Randall Hector era un líder dedicado, afirman los líderes y miembros de la iglesia regional.
9 de enero de 2025 | Puerto España, Trinidad | Royston Philbert, Union del Caribe y División Interamericana
Los adventistas del séptimo día de la Asociación Sur del Caribe (SCC) lloran la trágica pérdida de un anciano de la iglesia local fue asesinado fuera de la iglesia adventista de Stanmore Avenue en Puerto España, Trinidad. El incidente se produjo el 31 de diciembre de 2024, poco después de la conclusión del culto de vísperas de Año Nuevo en la iglesia.
Randall Hector, de 43 años, fue asesinado en una emboscada con vehículos fuera de la iglesia y frente a su esposa e hijos. Según informes de los medios, Hector estaba saliendo de la iglesia y dirigiéndose a su vehículo, estacionado en la Avenida Stanmore, cuando dos vehículos se le acercaron. Los testigos reportaron haber escuchado múltiples disparos. Hector recibió varios disparos en el pecho, fue transportado al Hospital General de Puerto España, donde fue declarado fallecido.
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día en Trinidad y Tobago y toda la Unión del Caribe se siente triste por la trágica pérdida de un miembro increíble e inocente, del Hermano Randall Hector”, dijo el pastor Kern Tobias, presidente de la Unión Caribeña. “Su servicio a la iglesia, al país y a su familia han sido destacados”.
Un líder dedicadoLos líderes y los miembros de la iglesia regional dijeron que Hector fue un líder dedicado dentro de la comunidad adventista. Fue miembro de la Junta Directiva de la Asociacio´n Sur del Caribe y brindó asesoría legal tanto a la SCC como la Unión Asociación del Caribe (CARU). Hector también era miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Libertad Religiosa del Caribe (CARLA) y fue orador en congresos regionales del Caribe por más de diez años. Además de ello, fue abogado de la Misión de Tobago, además de estar en las juntas de la Escuela Secundaria del Colegio Unión del Caribe y de la Escuela Primaria Adventista de Puerto España.
“Estaba totalmente inmerso en la vida de la iglesia”, dijo el pastor Leslie Moses, presidente de la SCC.
El doctor Clive Dottin, director de relaciones públicas y libertad religiosa de la CARU, dijo: “Hector prestó servicios con integridad, pasión y un compromiso con la imparcialidad. Creía en la justicia y buscaba honrar a Dios, a su iglesia y su familia”.
El pastor David Holder, secretario ministerial de la SCC y expastor de Hector, lo describió como siervo fiel. “Aunque era altamente estimado en la fraternidad legal, siguió siendo humilde en sus relaciones con todos. Estamos profundamente apenados por este acto flagrante, pero confiados en el favor de Dios sobre él”, dijo Holder.
“Dios no nos ha olvidado”, dijo Moses en un mensaje a la iglesia. “Dios se ocupará a su debido tiempo de lo que ha sucedido”.
Moses declaró el sábado 4 de enero de 2025 un día de oración para la nación. “Oraremos por nuestro país y le pediremos a Dios que produzca cambios en nuestra nación”, dijo. Instó a los miembros a orar por la familia de Hector, lo que incluye a su esposa, los niños, los padres y la hermana.
Dottin, que ministró a la familia de Hector, destacó la fe de su viuda Adenike. “Dijo que quería pasar toda la vida con él, pero que agradece por los 22 años que tuvo con ese hombre extraordinario. Le agradece a Dios porque ella y sus hijos se salvaron”, contó Dottin.
Cada vez más violencia
El asesinato marcó un terrible récord, porque el número de homicidios en Trinidad y Tobago llegó en 2024 a 624. En respuesta al aumento de la violencia por parte de las pandillas, el gobierno de Trinidad y Tobago ha implementado un estado de emergencia, otorgando a la policía poderes adicionales de policía para reducir las venganzas con asesinatos y otras actividades relacionadas con las pandillas.
El asesinato ha dejado conmocionados a los miembros y líderes adventistas del territorio. El pastor Johnson Frederick, secretario ejecutivo de la CARU, dijo: “Mi corazón sangra por la pérdida de nuestro querido hermano y abogado de la unión, Randall Hector. Que Dios acune a su familia en sus brazos fuertes y eternos”.
Tobias expresó preocupación por el estado de la situación. “Estamos muy doloridos”, dijo. “Una joven familia que fue quebrantada por este acto sin sentido. Esperamos que Jesús se ocupe de esto y algún día le ponga fin a esta situación”.
La violencia en el territorio se está esparciendo a nuevas áreas, forzando a las personas a que vivan atemorizadas. Los miembros de iglesia enfrentan la misma realidad, dijeron los líderes. “Muchas iglesias han recurrido a cultos virtuales por las noches para mitigar la exposición a la violencia externa”, dijo el pastor Eddy Williams, director de comunicación de la SCC.
A pesar de los desafíos, Moses alentó a los miembros a que confíen en Dios. “Adoremos al Señor y volvámonos a él en busca de consuelo y protección. Oremos para que nuestra nación se vea aliviada de esto”, dijo. “Confiemos en el conocimiento de que Dios conoce la situación y se ocupará de eso”.
Ayuda a los miembros
Durante el culto del sábado el 4 de enero, la administración de la SCC dedicó tiempo a ofrecer una intervención, respondiendo al trauma que tan profundamente había afectado a la congregación.
“Se invitó a los miembros para que compartan las cargas de los familiares inmediatos que están de duelo y para expresar sus reacciones personales”, dijo el pastor principal de la iglesia Brian Defritas. “La congregación se vio animada por los principios de Salmos 11, lo que enfatiza que Dios lo ve y lo sabe todo y tiene el poder de preservar los cimientos de su pueblo. La iglesia continuará brindando intervención profesional y apoyo para contribuir a la recuperación de la congregación”.
Los líderes de la iglesia en la SCC expresaron gratitud por la preocupación global que mostraron los miembros en todo el mundo, quienes han ofrecido oraciones y apoyo durante estos momentos de grandes desafíos.
La SCC, que es parte de la Unión Caribeña en la División Interamericana de la Iglesia Adventista, supervisa 166 congregaciones y presta servicios a más de 61.300 mientros en toda Trinidad.
Traducción de Marcos Paseggi