Una neuroncóloga de Loma Linda University Health aborda conceptos erróneos comunes. Alyssa Hunt, Loma Linda University Health
4 de marzo de 2025 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Alyssa Hunt, Loma Linda University Health
Los tumores cerebrales son una seria y con frecuencia también impredecible condición médica, que lleva a muchos a preguntarse si es posible en ese caso la prevención. Aunque la sociedad tiende a pensar que las decisiones en cuanto al estilo de vida son la causa principal de cáncer y tumores, Maninder Kaur, una especialista en neurología, de Loma Linda University Health, dice que las causas exactas de los tumores cerebrales primariamente malignos, es mayormente desconocida.
“Hay algunos síndromes genéticos que son hereditarios; pero son muy raros y muchos de ellos quedan todavía por explorarse”, explica la neuróloga Kaur. “Pero en muchas ocasiones, es cuestión de suerte, porque frecuentemente no sabemos cuál es la causa de los temores cerebrales”.
Maninder Kaur, una neuroncóloga, explica la forma como una dieta equilibrada, antinflamatoria, puede mejorar la calidad de vida de aquellas personas con tumores cerebrales. [Imagen: Loma Linda University Health]
Aunque no existen formas definitivas de prevenir los tumores cerebrales, los investigadores continúan explorando el papel que juega la nutrición en el manejo y en la potencialmente reducción del riesgo de desarrollarlos.
La neuróloga Kaur dice que una dieta insuficiente y toxinas procedentes del hábito de fumar, del consumo de bebidas alcohólicas y drogas, pueden dañar la habilidad corporal para luchar contra la enfermedad, al hacer aumentar la inflamación, privando al cuerpo de antioxidantes necesarios y gravando todavía más el sistema inmune. Aunque no constituya una prevención de tumores cerebrales, una dieta saludable puede servir como apoyo a las defensas naturales del cuerpo.
Los tumores cerebrales son crecimientos anormales de células en el cerebro, que pueden ser de naturaleza maligna (o cancerosa) o benigna (no cancerosa). Los tumores malignos en el cerebro se originan por causa de cáncer en otra parte del organismo, tal como mama o pulmones, el cual se extiende al cerebro.
Los tumores cerebrales primarios, cuyo inicio es en el cerebro mismo, son el segundo tipo más común de tumores. Estos pueden originarse por mutaciones genéticas y raramente están relacionados con síndromes hereditarios.
Si bien no hay una forma garantizada de prevenir los tumores cerebrales, la neuróloga Kaur dice que el mantener una dieta saludable puede reducir los riesgos en general y disminuir potencialmente su progreso. Dos dietas recomendadas por la neuróloga, son la dieta “keto” y la mediterránea.
La dieta ”keto”, que se hizo popular en la década de los 1920 como tratamiento de la epilepsia, puede ayudar en relación con los tumores cerebrales. Estudios actuales analizan el beneficio de la dieta “keto”, específicamente en relación con la forma en que puede alterar el metabolismo corporal para privar a las células cancerosas de su fuente primordial de energía, que es la glucosa. La dieta “keto” es una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos, que modifica el metabolismo del cuerpo, de la utilización de glucosa como principal fuente de energía, a quemar grasa como combustible, produciendo cetonas en el proceso.
Al reducir drásticamente el consumo de carbohidratos y aumentar el consumo de grasas, esta dieta fuerza al organismo a caer en estado de cetosis en el cual depende de cetonas como fuente de energía, en vez de azúcar.
La dieta mediterránea, que se hizo popular en la década de los 1990, enfatiza aquellos alimentos que son ricos en antioxidantes, grasas saludables, frutas y vegetales. La neuróloga Kaur recomienda esta dieta por causa de sus propiedades antinflamatorias que pueden ayudar a proteger las células del cerebro de estrés oxidativo y daños.
La neuróloga Kaur hace además notar que las investigaciones sugieren que una dieta vegetariana alta en fibra puede ser de beneficio para pacientes de tumores cerebrales, particularmente al apoyar la salud general y reducir potencialmente el riesgo de cáncer. Alimentos antinflamatorios, tales como los frutos o bayas del bosque (fresas, arándanos, moras, frambuesas, etc.), pueden reducir la inflamación causada por el tumor o su tratamiento.
Además de incorporar una dieta rica en nutrientes, la neuróloga agrega que se deben evitar los alimentos procesados, la carne roja y las grasas no saludables, a fin de reducir la inflamación en el organismo.
Para quienes están recibiendo tratamiento para tumores cerebrales, incluyendo cirugía, quimioterapia y radiación, la nutrición llega a ser todavía de mayor importancia.
Más allá de la dieta, hay otros factores a considerar al atender la salud cerebral, tales como el sueño, la salud emocional y el ejercicio.
Un buena noche de sueño reparador
El sueño es parte integral del mantenimiento de la salud cerebral, poque le permite al cerebro descansar y regenerarse, lo cual es especialmente importante para las personas que luchan contra el cáncer. Una buena noche de sueño reparador es esencial para la salud cerebral y puede ayudar en la recuperación durante y después de los tratamientos contra el cáncer.
Salud mental y emocional
Las investigaciones sugieren que una salud mental y emocional deficiente ejerce su impacto en la progresión de los tumores. La neuróloga afirma que los pacientes con sólidos sistemas de apoyo mental y emocional tienden a experimentar mejores resultados, con prácticas tales como “plenitud de conciencia” (técnica mindfulness), meditación y yoga, retardando potencialmente el crecimiento del tumor y contribuyendo al bienestar general.
Actividad física
Se ha demostrado que el ejercicio practicado en forma regular mejora la función cerebral y puede contribuir al bienestar general, lo cual a su vez puede beneficiar a pacientes que se encuentran en tratamiento de tumores cerebrales. Aunque el ejercicio por sí solo no puede prevenir o parar el crecimiento del tumor, mejora la habilidad de manejar el estrés y lucha contra la inflamación, ayudando a mantener la energía y la claridad mental.
Una dieta equilibrada y antinflamatoria, rica en antioxidantes y grasas saludables, combinada con ejercicio regular, sueño adecuado y un sólido sistema de apoyo emocional, puede mejorar la función cerebral y mejorar también la calidad de vida de aquellas personas que sufren de tumores cerebrales. Aunque continúan las investigaciones en relación con el impacto específico de la dieta en la prevención del tumor cerebral, la neuróloga Kaur afirma que el consenso actual es muy claro: una dieta saludable de alimentos integrales puede apoyar la habilidad del organismo para sanar, mantener la energía y manejar los efectos del tratamiento.
La versión original de esta noticia la publicó Loma Linda University Health en su sitio de noticias.
Traducción – Gloria A. Castrejón