ofrecer apoyo”.
La Iglesia Adventista continúa trabajando muy de cerca con ADRA Vanuatu y con la NDMO al evaluar las necesidades de la comunidad y coordinar los esfuerzos de ayuda.
La versión original de esta noticia fue publicada por Adventist Record.
Traducción – Gloria A. Castrejón