La Conferencia sobre Misión, de AdventHealth, anima a los participantes a continuar apoyándose en Jesús.
2 de diciembre de 2024 | AdventHealth, para la publicación de la Unión Asociación Mid-America, Outlook
Los dirigentes ejecutivos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y de AdventHealth se reunieron recientemente durante tres días para celebrar la Conferencia sobre Misión AdventHealth anual, en Orlando, Florida, Estados Unidos, a fin de explorar dos tópicos de importancia vital: el descanso sagrado y la integración de la fe en el lugar de trabajo.
Durante el discurso de apertura del primer día de reunión, David Miller, director de la Iniciativa Fe y Trabajo, de la Universidad Princeton, inspiró a los asistentes a ver su lugar de trabajo como una arena de oportunidades sacras. Desafió a la audiencia a pensar en formas innovadoras de incorporar su fe en su vida profesional.
“Somos llamados por Dios, de la misma manera que aquellos que han recibido la ordenación. Los sitios seculares en los que trabajamos constituyen la arena para lo sagrado”.Con esta base en mente, Jeffrey Bromme, vicepresidente ejecutivo y principal asesor jurídico de AdventHealth, abrió una conversación reflexiva en cuanto a la santidad del descanso sabático. Dentro de esta conversación identificó tres componentes clave del sábado: relación, remembranza y reflexión.
Al reflexionar sobre la relación, el directivo Bromme enfatizó el concepto de que el sábado es fundamentalmente un día de fiesta —lleno de música, adoración, comida, amor y amistad. Sugirió que este festín es algo que muchos en el mundo ni siquiera se dan cuenta que lo anhelan. “Si saboreamos aunque sea una sola migaja del sábado, ¿gustaríamos de más?”, preguntó.
Respecto al acto de recordación, el directivo Bromme enfatizó que el sábado nos invita a celebrar el don de la recordación. “Recordamos que Dios nos ha dado todos nuestros días. Nos ha redimido”, dijo.
En cuanto a la reflexión, el orador Bromme hizo notar que el descanso del sábado nos anima a la introspección. “El corazón del ministerio sanador de Cristo era la sanidad del alma”, explicó. “Sus actos de sanidad física validaron sus audaces aseveraciones respecto a su poder para salvar las almas”.
Traducción – Gloria A. Castrejón